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Deseada
Morgan Rice


Diario de un Vampiro #5
En DESEADA (Libro #5 del Diario de un Vampiro), Caitlin Paine se despierta para descubrir que, una vez mГЎs, ha viajado hacia atrГЎs en el tiempo. Esta vez, ha aterrizado en el siglo XVIII de ParГ­s, una Г©poca de gran opulencia, de reyes y reinas-, pero tambiГ©n de la revoluciГіn. Al lado de su verdadero amor, Caleb, los dos finalmente viven su amor y el romanticismo como nunca antes. Pasan juntos un tiempo idГ­lico en la ciudad de ParГ­s, visitando sus sitios mГЎs romГЎnticos, mientras su amor crece cada vez mГЎs. Para disfrutar de este momento y este lugar y pasar su vida junto a Caleb, Caitlin decide renunciar a la bГєsqueda de su padre. Caleb la lleva a su castillo medieval cerca de la costa, y Caitlin es mГЎs feliz de lo que jamГЎs soГ±Гі. Pero su idilio juntos no estГЎ destinado a durar para siempre, y pronto los hechos los separa. Caitlin regresa junto a Aiden y su cofradГ­a, con Polly y con nuevos amigos, mientras se concentra de nuevo en su formaciГіn y en su misiГіn. Vive en el mundo prГіdigo de Versalles, y admira los trajes y la opulencia mГЎs allГЎ de lo que jamГЎs soГ±Гі. Con interminables fiestas y fiestas y conciertos, Versalles es un mundo en sГ­ mismo. Se reГєne felizmente con Sam, quien tambiГ©n regresГі en el tiempo, y tambiГ©n ha soГ±ado con su padre. Pero no todo es como parece. Kyle tambiГ©n ha viajado atrГЎs en el tiempo, esta vez con su compaГ±ero en el mal, Sergei -y estГЎ mГЎs decidido que nunca en matar a Caitlin. Y tanto Sam como Polly se involucran cada vez mГЎs en relaciones tГіxicas, las que podrГ­an amenazar con destruir todo lo que les rodea. Mientras Caitlin se convierte en una verdadera guerrera, estГЎ cada vez mГЎs cerca de encontrar a su padre y al mГ­tico Escudo. El final culminante, lleno de acciГіn, lleva a Caitlin a buscar pistas en un torbellino por las mГЎs importantes localidades medievales de ParГ­s. Pero, para sobrevivir, necesitarГЎ exhibir habilidades que nunca soГ±Гі que tenГ­a.





Morgan Rice

deseada libro #5 de Diario del Vampiro




Acerca de Morgan Rice

Morgan Rice es la escritora del bestseller #1: DIARIO DE UN VAMPIRO (THE VAMPIRE JOURNALS), una saga que comprende once libros (y siguen llegando); la saga del bestseller #1: TRILOGГЌA DE SUPERVIVENCIA (THE SURVIVAL TRILOGY), thriller pos apocalГ­ptico que comprende dos libros (y siguen llegando); y la saga de fantasГ­a Г©pica, bestseller #1: EL ANILLO DEL HECHICERO, que comprende trece libros (y contando).

Los libros de Morgan estГЎn disponibles en audio y ediciГіn impresa, y la traducciГіn de los libros estГЎ disponible en alemГЎn, francГ©s, italiano, espaГ±ol, portuguГ©s, japonГ©s, chino, sueco, holandГ©s, turco, hГєngaro, checo y eslovaco (prГіximamente en otros idiomas).

A Morgan le encantarГ­a tener comunicaciГіn con usted, asГ­ que visite www.morganricebooks.com (http://www.morganricebooks.com/) para unirse a la lista de correo electrГіnico, recibir un libro gratuito, recibir regalos gratuitos, descargar una aplicaciГіn gratuita, obtener las Гєltimas noticias exclusivas, conectarse a Facebook y Twitter, y ВЎmantenerse en contacto!



Algunas Opiniones Acerca de las Obras de Morgan Rice

"TRAICIONADA es una gran entrega de esta serie. Morgan Rice realmente ha logrado convertirse en  una ganadora con esta serie. Tiene un  ritmo rápido, está llena de acción, amor, suspenso e intriga. Si usted no ha leído sus dos primeras novelas, leálas y luego ponga sus manos en TRAICIONADA. He leído estos libros en orden, pero cada uno de estos libros también está  diseñado para ser leído de forma individual. Si usted no ha leído los dos primeros, lea TRAICIONADA. Estoy seguro que va a terminar comprando los dos primeros – ¡vale la pena leerlos todos … una o dos veces!"–VampireBookSite



" CONVERTIDA es un libro que puede rivalizar con TWILIGHTВ  y Vampire Diaries, ВЎy querrГЎ seguir leyendo hasta llegar a la Гєltima pГЎgina! Si a usted le interesa la aventura, el amor y los vampiros, ВЎeste libro es para usted!"

–– Vampirebooksite com



"Rice hace un gran trabajo jalando al lector en la historia desde el principio, gracias a su gran calidad descriptiva que trasciende la mera pintura de los escenarios .... Al estar tan bien escrita y ser de lectura rГЎpida, CONVERTIDA es un buen inicio para una nueva serie de vampiros que seguramente serГЎ un Г©xito entre los lectores que buscan una historia ligera pero entretenida " .

–-Black Lagoon Reviews



“Rice hace un gran trabajo para captar su atención desde el principio, al utilizar una gran calidad descriptiva que va más allá de la simple descripción de la ambientación… Bien escrito y sumamente rápido de leer”.

–-Black Lagoon Reviews (acerca de Turned)



“Es una historia ideal para lectores jóvenes. Morgan Rice hizo un buen trabajo dando un giro interesante… Innovador y singular. La saga se centra alrededor de una chica… ¡una chica extraordinaria!  Es fácil de leer, pero con un ritmo sumamente rápido…  Clasificación PG (Guía Paternal)”.

