Читать онлайн книгу "Una Navidad Retorcida"

Una Navidad Retorcida
Amanda Mariel


Lady Cristiana Kendal solo querГ­a sentirse viva cuando le permitiГі a Adam Brighton estar con ella en la cama. Lady Cristiana Kendal solo querГ­a sentirse viva cuando le permitiГі a Adam Brighton estar con ella en la cama. Ahora ella tenГ­a una hija que planeaba nunca permitir que Г©l descubriera. Eso fue hasta que el duque de Danby convocara a Adam a pasar las vacaciones de Navidad en Yorkshire, y Г©l apareciera ante su puerta. Ahora, debГ­a elegir entre su deseo por Г©l y su determinaciГіn de proteger a su hija del pГ­caro que nunca la reclamarГ­a.





Amanda Mariel

Una Navidad Retorcida




UNA NAVIDAD RETORCIDA




AMANDA MARIEL



Derechos de autor

Esta es una obra de ficciГіn. Los nombres, personajes, organizaciones, lugares, eventos y situaciones son producto de la imaginaciГіn de la autora o son utilizados de manera ficticia.


Copyright В© 2018 Amanda Mariel


Todos los derechos reservados


TraducciГіn del inglГ©s: ELIZABETH GARAY

Ninguna parte de este libro puede reproducirse, almacenarse en un sistema de recuperaciГіn, o transmitirse de ninguna forma o por ningГєn medio, electrГіnico, mecГЎnico, fotocopiado, grabaciГіn o de otra manera, sin el permiso expreso por escrito del editor.


Publicado por Brook Ridge Press


Para Brooklyn. ВЎGracias por ser mi cГіmplice!







LIBROS DE AMANDA MARIEL


Damas Y Canallas

Planes escandalosos

RedenciГіn escandalosa

El EscГЎndalo de la Solitaria

Um Acordo Escandaloso



Amor legendario

Encantada por el Conde

Cautiva Del CapitГЎn

AtraГ­do por Lady Elianna



El credo de la dama arquera

Georgina



El escГЎndalo se encuentra con el amor

QuiГ©reme solo a mi



Un beso de pГ­caros

Su Perfecto BribГіn



TГ­tulos independientes

Un beso encantador



Wicked Earls’ Club

Conde de Grayson



Conectado por un beso

CГіmo besar a un canalla

Un Beso de Navidad

El Anhelo de un Beso



Box sets and anthologies

Visite www.amandamariel.com para ver las ofertas actuales de Amanda.




PRГ“LOGO




Diciembre de 1815, Yorkshire


Mientras ella se acurrucaba contra su pecho, Adam hacГ­a girar un mechГіn de cabello sedoso de Cristiana alrededor de sus dedos. DebГ­a abandonar su cama y regresar al castillo de Danby. Nunca en su vida se habГ­a quedado abrazando a una mujer despuГ©s de acostarse con ella. Sin embargo, algo sobre Cristiana lo hacГ­a sentir seguro. Tal vez el hecho de que era viuda o, mГЎs probablemente, el hecho de que ella no deseara un marido.

Inhaló su aroma a vainilla y lila. “¿Cuéntame acerca de tu esposo?”. Una repentina curiosidad se apoderó de él, y antes de que pudiera detenerse, la pregunta salió, flotando en el aire entre ellos.

Cristiana se puso rígida por un momento antes de inclinar la barbilla para mirarlo. “¿Qué te gustaría saber?”.

Adam sonrió, frotando su espalda desnuda y deleitándose con la forma en la que ella se relajaba mientras lo hacía. “Nada, supongo. Fue tan solo una curiosidad momentánea”.

Ella se recargó sobre su codo, con sus ojos entrecerrados especulando. “¿Y ahora ya pasó?”.

Adam rió suavemente. “Me doy cuenta de que no es de mi incumbencia”.

“Quizás no”. Ella dejó caer un beso en su pecho desnudo. “Pero te iluminaré de todos modos”.

“No es necesario que lo hagas”. Él miró su cálida mirada gris azulada. Realmente no debió haber preguntado. “No deseo hacerte revivir recuerdos desagradables”.