–-The Romance Reviews (acerca de Turned)



Libros de Morgan Rice




EL ANILLO DEL HECHICERO (THE SORCERER’S RING)


LA SENDA DE LOS HÉROES (A QUEST OF HEROES) – (Libro #1)


LA MARCHA DE LOS REYES (A MARCH OF KINGS) – (Libro #2)


EL DESTINO DE LOS DRAGONES (A FATE OF DRAGONS) (Libro #3)


EL GRITO DE HONOR (A CRY OF HONOR) (Libro #4)


UNA PROMESA DE GLORIA (A VOW OF GLORY) (Libro #5)


UN DEBER DE VALOR (A CHARGE OF VALOR)В  (Libro #6)


UN GRITO DE ESPADAS (A RITE OF SWORDS) (Libro #7)


UNA SUBVENCIГ“N DE ARMAS (A GRANT OF ARMS)В  (Libro #8)


UN CIELO DE HECHIZOS (A SKY OF SPELLS)В  (Libro #9)


UN MAR DE ESCUDOS (A SEA OF SHIELDS) (Libro #10)


UN REINADO DE HIERRO (A REIGN OF STEEL) (Libro #11)


UNA TIERRA DE FUEGO (A LAND OF FIRE) –  (Libro #12)


EL DECRETO DE LAS REINAS (A RULE OF QUEENS) –  (Libro #13)




LA TRILOGГЌA DE SUPERVIVENCIA (THE SURVIVAL TRILOGY)


ARENA UNO: TRATANTES DE ESCLAVOS (SLAVERSUNNERS) –  (Libro #1)


ARENA DOS (ARENA TWO) – (Libro #2)




DIARIO DE UN VAMPIRO (THE VAMPIRE JOURNALS)


TRANSFORMACIГ“N (TURNED) (Libro #1)


AMORES (LOVED)В  (Libro #2)


TRAICIÓN (BETRAYED) – (Libro #3)


DESTINADO (DESTINED) (Libro #4)


DESEO (DESIRED) (Libro #5)


PROMETIDO (BETROTHED) (Libro #6)


PROMESA (VOWED) (Libro #7)


ENCUENTRO (FOUND) (Libro #8)


RESURRECCIГ“N (RESURRECTED) (Libro #9)


ANSIAS (CRAVED) (Libro #10)


DESTINO (FATED) (Libro #11)








Derechos Reservados В© 2012 Morgan Rice



Todos los derechos reservados. Ninguna porciГіn de este libro podrГЎ ser reproducida, almacenada en algГєn sistema de recuperaciГіn, o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio o ser guardado en una base de datos o sistema de recuperaciГіn, sin la autorizaciГіn previa del autor.



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Esta es una obra de ficciГіn. Los nombres, personajes , empresas, organizaciones, lugares, eventos e incidentes son producto de la imaginaciГіn del autor o han sido usados como ficciГіn. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, es total coincidencia.



Modelo en la portada: Jennifer Onvie. FotografГ­a de la portada: Adam Luke Studios, New York. Artista de maquillaje de la portada: Ruthie Weems. Si desea comunicarse con alguno de estos artistas, por favor, pГіngase en contacto con Morgan Rice.



HECHO:

Montmartre, ParГ­s, es famoso por su gran iglesia, la basГ­lica del Sagrado CorazГіn, construida en el siglo 19. Pero, junto a ella, en lo alto de la colina, se encuentra la pequeГ±a y poco conocida iglesia de San Pedro. Esta pequeГ±a y oscura iglesia es mucho mГЎs antigua que su vecina y data del siglo tercero, y tiene una importancia aГєn mayor: allГ­ se tomaron los votos que llevГі a la fundaciГіn de la CompaГ±Г­a de JesГєs.


HECHO:

Ubicada en una pequeГ±a isla en el centro de ParГ­s (no muy lejos de la famosa Notre Dame), Sainte Chapelle fue construidaВ  en el siglo 13, y durante cientos de aГ±os albergГі las reliquias mГЎs preciadas de la cristiandad, incluyendo la corona de espinas, la Santa lanza, y pedazos de la cruz en la que JesГєs fue crucificado. Las reliquias fueron almacenadas en una gran baГєl de plata adornada ....


"ВїPor quГ© estГЎs aГєn tan hermosa? Вїdebe ser, creo
Que la muerte es insustancial amorosa,
Y que el monstruo aborrecido te mantiene
aquГ­ en la oscuridad para ser tu amante?
Por temor a eso, todavГ­a me quedarГ© contigo;
Y nunca de este palacio con su noche oscura
Saldré de nuevo … "

В В В В --William Shakespeare, Romeo y Julieta






CAPГЌTULO PRIMERO


ParГ­s, Francia

(Julio de 1789)



Caitlin Paine despertГі en medio de la oscuridad.

El aire se sentГ­a pesado, y ella luchaba por respirar mientras trataba de moverse. Estaba tumbada boca arriba sobre una superficie dura. HacГ­a frГ­o y estaba hГєmedo, y cuando mirГі hacia arriba recibiГі un pequeГ±o haz de la luz en la cara.

Sus hombros estaban muy apretados pero, con esfuerzo, logrГі extenderse. LevantГі sus manos y palpГі la superficie superior. Era piedra. PasГі las manos a lo largo de la piedra yВ  sintiГі las dimensiones, se dio cuenta que estaba atrapada. En un ataГєd.

El corazГіn de Caitlin empezГі a latir con fuerza. Odiaba estar en espacios reducidos, y comenzГі a respirar con mГЎs y mГЎs dificultad. Se preguntГі si estaba soГ±ando, si estaba atrapada en una especie de limbo terrible, o si realmente habГ­a despertado en otra Г©poca y en otro lugar.

AcercГі de nuevo sus dos manos al borde y con todas sus fuerzas empujГі. LogrГі mover la piedra una fracciГіn de pulgada, lo suficiente para que pudiera introducir un dedo por la grieta. EmpujГі de nuevo con todas sus fuerzas, y la pesada tapa de piedra se moviГі un poco mГЎs, escuchГі el sonido de la piedra raspando contra la piedra.

Introdujo los dedos en la grieta y con todas sus fuerzas empujГі. Esta vez, la tapa se desprendiГі.

Respirando con dificultad, Caitlin se sentГі y mirГі hacia todas partes. Sus pulmones se quedaron sin aire, rГЎpidamente se protegiГі de la luz llevando las manos a los ojos. ВїCuГЎnto tiempo habГ­a estado en esa oscuridad?, se preguntГі.

Mientras estaba allГ­ sentada, protegiГ©ndose los ojos, tratГі de escuchar, atenta a cualquier ruido, cualquier movimiento. RecordГі cuГЎn violento habГ­a sido su despertar en el cementerio en Italia y, esta vez, no querГ­a dejar nada librado al azar. Estaba preparada para cualquier cosa, lista para defenderse de los aldeanos, o de los vampiros -o de cualquier otra cosa- que pudiera estar cerca.

Pero esta vez, no se escuchaba nada. Poco a poco, abriГі los ojos y vio que estaba sola. Cuando sus ojos se adaptaron, se dio cuenta que la luz no era tan brillante aquГ­. Estaba en una habitaciГіn de piedra, como una caverna, con techos abovedados bajos. ParecГ­a la bГіveda de una iglesia. La habitaciГіn estaba iluminada sГіlo por una vela prendida. Se dio cuenta de que era de noche.

Una vez que sus ojos se adaptaron, mirГі a su alrededor con cuidado. TenГ­a razГіn: habГ­a estado yaciendo en un sarcГіfago de piedra que estaba en la esquina de una habitaciГіn de piedra, en lo que parecГ­a la cripta de una iglesia. La habitaciГіn estaba vacГ­a, a excepciГіn de algunas estatuas de piedra y otros sarcГіfagos.

Caitlin saliГі del sarcГіfago. Se estirГі, probando cada uno de sus mГєsculos. Se sentГ­a bien al estar de pie de nuevo. Estaba agradecida por no haber despertado esta vez en el medio de una batalla. Al menos tenГ­a unos momentos de tranquilidad para recomponerse.

Pero seguГ­a desorientada. SentГ­a su mente pesada, como si hubiera despertado de un sueГ±o de mil aГ±os. Inmediatamente, sintiГі una punzada de hambre.

ВїDГіnde estaba? se preguntГі de nuevo. ВїEn quГ© aГ±o?

Y lo mГЎs importante, ВїdГіnde estaba Caleb?

Se sentГ­a abatida porque Г©l no estaba a su lado.

Caitlin examinГі la habitaciГіn en busca de alguna seГ±al de Г©l. Pero no encontrГі nada. Los otros sarcГіfagos estaban todos abiertos y vacГ­os, y no habГ­a ningГєn otro lugar donde pudiera estar escondido.

"ВїHola?" gritГі. "ВїCaleb?"

Dio unos pasos vacilantes por la habitaciГіn y vio una puerta baja con forma de arco, la Гєnica vГ­a de entrada o salida de la habitaciГіn. Se dirigiГі a la entrada y probГі el picaporte. Estaba sin cerrojo, la puerta se abriГі fГЎcilmente.

Antes de salir de la habitaciГіn, se volviГі y examinГі el cuarto, asegurГЎndose de que no habГ­a dejado nada que fuera a necesitar. PalpГі su collar que seguГ­a alrededor de su cuello; metiГі la mano en los bolsillos, y se tranquilizГі al sentir su diario, y la llave grande. Era todo lo que tenГ­a en el mundo, y era todo lo que necesitaba.

DespuГ©s de salir, Caitlin caminГі por un largo y arqueado pasillo de piedra. SГіlo querГ­a encontrar a Caleb. Seguramente, habГ­a regresado con ella esta vez. ВїO no era asГ­?

Y si habГ­a regresado con ella, Вїla recordarГ­a esta vez? No querГ­a tener que pasar por todo aquello de nuevo, tener que buscarlo, y luego que no recordara. No. OrГі para que esta vez fuera diferente. Estaba vivo, se asegurГі a sГ­ misma, y regresaron juntos en el tiempo. TenГ­a que ser asГ­.

Pero mientras se apresuraba por el pasillo y por un pequeГ±o tramo de escalones de piedra, sintiГі que es agitaba, era esa sensaciГіn de descorazonamiento que conocГ­a al darse cuenta que Г©l no habГ­a regresado con ella. DespuГ©s de todo, no habГ­a despertado a su lado tomГЎndole la mano, Г©l no estaba allГ­ para tranquilizarla. ВїEntonces, no habГ­a regresado? Su agujero en el estГіmago se hizo mГЎs grande.

Y ВїquГ© pasГі con Sam? Г‰l tambiГ©n habГ­a estado allГ­. ВїPor quГ© no habГ­a ninguna seГ±al de Г©l?

Caitlin finalmente llegГі a la cima de la escalera, abriГі otra puerta, y se quedГі allГ­, sorprendidaВ  por lo que vio. Estaba de pie en la capilla mayor de una iglesia maravillosa. Nunca antes habГ­a visto, techos tan altos, tantos vitrales, y un altar tan enorme y tan elaborado. Las filas de bancos se extendГ­an sin fin, y este lugar parecГ­a poder albergar a miles de personas.

Por suerte, estaba vacГ­a. Las velas ardГ­an por todas partes, pero era evidente que era tarde. Se sentГ­a agradecida: lo Гєltimo que querГ­a era caminar entre una multitud de miles de personas que la miraban directamente a los ojos.