“No es que me haya maltratado”. Cristiana volvió a recostarse, posando de nuevo su mejilla sobre el pecho de Adam. “La nuestra no fue una gran historia de amor, pero de todos modos tuvimos una muy tierna. Jonathan fue bueno conmigo y yo con él”.

“Entonces, ¿qué impide que te quieras volver a casar?”. Adam se sentía completamente confundido. La mayoría de las mujeres, todas las que había conocido, deseaban casarse. Si su experiencia previa había sido agradable, entonces no veía razón para evitar un segundo matrimonio. ¿Estaba intentando engañarlo? El miedo lo invadió de escalofríos mientras esperaba su respuesta.

“Dije que nuestra unión fue agradable, no ideal. Jonathan era soldado. Nos casamos quince días antes de que lo llamaran al servicio. En las ocasiones en que regresaba a casa, teníamos muy poco tiempo para estar juntos. Era una existencia solitaria… aún más ahora. Como sabes, lo mataron en Waterloo”.

"Me imagino lo difГ­cil que debiГі ser vivir asГ­".

“En efecto”. Cristiana extendió su mano sobre el cálido pecho de Adam, sus dedos jugando con los finos vellos. El calor reemplazó el frío anterior que había sentido. “Después de mi tiempo de duelo, decidí seguir permaneciendo viuda. El estado me permite cierta libertad y perdón, que otras mujeres no disfrutan. Con eso, aseguro que nunca más volveré a estar sola”.

No habГ­a tristeza en su voz, no lloraba ni se acurrucaba contra Г©l y, aun asГ­, su corazГіn dolГ­a por lo que habГ­a soportado. Claramente, su matrimonio habГ­a dejado una cicatriz a pesar de que ella lo llamaba agradable. ВїTambiГ©n habГ­a estado sola cuando era niГ±a? Г‰l no preguntarГ­a, porque ya la habГ­a interrogado mГЎs de lo que deberГ­a.

Adam rodó hasta que ella estuvo debajo de él, luego se encontró con su mirada llena de pasión. “En ese caso, es mi deber asegurarme de que no estés sola esta noche”. Él puso sus labios sobre los de ella, besándola profundamente mientras presionaba su pene en su centro húmedo.

Cristiana envolviГі sus piernas alrededor de sus caderas, gimiendo suavemente cuando se encontrГі con Г©l empujando y empujando. Ella le pasГі los dedos por la espalda y besГі su pecho, enviando espirales de calor y deseo a travГ©s de Г©l.

Г‰l aumentГі el ritmo, los gritos de ella eran mГЎs rГЎpidos mientras tomaba lo que necesitaba. En poco tiempo ella gimiГі su nombre, su cabeza cayГі hacia la almohada. Ella yacГ­a debajo de Г©l, jadeando con una sonrisa sensual en su rostro. Adam capturГі sus labios en un beso abrasador mientras Г©l se aprovechaba de placer.

Rodando fuera de ella, la atrajo hacia Г©l. La sostuvo durante largos momentos mientras recuperaban el aliento, sus corazones latГ­an juntos. Si Г©l quisiera casarse, la buscarГ­a.

El pensamiento lo aterrorizaba, enviando temor por sus venas. Este era un asunto peligroso. Uno que necesitaba terminar. “Cristiana”.

“Sí”.

“Pronto regresaré a Londres”.

“Lo sé”. Ella se apretó más a él. “Te estoy absorbiendo mientras te poseo”.

La garganta de Adam se apretó. Le resultaba mucho más difícil alejarse de ella de lo que debería. “Estaré ocupado durante el resto de mi estadía…, demasiado ocupado para volver a verte”.

“Qué tontería. Me dijiste que estarías en Yorkshire hasta después de la duodécima noche”. Ella le acarició con delicadeza el abdomen. “Eso es dentro de quince días. Seguramente encontrarás algún motivo para escabullirte y verme”.

Por supuesto, él podía, y la tentación que ella representaba casi le hizo cambiar de opinión. Maldita sea, ¿por qué tenía que tener sentimientos por ella? No quedaba otra opción que poner fin a su relación antes de que sus sentimientos por ella se convirtieran en algo más profundo. “Me temo que no puedo. Danby tiene muchos planes y exige mi presencia. De hecho, esta noche se me requiere en el castillo.