Caitlin se acercГі lentamente hasta el centro del pasillo hacia la salida. Buscaba a Caleb, Sam, o incluso un sacerdote. Alguien como el sacerdote en AsГ­s, quien podrГ­a darle la bienvenida, y explicarle lo que estaba ocurriendo. ВїQuiГ©n podrГ­a decirle dГіnde estaba y cuГЎndo y por quГ©?

Pero no habГ­a nadie. Caitlin parecГ­a estar completamente sola.

Cuando Caitlin llegГі a las enormes puertas dobles, se preparГі para enfrentar lo que podrГ­a estar afuera.

Cuando las abriГі, se quedГі sin aliento. La noche estaba iluminada por antorchas a lo largo de la calle, y ante ella habГ­a una gran multitud de personas. No estaban esperando entrar a la iglesia, sino que estaban caminando alrededor de un gran plaza abierta. Era una noche concurrida y festiva, y cuando Caitlin sintiГі el calor, supo que era verano. Se sorprendiГі al ver a toda esa gente, su vestuario era anticuado y formal. Por suerte, nadie pareciГі darse cuenta de ella. Pero, ella no podГ­a apartar los ojos de esa gente.

HabГ­a cientos de personas, la mayorГ­a vestidas formalmente, era claro que se trataba de otro siglo. Entre ellos habГ­a caballos, carruajes, vendedores ambulantes, artistas, cantantes. Era una noche de verano llena de gente, y era abrumador. Se preguntГі quГ© aГ±o podrГ­a ser, y en quГ© lugar habГ­aВ  posiblemente aterrizado. MГЎs importante aГєn, mientras examinaba todas las caras extraГ±as y extranjeras, se preguntГі si Caleb podrГ­a estar esperando entre ellos.

Desesperada, esperanzada, examinГі la multitudВ  tratando de convencerse a sГ­ misma de que Caleb, o tal vez Sam, podrГ­a estar entre ellos. MirГі en todas direcciones, pero despuГ©s de varios minutos, se dio cuenta de que no estaban allГ­.

Caitlin dio varios pasos hacia la plaza, y luego se volviГі y mirГі la iglesia, con la esperanza de que, tal vez, podrГ­a reconocer su fachada que le darГ­a una pista sobre dГіnde estaba.

Y asГ­ fue. No era experta en arquitectura o en historia, o en iglesias, pero sabГ­a algunas cosas. Algunos lugares eran tan obvios, estaban tan grabados en la conciencia pГєblica, que podГ­aВ  reconocerlos. Y Г©se era uno de esos.

Ella estaba de pie ante la catedral de Notre Dame.

Estaba en ParГ­s.

Era un lugar que no podГ­a confundirse con otro. Sus tres enormes puertas del frente, profusamente talladas; las docenas de pequeГ±as estatuas sobre ellas; su elaborada fachada que ascendГ­a cientos de metros hacia el cielo. Era uno de los lugares sobre la tierra que podГ­a reconocerse mГЎs fГЎcilmente. La habГ­a visto en lГ­nea, muchas veces. No podГ­a creerlo: realmente estaba en ParГ­s.

Caitlin siempre habГ­a querido ir a ParГ­s, siempre le habГ­a rogado a su madre que la llevara. Cuando habГ­a tenido un novio una vez en la escuela secundaria, siempre habГ­a esperado que Г©l la llevara allГ­. Era un lugar que siempre habГ­a soГ±ado en ir, y se le fue la respiraciГіn al darse cuenta de que estaba allГ­. Y en otro siglo.

Caitlin sintiГі que la multitud la empujaba; se mirГі e hizo una evaluaciГіn de su ropa. Se sintiГі mortificada porque todavГ­a estaba vestida con el simple uniforme de prisioneroВ  que Kyle le habГ­a dado en el Coliseo de Roma. Llevaba una tГєnica de lienzo, ГЎspera a la piel, toscamente cortada, demasiado grande para ella, atada con un trozo de cuerda sobre su torso y piernas. Su pelo estaba enmaraГ±ado, sin lavar, y caГ­a sobre su cara. ParecГ­a un prisionero fugado, o un vagabundo.

Al sentirse mГЎs ansiosa, Caitlin volviГі a buscar a Caleb, a Sam, a alguna persona que pudieraВ  reconocer, que podrГ­a ayudarla. Nunca se habГ­a sentido tan sola, y solo querГ­a ver a alguien conocido y saber que no habГ­a regresado sola a este lugar y que todo iba a estar bien.

Pero no reconociГі a nadie.

Tal vez soy la Гєnica, pensГі. Tal vez estoy por mi cuenta otra vez.

Esta idea le perforГі su estГіmago como un cuchillo. QuerГ­a agacharse, arrastrarse y esconderse en la iglesia, para que la enviaran a algГєn otro tiempo, a otro lugar -cualquier lugar en el que pudiera despertar y ver que conocГ­a a alguien.

Pero se hizo fuerte. SabГ­a que no habГ­a marcha atrГЎs ni ninguna otra opciГіn mГЎs que seguir adelante. SГіlo tendrГ­a que ser valiente y encontrar su camino en este tiempo y lugar. Simplemente, no tenГ­a otra opciГіn.


*

Caitlin tenГ­a que alejarse de la multitud. Necesitaba estar sola, para descansar y alimentarse, para pensar. TenГ­a que averiguar dГіnde ir, dГіnde buscar a Caleb, y saber si estaba aquГ­. Igualmente importante, tenГ­a que averiguar por quГ© estaba en esa ciudad, y en ese tiempo. Ni siquiera sabГ­a quГ© aГ±o era.

Una persona pasГі a su lado y, abrumada por el repentino deseo de saber, Caitlin se acercГі y la agarrГі del brazo.

Г‰l se volviГі y la mirГі, sorprendido por haber sido detenido de manera tan abrupta.

"Lo siento," dijo ella, dГЎndose cuenta de lo seca que tenГ­a su garganta y de lo terrible que debГ­a verse, al pronunciar sus primeras palabras, "Вїpero quГ© aГ±o es?"

Le dio vergГјenza preguntar, dГЎndose cuenta de que debГ­a parecer una loca.

"ВїEl aГ±o?" El hombre confundido le preguntГі.

"Um … Lo siento, pero no puede recordar …"

El hombre la mirГі de arriba abajo, y luego sacudiГі lentamente la cabeza, como si estuviera imaginando cuГЎl era su problema.

"Es 1789, por supuesto. Y no estamos ni siquiera cerca de AГ±o Nuevo, asГ­ que realmente no tienes ninguna excusa ", dijo, sacudiendo la cabeza con sorna mientras se marchaba.

1789. Esos nГєmeros corrieron por la mente de Caitlin. RecordГі que la Гєltima vez habГ­a estado en 1791. Dos aГ±os. No tan atrГЎs en el tiempo.

Sin embargo, ahora estaba en ParГ­s, un mundo completamente diferente al de Venecia. ВїPor quГ© aquГ­? ВїPor quГ© ahora?

Se devanГі los sesos, tratando desesperadamente de recordar sus clases de historia, de recordar lo que habГ­a sucedido en Francia en 1789 Se sintiГі avergonzada de que no podГ­a. Se enojГі consigo misma una vez mГЎs por no prestar mГЎs atenciГіn en clase. Si hubiera sabido en la escuela secundaria que algГєn dГ­a iba a viajar hacia atrГЎs en el tiempo, habrГ­a estudiado historia toda la noche, y habrГ­a hecho un esfuerzo para memorizar todo.

Eso ya no importaba. Ahora, ella era parte de la historia. Ahora, tenГ­a la oportunidad de cambiarla, y cambiarse a sГ­ misma. El pasado, se dio cuenta, podrГ­a cambiar. El hecho de que ciertos acontecimientos habГ­an sucedido en los libros de historia, no significaba que ella, viajando hacia atrГЎs, no podrГ­a cambiarlos. En cierto sentido, ya lo habГ­a hecho: aparecer allГ­, en este momento, afectarГ­a todo. Eso, a su vez, podrГ­a, en una pequeГ±a escala, cambiar el curso de la historia.

AГєn mГЎs, tomГі conciencia de la importancia de sus acciones . El pasado era suyo y podГ­a crearlo de nuevo.

Mientras se sumergГ­a en el paisaje tan elegante, Caitlin empezГі a relajarse un poco, e incluso a sentirse un poco animada. Al menos habГ­a aterrizado en un lugar hermoso, en una hermosa ciudad, y en una Г©poca tambiГ©n hermosa. No era la edad de piedra, despuГ©s de todo, y no era como si hubiera aparecido en medio de la nada. Todo a su alrededor lucГ­a inmaculado, y la gente se vestГ­a muy bien, y las calles empedradas brillaban bajo la luz de las antorchas. Y lo Гєnico que se acordaba de ParГ­s en el siglo 18 era que se trataba de una Г©poca de lujo para Francia, una Г©poca de gran riqueza, cuando aГєn gobernaban reyes y reinas.

Caitlin se dio cuenta de que Notre Dame estaba en una pequeГ±a isla, y sintiГі la necesidad de irse. Estaba demasiado lleno de gente allГ­, y necesitaba un poco de paz. Vio varios puentes peatonales, y se dirigiГі a uno. TenГ­a la esperanza de que la presencia de Caleb la estuviera dirigiendo en una direcciГіn en particular.

Mientras caminaba sobre el rГ­o, notГі lo hermosa que era la noche en ParГ­s, iluminada por la luz de las antorchas a lo largo del rГ­o y la luna llena. PensГі en Caleb y deseГі que estuviera a su lado para disfrutar de la vista.

Cuando mirГі hacia el agua, se llenГі de recuerdos. PensГі en Pollepel, en el rГ­o Hudson por la noche, cГіmo la luna lo iluminaba. Tuvo un repentino impulso de saltar del puente para probar sus alas y ver si podГ­a volar y elevarse.

Pero, se sentГ­a dГ©bil, y con hambre, y cuando se hizo hacia atrГЎs, ni siquiera pudo sentir la presencia de sus alas. Le preocupГі que el viaje en el tiempo hubiera afectado sus habilidades, sus poderes. No se sentГ­a tan fuerte como antes. De hecho, se sentГ­a casi humana. Fragil. Vulnerable. No le gustaba esa sensaciГіn.

DespuГ©s de cruzar el rГ­o, caminГі por las calles laterales, vagando durante horas, irremediablemente perdida. CaminГі por calles que daban muchas vueltas y se alejaban mГЎs y mГЎs del rГ­o, hacia el norte. Le sorprendiГі la ciudad. En algunos aspectos, parecГ­a similar a Venecia y Florencia en 1791. Al igual que esas ciudades, ParГ­s seguГ­a siendo la misma, incluso se veГ­a igual que en el siglo 21. Nunca habГ­a estado allГ­, pero habГ­a visto fotos, y se sorprendiГі al reconocer muchos edificios y monumentos.

Las calles aquГ­ tambiГ©n, en su mayorГ­a, eran de adoquines, estaban llenas de caballos y carruajes, o de vez en cuando se veГ­an caballos con un jinete. La gente, vistiendo trajes elaborados, paseaba tranquilamente, con todo el tiempo del mundo. No habГ­a caГ±erГ­as aquГ­ tampoco, y Caitlin no pudo evitar notar la basura en las calles y retrocediГі ante el horrible hedor aumentado por el calor del verano. DeseГі tener una de esas pequeГ±as bolsas de popurrГ­ que Polly le habГ­a dado en Venecia.