Cristiana no discutió mientras se alejaba de él, pero tampoco parecía contenta. Ella se volvió hacia él, con sus labios formando un puchero practicado. “Si es necesario, no intentaré detenerte”.

Se levantó de la cama y se vistió antes de volverse hacia ella. “He disfrutado nuestro tiempo juntos. Nunca lo dudes”. Él besó su frente. “Adiós”.

Ella no dijo nada, solo lo mirГі mientras Г©l se giraba para despedirse.




CAPГЌTULO 1




Diciembre 1817, Yorkshire


Adam Brighton, vizconde Radcliffe, ingresГі al estudio del duque de Danby con una sensaciГіn de ahogo que le hizo retroceder. Su tГ­o abuelo lo habГ­a convocado al castillo Danby hacГ­a quince dГ­as, no dГЎndole oportunidad de escapar. Adam habГ­a hecho todo lo posible para evitar al duque y habГ­a logrado permanecer en Londres el aГ±o anterior, pero en este caso, era inevitable. Danby habГ­a prometido ir a Londres si Adam no llegaba a Yorkshire. Un riesgo que Adam no tomarГ­a.

Adam se acomodГі en la silla que Danby indicГі y luego se encontrГі con la mirada de su tГ­o abuelo. HabГ­a envejecido durante los dos aГ±os anteriores, pero aГєn se mantenГ­a al filo. Y basГЎndose en la mezcla de preocupaciГіn y combinaciГіn que bailaba en sus ojos, esta temporada navideГ±a Danby planeaba centrar una considerable atenciГіn en entrometerse en los asuntos de Adam.

“Dime, ¿cómo has estado?”. Danby sonrió jovialmente.

La alegre disposición de Danby no engañaba a Adam. Danby era un hombre formidable, y él lo sabía bien. Adam no había sido convocado al castillo para discutir cómo le iba. De todos modos, le devolvió la sonrisa a su tío. “He estado bien”.

“Los rumores de tus conductas menos que deseables, bebedor, generador de infiernos y ser mujeriego, me han traído hasta aquí, a Yorkshire”. Danby se inclinó hacia delante, estudiando a Adam con sus ojos azules. “Creo que el tiempo para que te establezcas, está sobre nosotros”.

Allí estaba. La verdadera razón de Danby para exigir la presencia de Adam, y lo que más deseaba evitar. Adam dejó escapar un suspiro. “No estoy listo para ser encadenado”.

De alguna manera, Adam se escaparГ­a de los esfuerzos de Danby para que encontrara pareja. Era posible que no hubiera tenido la opciГіn de ir o no al castillo, pero seguramente tenГ­a algo que decir sobre con quiГ©n y cuГЎndo casarse. En realidad, a Adam no le importaba pensar en el quiГ©n, porque en el cuГЎndo, no ocurrirГ­a por varios aГ±os mГЎs. TodavГ­a no estaba listo para renunciar a su libertad, independientemente de lo que exigiera su tГ­o.

“Tonterías”. Danby miraba con atención. “Una buena mujer es exactamente lo que necesitas”.

“No seré forzado a casarme”. Adam le devolvió la mirada severa.

“Permanecerás aquí durante la temporada de vacaciones y participarás en las festividades. Además, exijo que pases tiempo con Lady Edith Voss”.

“Tío…”.

Danby cortó el aire con su mano entre ellos mientras continuaba dando su dictado. “Es una niña dulce y de voz suave. La imagen misma de propiedad y exactamente lo que necesitas”.

Adam podГ­a pensar en varias cosas que necesitaba, ninguna de las cuales incluГ­a a una dama adecuada segГєn la elecciГіn de sus tГ­os abuelos. En el momento en que terminara aquГ­, buscarГ­a una bebida fuerte y la compaГ±Г­a de una mujer dispuesta, una de su elecciГіn. QuizГЎs llamarГ­a a Cristiana. No la habГ­a visto en dos aГ±os. ВїSeguirГ­a encontrando a la viuda dispuesta y maravillosa que habГ­a sido la Гєltima vez que la habГ­a llamado?

“Adam”. Danby dirigió su mirada azul hacia él.

“Estoy escuchando”.

Danby presionГі sus labios formando una lГ­nea apretada.

“En verdad, lo estoy. Es su deseo que pase tiempo con Lady Edith Voss, y así lo haré”. Lo que Adam no pudo transmitir fue que no pasaría más tiempo del necesario con la dama, y ciertamente no la cortejaría.

“Muy bien”. Danby se recostó en su silla. “Te puedes ir”.

Adam no perdiГі el tiempo huyendo del lugar, segГєn los mandatos del duque. RГЎpidamente atravesГі los pasillos, bajГі las escaleras y saliГі a recoger su caballo. Incluso un whisky podrГ­a esperar cuanto menos tiempo pasara en el castillo de Danby, eso serГ­a lo mejor.

Cabalgaba sin que nada se le atravesara en el camino hacia Yorkshire, hasta que llegГі a la casa de Cristiana. Si se salГ­a con la suya, la encontrarГ­a con la misma pasiГіn que le habГ­a dispensado en el pasado. Las visiones de su exuberante cuerpo llenaron su mente, y se preguntГі por quГ© se habГ­a apresurado en alejarse de ella.

Г‰l y Cristiana habГ­an disfrutado de una aventura ardiente. Ni hacГ­an exigencias al otro. Ambos estaban dispuestos y habГ­an sido atrevidos. Durante esas vacaciones, Г©l habГ­a pasado la mayorГ­a de las noches en su cama y varios dГ­as junto a la chimenea. ВїSeguirГ­a demostrando ser un gran escape para Danby? ВїO habГ­a pasado demasiado tiempo? HabГ­an pasado dos aГ±os desde la Гєltima vez que la habГ­a visto. QuizГЎ se habГ­a vuelto a casar.

Solo habГ­a una forma de encontrar las respuestas que buscaba. Adam subiГі los escalones del porche de dos en dos y luego llamГі a la puerta. Si las cosas empeoraban, encontrarГ­a a otra mujer para distraerse.

La sólida puerta de roble se abrió, apareciendo el mayordomo de Cristiana. “Mi señor”. El hombre de cabello gris hizo una reverencia.

Adam asintió mientras extendía su tarjeta de visita. “He venido a ver a lady Cristiana”.

“Ella no se encuentra en la residencia”.

“¿Cuándo estará de vuelta?”. Adam analizó al hombre, sabiendo muy bien que lo había reconocido. ¿Cómo no podría hacerlo después de que Adam hubiera pasado tanto tiempo aquí?

“Se ha ido por las vacaciones”.

Adam apretó los labios y miró al mayordomo. “¿A dónde?”.

“No tengo autorización de decirlo, mi señor”. El mayordomo dio un paso atrás y comenzaba a cerrar la puerta.

“Espere”. Adam extendió la mano, colocando su mano contra el marco de la puerta para evitar que el hombre la cerrara. “Deseo sorprenderla. Seguramente no le importaría si me señala la dirección correcta. Usted está muy consciente de nuestra…”, se aclaró la garganta, “familiaridad”.

La expresión del mayordomo se volvió severa. “Ciertamente, no lo estoy. Buen día señor”.

“Muy bien, entonces”. Adam dejó caer la mano del marco de la puerta, giró y caminó hacia su caballo. El clic de la puerta que se cerró llegó a sus oídos antes de llegar al primer escalón del porche. Adam no se ofendió. No era la primera vez que lo rechazaban, y dudaba que fuera la última. Ninguna aventura duraba para siempre. Un hecho que le convenía. Al menos en este momento de su vida.

Se girГі sobre su caballo y luego mirГі hacia la casa. El aleteo de una cortina en el segundo piso llamГі su atenciГіn, y mirГі mГЎs de cerca. Nada. Entonces allГ­ estaba ella. Cristiana se quedГі mirando el camino por un instante antes de que la cortina volviera a su lugar, cubriendo la ventana.

De repente todo fue tan extraГ±o. ВїPor quГ© el criado de Cristiana se habГ­a ofendido tanto ante la menciГіn de Adam de su tiempo con Cristiana? MГЎs extraГ±o aГєn que ella fingiera estar lejos cuando claramente no era asГ­. QuizГЎs se habГ­a equivocado acerca del tiempo que habГ­a compartido con ella. ВїLa habГ­a dejado con el corazГіn roto?