Pero a diferencia de esas otras ciudades, ParГ­s era un mundo en sГ­ mismo. Las calles eran mГЎs anchas, los edificios eran mГЎs bajos y estaban mГЎs bellamente diseГ±ados. La ciudad se sentГ­a mГЎs vieja, mГЎs preciosa, mГЎs hermosa. TambiГ©n habГ­a menos gente: cuanto mГЎs se alejaba de la catedral de Notre Dame, menos personas veГ­a. Tal vez era porque era tarde en la noche, las calles estaban casi vacГ­as.

CaminГі y caminГі, hasta que se le cansaron las piernas y los pies, buscando en cada esquina alguna seГ±al de Caleb, alguna pista que la condujera en una direcciГіn especial. No vio nada.

Cada veinte cuadras, mГЎs o menos, el barrio cambiaba, y la sensaciГіn cambiaba, tambiГ©n. Yendo mГЎs y mГЎs hacia el norte, subiГі una colina, allГ­ encontrГі un barrio nuevo, esta vez con callejones estrechos, y varios bares. Al pasar por un bar en una esquina, vio a un hombre tirado contra la pared, estaba borracho e inconsciente. La calle estaba completamente vacГ­a y, por un momento, Caitlin sintiГі la peor punzada de hambre. SentГ­a como si su estГіmago se le estuviera desgarrando por la mitad.

El hombre yacía inconsciente, ella acercó su mirada a su cuello y vio la sangre latir en su interior. En ese momento, más que cualquier otra cosa, quiso descender sobre él para alimentarse. La sensación era más que un deseo – era una orden. Su cuerpo le gritaba que tenía que  hacerlo.

Le tomГі hasta la Гєltima gota de su voluntad obligarse a mirar hacia otro lado. PreferГ­a morir de hambre a herir a un ser humano.

MirГі a su alrededor y se preguntГі si habrГ­a un bosque cerca de allГ­, un lugar donde pudiera cazar. HabГ­a visto algunos caminos de tierra y parques de la ciudad, pero no habГ­a visto nada como un bosque.

Justo en ese momento, la puerta del bar se abrió y un hombre salió tropezándose – lo estaban echando, en realidad- empujado por uno de los camareros. Él los maldijo y les gritó, estaba claramente borracho.

Luego se volviГі y mirГі a Caitlin.

TenГ­a un cuerpo grande y mirГі a Caitlin con malas intenciones.

Se puso nerviosa. Se preguntГі de nuevo, desesperadamente, dГіnde habГ­an ido sus poderes.

Se dio la vuelta y se alejГі, caminando rГЎpidamente; el hombre la seguГ­a.

Antes de que pudiera girar, Г©l la agarrГі por detrГЎs, en un abrazo de oso. Г‰l era mГЎs rГЎpido y mГЎs fuerte de lo que habГ­a imaginado, y podГ­a oler su aliento horrible por encima de su hombro.

Pero el hombre tambiГ©n estaba borracho. TropezГі, incluso mientras la sostenГ­a, y Caitlin se concentrГі, recordГі lo que habГ­a aprendido, lo esquivГі y lo lanzГі en el aire, utilizando una de las tГ©cnicas de lucha que Aiden le habГ­a enseГ±ado en Pollepel. El hombre saliГі volando y aterrizГі sobre su espalda.

Caitlin tuvo un flashback a Roma, al Coliseo, a la lucha en la pista del estadio cuando varios combatientes se lanzaron sobre ella. Era tan vГ­vido que por un momento se olvidГі dГіnde estaba.

RegresГі al tiempo presente justo a tiempo. El hombre borracho se levantГі, tropezГі, y se lanzГі sobre ella de nuevo. Caitlin esperГі hasta el Гєltimo segundo, luego lo esquivГі, y Г©l saliГі volando, cayendo sobre su rostro.

Estaba aturdido y, antes de que pudiera levantarse de nuevo, Caitlin se apresurГі a alejarse. Se alegrГі de que habГ­a logrado librarse de Г©l pero el incidente la habГ­a sacudido. Le preocupГі que todavГ­a tuviera flashbacks de Roma. Tampoco habГ­a sentido su fuerza sobrenatural. TodavГ­a se sentГ­a tan frГЎgil como un ser humano. Esa idea, mГЎs que cualquier otra cosa, la asustaba. Realmente, tenГ­a que arreglГЎrselas por su cuenta.

Caitlin mirГі a su alrededor y empezГі a sentirse desesperada por no saber dГіnde ir ni quГ© hacer. Sus piernas le quemaban por la caminata, y estaba cansada.

Fue entonces cuando la vio. Al levantar la vista, vio ante ella una enorme colina. AdemГЎs, habГ­a unaВ  gran abadГ­a medieval. Por alguna razГіn que no podГ­a explicar, se sintiГі atraГ­da hacia allГ­. La colina era desalentadora, pero no tenГ­a otra opciГіn.

Caitlin subiГі hasta la cima de la colina, mГЎs cansada de lo que nunca habГ­a estado en su vida y deseГі poder volar.

Finalmente, llegГі a las puertas de entrada de la abadГ­a, y mirГі sus enormes puertas de roble. Este lugar tenГ­a un aspecto antiguo. Se maravillГі ante el hecho de que, aunque era 1789, esta iglesia habГ­a sido construida miles de aГ±os antes.

No sabГ­a por quГ©, pero ese lugar la atraГ­a. Al no tener otro lugar a donde ir, se llenГі de coraje, y llamГі suavemente.

No hubo ninguna respuesta.

Caitlin probГі el picaporte y se sorprendiГі cuando la puerta se abriГі. Y entrГі.