No. Cristiana habГ­a sido mГЎs inflexible que Г©l en no formar un apego. Ella no habГ­a intentado evitar que se fuera, nunca declarГі ningГєn sentimiento hacia Г©l. HabГ­an acordado una aventura y nada mГЎs. Ambos obtuvieron lo que querГ­an del acuerdo.

Solo quedaba una explicaciГіn. Cristiana habГ­a seguido con su vida, al igual que todas sus amantes pasadas. Adam la sacarГ­a de su mente y encontrarГ­a otra distracciГіn.

Cabalgó hacia la ciudad buscando refugio contra su tío, en �La Espada y la Rosa Blanca’. Adam se acomodó en una silla en una mesa de la esquina. La posada y la taberna locales serían el lugar perfecto para tomar una copa y encontrar una mujer cálida. Más importante aún, Danby no lo buscaría aquí.

No pasó mucho tiempo antes de que una moza en camisón se dirigiera hacia él. Adam la recibió junto con su segunda copa de whisky. Ella ahora se retorcía en su regazo, agitando su deseo. Agitó el licor restante en su vaso y luego lo bebió antes de susurrarle al oído. “¿Qué tal si llevamos esto arriba?”.

Ella se volvió hacia él, sus ojos de ciervo se encontraron con los de él mientras se reía. “Con gusto”.

La levantГі de su regazo, dГЎndole una palmadita en el trasero. De pie, Adam le rodeГі la cintura con el brazo y luego la condujo hacia las escaleras, pasando por entre las mesas y otros clientes mientras avanzaban. El parloteo llenaba la habitaciГіn junto con algunas versiones alcoholizadas de canciones favoritas, pero no le importaba nada. Se centrГі en una cosa: acostarse con la dulce chica a su lado.

Ella se aferrГі a su brazo, riГ©ndose y lanzГЎndole miradas sugestivas mientras continuaban avanzando. Cuando llegaron a las escaleras, se quedГі congelado. Una conversaciГіn cercana despertГі su interГ©s.

“Mary me dijo que el bebé es de lady Kendal”. Dijo una voz masculina cercana.

ВїHabГ­a escuchado bien? ВїCristiana habГ­a tenido un bebГ©? SacudiГі la cabeza, luego centrГі toda su atenciГіn en la conversaciГіn.

“¿Quién es Mary?”, preguntaba una voz más grave.

La acompañante de Adam jaló de su brazo. “Vamos”.

“Shhh…”. Adam buscó a los hombres que conversaban mientras continuaba escuchando. Estaban vestidos con ropa de las clases bajas y estaban acurrucados en una mesa cercana. Uno era musculoso con cabello castaño y el otro delgado y rubio. ¿Quiénes eran y de qué estaban hablando? ¿Qué bebé?

“Mary es una criada de empleo con damas. Ella también es la mujer que he estado cortejando”, dijo el hombre de cabello castaño.

“Entonces, ¿quién es el padre?”.

El hombre de cabello castaño tomó un trago y luego se inclinó más cerca. Con la voz baja, dijo: “Nadie, excepto la dama, lo sabe con certeza. Mary me dice que es hija de uno de los parientes del duque de Danby.

El otro hombre se echó a reír. “¿Imagina cómo se sentirá el duque al respecto?”.

“Él sacaría una de esas licencias especiales y exigiría una boda”. El hombre de cabello castaño se echó a reír.

Habiendo escuchado más que suficiente, Adam quitó la mano de la mujer de su brazo. Se encontró con su mirada confundida y dijo: “en otra ocasión”.

Ella hizo un mohín con sus labios tentadores. “Puede que no esté disponible”.

Dio un paso hacia los hombres. “Como sea, tengo algo más que debo atender”. Se dio la vuelta, se dirigió a la mesa de los hombres y colocó una silla entre ellos.

El rubio entrecerró los ojos. “No te invitamos a que te unieras a nosotros”.

Adam le devolvió la mirada, su propia mirada se entrecerró. “Tu conversación lo hizo. Vayamos a un lugar privado”.

“No lo creo”, dijo el hombre de cabello castaño.

Adam intentó otra táctica. “Te pagaré por la información que quiero”.

“¿Cuánto?”. El rubio observó a Adam.

“Una libra”. Adam metió la mano en el bolsillo y arrojó un billete sobre la mesa.

El rubio lo agarró, pero su compañero lo detuvo, atrapando su mano en el aire antes de mirar a Adam. “Una libra cada uno, o no te decimos nada”.

Adam se echó hacia atrás fingiendo aburrimiento. “Parece bastante exorbitante cuando no tengo ninguna garantía de que la información sea relevante”.

“¿Tienes relación con el duque?”, preguntó el rubio.

“¿Has pasado tiempo con lady Cristiana?”, agregó el hombre de cabello castaño.

Adam miró hacia la puerta. “Una libra cada uno si continuamos esta conversación afuera”.

“Como desees, pero paga primero”, exigió el de cabello castaño.

Adam se puso de pie, luego arrojó otro billete de libra sobre la mesa. Los hombres recogieron los billetes con avidez antes de seguirlo al exterior. Al pasar junto a los hombres, Adam se cerró el abrigo contra el frío aire invernal. Cuando ninguno de los dos habló, los miró fijamente. “Háblenme del bebé que estaban comentando”.

“No hay mucho que contar. La señora desapareció unos meses después de Navidad, hace dos años. Fue a Francia por un tiempo y cuando regresó, había un bebé a su lado”, dijo el rubio.

Adam dio un paso hacia el hombre. “¿Y qué hay de los rumores?”.

“Le dejaré eso a él”. El rubio miró a su amigo que se encogió de hombros.

“Aseguraba que era un niño que había adoptado”. El hombre de cabello castaño miró hacia la entrada de la posada. “Pareció que todos creyeron la historia”.

Adam frunció el ceño. “¿Qué hay de cierto?”.

“¿De cierto?”. El hombre levantó una ceja.

La sangre de Adam se calentó. Se precipitó hacia adelante, agarrando al hombre por las solapas y empujándolo contra el edificio. “Deja de jugar”.

“Uno de sus sirvientes dijo que ella había ido allí para el parto. No es una mentira, pero la dama tiene un bebé”. El hombre se retorció.

Adam lo inmovilizó más firmemente. “¿Y qué hay del padre?”.

“Dijo que pertenece a uno de los sobrinos de Danby”.

“¿Qué edad tiene el niño?”.

“No lo sabría”.

“Haz una suposición”. Adam lo sacudió antes de presionarlo contra el edificio.

El hombre lo miró con los ojos muy abiertos. “Tal vez uno…, un poco más”.

La sangre de Adam se enfriГі. Cristiana tuvo un bebГ©, su bebГ©. Todo tenГ­a sentido ahora. Ella lo habГ­a rechazado para mantener su secreto. La furia reapareciГі, su corazГіn latГ­a con fuerza cuando soltГі al hombre. ВїQuГ© le daba el derecho de esconderle a su hijo? ВїHonestamente creГ­a que Г©l no descubrirГ­a al niГ±o? ВїQue no tenГ­a derecho o razГіn para saber que era padre?

ВЎDios mГ­o! Era padre.

El estГіmago de Adam se revolviГі, el aturdimiento lo mareГі mientras giraba hacia su caballo. No podГ­a ser padre. Los niГ±os venГ­an despuГ©s del matrimonio. Lo Гєltimo que Adam deseaba era que lo encadenaran. TodavГ­a no, no ahora. Pero allГ­ estaba, un niГ±o, su hijo o hija.

No podГ­a ser.

TenГ­a que haber otra explicaciГіn.

MontГі su caballo y cabalgГі hacia la casa de Cristiana. Ella lo verГ­a, si lo deseaba o no. No le concederГ­a un momento de paz hasta que ella le explicara quГ© demonios estaba pasando. Y no hasta que viera al niГ±o con sus propios ojos.




CAPГЌTULO 2


Cristiana sostuvo a su hija cerca de su pecho, meciГ©ndola. MirГі a Emily, que la miraba dulcemente a travГ©s de los ojos de la sombra de su padre. Si alguna vez la veГ­a, sabrГ­a instantГЎneamente que la belleza de su cabello oscuro, era por causa de Г©l.