La antigua puerta se abriГі lentamente, y los ojos de Caitlin tardaron un momento en acostumbrarse a la iglesia que estaba oscura como una caverna. Mientras la examinaba, le impresionГі la magnitud y la solemnidad del lugar. TodavГ­a era de noche, y esta sencilla y austera iglesia, hecha enteramente de piedra, adornada con vitrales, estaba iluminada por velas grandes con pequeГ±as flamas que estaban en todas partes. En su extremo mГЎs alejado habГ­a un altar sencillo, a su alrededor habГ­a decenas de mГЎs velas.

Sin embargo, parecГ­a no haber nadie.

Caitlin se preguntГі quГ© estaba haciendo allГ­. ВїHabГ­a alguna razГіn especial? ВїO su mente solo le estado jugando una mala pasada?

De repente, una puerta lateral se abriГі y Caitlin es dio vuelta.

Caitlin se sorprendiГі al ver a una monja -bajita y frГЎgil, vestida con tГєnicas blancas y una capucha blanca, caminando hacia ella. Se acercГі lentamente hasta Caitlin.

La monja se echГі la capucha hacia atrГЎs, la mirГі y sonriГі. TenГ­a grandes y brillantes ojos azules, se veГ­a demasiado joven para ser una monja. Cuando sonriГі, Caitlin pudo sentir su calor. TambiГ©n notГі que era de las suyas: era un vampiro.

"Hermana Paine," la monja dijo en voz baja. "Es un honor tenerla aquГ­."




CAPГЌTULO DOS


Todo se volviГі surrealista para Caitlin mientras la monja la conducГ­a por la abadГ­a, por un largo pasillo. Era un lugar hermoso, y era evidente que allГ­ habГ­a gran actividad; las monjas en tГєnicas blancas caminaban alrededor, preparГЎndose, al parecer, para los servicios de la maГ±ana. Una de ellas balanceaba un decantador que difuminaba un delicado perfume, mientras otras cantaban suavemente oraciones para la maГ±ana.

DespuГ©s de varios minutos de caminar en silencio, Caitlin empezГі a preguntarse a donde la estaba conduciendo la monja. Finalmente, se detuvieron ante una puerta. La monja la abriГі, revelando una pequeГ±a y humilde habitaciГіn, con una vista de ParГ­s. A Caitlin le recordГі la habitaciГіn donde se habГ­a quedado en el claustro en Siena.

"En la cama, encontrarГЎs una muda de ropa", le dijo la monja. "En nuestro patio, hay un pozo donde podrГЎs baГ±arte, ", dijo. Y seГ±alГі, "y eso es para ti."

Caitlin siguiГі su dedo y vio un pequeГ±o pedestal de piedra en la esquina de la habitaciГіn, sobre el que habГ­a una copa de plata llena de un lГ­quido blanco. La monja le devolviГі la sonrisa.

"Tienes todo lo que necesitas para dormir durante la noche. DespuГ©s, la decisiГіn es tuya."

"ВїLa decisiГіn?" preguntГі Caitlin.

"Me han dicho que ya tienes una llave. TendrГЎs que encontrar las otras tres. Sin embargo, la decisiГіn para cumplir tu misiГіn y continuar tu viaje es siempre tuya."

"Esto es para ti."

AlargГі la mano y le entregГі un casco cilГ­ndrico de plata, estaba cubierto de joyas.

"Es una carta de tu padre. SГіlo para ti. La hemos estado custodiando desde hace siglos. Nunca la hemos abierto."

Caitlin la tomГі con asombro, sintiendo su peso en la mano.

"Espero que continГєes tu misiГіn", dijo en voz baja. "Te necesitamos, Caitlin."

De repente, la monja se volviГі para irse.

"ВЎEspera!" Caitlin gritГі.

Ella se detuvo.

"Estoy en ParГ­s, Вїcorrecto? ВїEn 1789?"

La mujer le devolviГі la sonrisa. "Eso es correcto."

"Pero Вїpor quГ©? ВїPor quГ© estoy aquГ­? ВїPor quГ© ahora? ВїPor quГ© en este lugar?"

"Me temo que eso es algo que necesitas descubrir por ti misma. Yo no soy mГЎs que un simple servidor."

"Pero Вїpor quГ© me atrajo esta iglesia?"

"EstГЎs en la abadГ­a de San Pedro. En Montmartre" dijo la mujer. "La abadГ­a ha estado aquГ­ desde hace miles de aГ±os. Es un lugar muy sagrado."

"ВїPor quГ©?" Caitlin la presionГі.

"Este fue el lugar donde todo el mundo se reuniГі para tomar sus votos y fundar la CompaГ±Г­a de JesГєs. En este lugar naciГі el cristianismo."

Sin decir palabras, Caitlin le devolviГі la mirada y la monja finalmente sonriГі y dijo: "Bienvenida."

Y con eso, se inclinГі un poco y se marchГі, cerrando la puerta suavemente detrГЎs de ella.

Caitlin se volviГі y examinГі la habitaciГіn. Estaba agradecida por la hospitalidad, el cambio de ropa, la oportunidad de baГ±arse, la cГіmoda cama en una esquina de la habitaciГіn. No podГ­a dar un paso mГЎs. De hecho, estaba tan cansada que sentГ­a que podГ­a dormir para siempre.

Sosteniendo el casco enjoyado, caminГі hasta la esquina de la habitaciГіn y lo dejГі allГ­. La carta podГ­a esperar. Pero su hambre no.

LevantГі la copa rebosante y la examinГі. Pudo sentir lo que contenГ­a: glГіbulos blancos.

Se la llevГі a los labios y bebiГі. Era mГЎs dulce que la sangre roja y bajaba mГЎs fГЎcilmente- y corrГ­a por sus venas mГЎs rГЎpidamente. En un momento, se sintiГі renacer y con mГЎs fuerza que nunca. PodrГ­a haber bebido para siempre.