Ella pasГі su mano sobre el suave cabello de Emily. Su hija lo favorecГ­a mucho mГЎs a Г©l, que a ella. Era la razГіn por la que Cristiana se habГ­a ido a Francia. Su motivaciГіn de mantener a Emily escondida en casa. Ella habГ­a hecho todo lo posible para asegurarse de que nadie, fuera de sus empleadas, mirara a Emily. HabГ­a hecho planes para alejarse de Yorkshire antes de que su hija fuera mucho mayor.

El temor se instalГі en las entraГ±as de Cristiana. Adam habГ­a vuelto, habГ­a venido a su casa. Estaba segura de que la habГ­a visto asomГЎndose detrГЎs de la cortina. ВїY si volvГ­a a llamar? Cristiana se mordiГі el labio inferior. TenГ­an que irse. Pronto. No, de inmediato. Pero, Вїa dГіnde?

Su administrador aГєn no le habГ­a encontrado un nuevo hogar. Ella le habГ­a dado instrucciones para comprarle una casa de campo pequeГ±a, pero cГіmoda. Una muy alejada de las grandes ciudades, y lo mГЎs importante, en un lugar donde no hubiera gente relacionada con Danby. Una tarea difГ­cil, pero estaba segura de que Gilford podrГ­a lograrlo. Si solo lo hiciera un poco mГЎs rГЎpido, ella no estarГ­a en una situaciГіn tan difГ­cil ahora.

Cristiana miraba a su hija que ahora roncaba suavemente en sus brazos. TenГ­a que proteger a Emily. Adam era un libertino, que vivГ­a solo para su propio placer. ActuarГ­a apresuradamente si descubrГ­a la verdad. Toda Inglaterra pronto sabrГ­a que Emily era una bastarda. Adam nunca darГ­a un paso al frente y la reclamarГ­a. Al final, cualquier posibilidad de que Emily tuviera una buena vida yacerГ­a en el dolor.

Que el diablo se lo lleve, Cristiana no podrГ­a permitir que eso sucediera. Se irГ­an de inmediato. IrГ­an a casa de su hermana por la noche. SГ­, Parthinia las ayudarГ­a. Juntas, encontrarГ­an alguna manera de que Emily permaneciera oculta.

Resuelta, Cristiana se acercó a la cuna y colocó a Emily en ella. Colocó una manta sobre su hija dormida, le dio un beso en su suave mejilla y luego se volvió hacia la niñera. “Dorothy, empaca sus cosas. Nos iremos a un viaje prolongado cuando despierte”.

“Sí, señora”. Dorothy asintió.

“Espero que nos acompañes”.

La anciana sonrió, sus mejillas llenas se redondearon aún más. “Por supuesto, mi señora”.

Cristiana le devolviГі la sonrisa antes de salir de la habitaciГіn. Ahora solo necesitaba instruir a los otros sirvientes, enviar una nota a Parthinia y preparar el carruaje. Con todas las instrucciones dadas, fue a su habitaciГіn donde su criada la ayudГі a ponerse un traje de viaje.

Habiendo terminado la tarea, su criada se volvió hacia ella y le preguntó: “¿Hay algo más que necesite?”.

“No, Macy. Ve a arreglar tus cosas. Nos iremos dentro de una hora”.

Macy sacudiГі la cabeza antes de retirarse de la habitaciГіn.

Cristiana se mirГі por Гєltima vez en el espejo. Sus mejillas carecГ­an de color, asГ­ que se las pellizcГі antes de salir de la habitaciГіn. Sus pГЎlidas mejillas eran sin duda resultado de su malestar estomacal y nervios destrozados. InhalГі profundamente mientras paseaba por el pasillo. Pronto ella y Emily estarГ­an a salvo estando lejos. Una vez que lo estuvieran, ella podrГ­a relajarse.

“No permitiré que me rechacen”. Una fuerte voz retumbó por el vestíbulo.

Cristiana sintiГі que la sangre se le escapaba de la cara. Sus extremidades amenazaron con ceder, y sus manos comenzaron a temblar. Г‰l se encontraba aquГ­. Esa voz pertenecГ­a a Adam.

“La dama no se encuentra en la residencia”. El tono de su mayordomo era suave, transmitiendo una confianza que Cristiana no tenía.

Cristiana se agachГі para sentarse en el piso y mirГі a travГ©s de las barandillas mientras escuchaba.

“Al infierno con que no está”. Adam se abrió paso a empujones por la puerta; su cabello negro estaba despeinado, sus ojos color turquesa ardían. “Buscaré en cada habitación yo mismo, si debo hacerlo”.

“Mi señor, sea razonable”. El mayordomo se interpuso en su camino.

Adam ignorГі al hombre, lo hizo a un lado y caminГі hacia las escaleras. Su corazГіn latГ­a mГЎs con cada paso que daba. ВїQuГ© iba a hacer ella ahora? ВїCorrer? Cristiana comenzГі a ponerse de pie, a retirarse apresuradamente, pero las palabras de Adam la congelaron.

“¿Se te hace razonable esconderme a mi hijo?”.

Él lo sabía. ¿Cómo demonios se había enterado? Cristiana echó para atrás sus hombros y levantó desafiante la barbilla. “Adam”. Ella comenzó a bajar por las escaleras. Sus pasos seguros y suaves la sorprendieron porque adentro era un desastre de miedo y nervios. Pero esto no se trataba de ella. Tenía que ser valiente por Emily. Se enfrentaría a cualquier cosa, cada miedo y enemigo que había tenido, para proteger a su hija.

Adam cerró la distancia entre ellos, su fría mirada fija en la de ella. “¿El bebé es mío?”.

“Ella es mía”. La ira se hinchó en el pecho de Cristiana. ¿Cómo se atrevía a asaltar su casa y hacer demandas? Se había alejado de ella, no al revés. Había sido claro su deseo de tener una aventura simple, sin condiciones, sin responsabilidades. “Puedes irte por donde llegaste”.

Ella le habГ­a dado lo que querГ­a. Ella no se sentirГ­a mal ahora. Tampoco permitirГ­a que el pГ­caro daГ±ara el futuro de su hija. Cristiana girГі sobre sus talones y comenzГі a subir las escaleras. No habГ­a nada mГЎs que decir.

Adam la siguió, la agarró por el codo. Ella se detuvo, pero no miró hacia atrás. “Suéltame”.

“No podrás deshacerte de mí tan fácilmente”. Acercó su boca a su oreja antes de pronunciar “Cristiana”.

Un escalofrío de anhelo recorrió su cuerpo traidor. Ella se puso rígida ante la evidencia de que todavía lo quería. Lo deseaba. Invocando toda su resolución, sacudió su codo y giró para mirarlo. “Te lo dije, el bebé es mío. No tienes ninguna responsabilidad ante ella”.

“Los rumores locales dicen lo contrario”. Él entrecerró los ojos.

“Bueno, están equivocados”. Ella le devolvió la mirada.

No hablГі, pero tampoco se volviГі para irse. Adam se quedГі quieto allГ­, inmovilizГЎndola bajo su ardiente mirada azul hasta que ya no pudo soportar el escrutinio: el silencio.

“¿Qué más quieres?”. Susurró, destrozando su rígido rostro.

“Quiero ver a mi hijo”.

Cristiana contuvo el aliento conmocionada. De todas las cosas que podría haber dicho… Ella sacudió la cabeza. “No”.

Adam se puso frente a ella. Al llegar al tope de las escaleras, se girГі hacia el cuarto del bebГ©.

Cristiana corrió tras él, con el corazón en la garganta. Una mirada a Emily y él sabría que la había engendrado. Tenía que detenerlo. “Adam. No lo hagas. Por favor. Ella está durmiendo. Vamos a hablar”.




Конец ознакомительного фрагмента.


Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию (https://www.litres.ru/amanda-mariel/una-navidad-retorcida/) на ЛитРес.

Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.



Если текст книги отсутствует, перейдите по ссылке

Возможные причины отсутствия книги:
1. Книга снята с продаж по просьбе правообладателя
2. Книга ещё не поступила в продажу и пока недоступна для чтения

Навигация