Caitlin finalmente dejГі la copa vacГ­a y llevГі la caja de plata a la cama. Se acostГі y se dio cuenta cuГЎnto le dolГ­an sus piernas. Se sentГ­a tan bien que simplemente se quedГі allГ­.

Se echГі hacia atrГЎs y apoyГі la cabeza contra la simple almohada pequeГ±a y cerrГі los ojos, sГіlo por un segundo. Estaba decidida a abrirlos en un momento y leer la carta de su padre.

Pero no bien cerrГі sus ojos, un agotamiento increГ­ble se apoderГі de ella. No pudo abrirlos de nuevo aunque lo intentГі varias veces. En cuestiГіn de segundos, estaba profundamente dormida.


*

Caitlin estaba parada en la pista del Coliseo romano, vestida con equipo de batalla y sosteniendo una espada. Se veГ­a dispuesta a desafiar a todo quien la atacara -de hecho, tenГ­a la necesidad de luchar. Pero cuando se dio la vuelta, vio que el estadio estaba vacГ­o. LevantГі la vista hacia las filas de asientos, todo el lugar estaba vacГ­o.

Caitlin parpadeГі, y cuando abriГі los ojos, ya no estaba en el Coliseo, sino en el Vaticano, en la Capilla Sixtina. AГєn sostenГ­a su espada, pero ahora estaba vestida con una tГєnica.

MirГі la habitaciГіn y vio cientos de vampiros perfectamente alineados, vestidos en blancoВ В  y con ojos azules brillantes. PermanecГ­an pacientemente junto a la pared, en silencio estaban atentos.

Caitlin dejГі caer su espada en la sala vacГ­a, la espada cayГі con un tintineo. CaminГі lentamente hacia el sacerdote principal, extendiГі la mano, y tomГі de Г©l una enorme copa de plata, llena de sangre blanca. BebiГі y el lГ­quido se desbordГі y se vertiГі por sus mejillas.

De repente, Caitlin estaba sola en el desierto. Caminaba descalza sobre la tierra seca, el sol caГ­a a plomo, y sostenГ­a una llave gigante en la mano. Pero la llave era muy grande -grande-en una forma no natural y el peso de que se retiraba a bajar.

CaminГі y caminГі, sin aire en el calor, hasta que finalmente llegГі a una montaГ±a enorme. En la cima, vio a un hombre de pie mirando hacia abajo, sonreГ­a.

Supo que era su padre.

Caitlin se lanzГі en una carrera de velocidad, corriГі con todas sus fuerzas hacia la montaГ±a, acercГЎndose cada vez mГЎs. Mientras tanto, el sol se elevaba, era un disco caliente en el cieloВ  que se dirigГ­a hacia ella, parecГ­a venir desde detrГЎs de su padre. Era como si Г©l fuera el sol, y ella se dirigiera directamente hacia Г©l.

Cuanto mГЎs ascendГ­a, mГЎs calor sentГ­a, y le era difГ­cil respirar. Г‰l se puso de pie con los brazos extendidos, esperando abrazarla.

Pero la colina se inclinГі mГЎs y ella estaba demasiado cansada. No pudo seguir mГЎs. Se dejГі caer donde estaba.

Caitlin parpadeГі, y cuando abriГі los ojos, vio a su padre, de pie junto a ella, se inclinГі conВ  una sonrisa cГЎlida en su rostro.

"Caitlin", dijo. "Hija mГ­a. Estoy tan orgullosa de ti."

TratГі de estirarse para tocarlo, pero la llave estaba ahora encima de ella, era demasiado pesada y la sujetaba hacia abajo.

Ella lo mirГі tratando de hablar, pero sus labios estaban ajados y tenГ­a la garganta demasiado seca.

"ВїCaitlin?"

"ВїCaitlin?"

Desorientada, Caitlin abriГі los ojos con un sobresalto.

LevantГі la vista y vio a un hombre sentado sobre su cama, Г©l la miraba y sonreГ­a.

Г‰l alargГі su mano y suavemente sacГі el pelo de sus ojos.

ВїEra todavГ­a el sueГ±o? Ella sintiГі el sudor frГ­o sobre su frente mientras Г©l tocaba su muГ±eca, ella orГі para no fuera un sueГ±o.

Porque frente a ella, sonriendo, estaba el amor de su vida.

Caleb.




CAPГЌTULO TERCERO


Sam abriГі los ojos con un sobresalto. Estaba mirando hacia el cielo, el tronco de un roble enorme. ParpadeГі varias veces, preguntГЎndose dГіnde estaba.

SintiГі algo suave en la espalda que se sentГ­a muy cГіmodo; cuando mirГі, se dio cuenta de que yacГ­a sobre un montГіn de musgo en el piso de un bosque. MirГі hacia arriba y hacia atrГЎs y vio a docenas de ГЎrboles altos balanceГЎndose en el viento. OyГі un sonido de gorgoteo, y vio un arroyo correr a pocos metros de su cabeza.

Sam se sentГі y mirГі a su alrededor en todas direcciones, asimilГЎndolo todo. Estaba en lo profundo del bosque, solo, la luz se filtraba por entre las ramas de los ГЎrboles. Se examinГі y vio que estaba vestido con el mismo equipo de batalla que habГ­a usado en el Coliseo. El ruido de la corriente, las aves y algunos animales distantes lo tranquilizГі.

Con alivio, Sam se dio cuenta de que el viaje en el tiempo habГ­a funcionado. Era evidente que estaba en otro lugar y en otra Г©poca -a pesar de que no tenГ­a ni idea dГіnde estaba y quГ© Г©poca era.

Sam examinГі lentamente su cuerpo: no habГ­a sufrido lesiones importantes y estaba entero. SintiГі un hambre terrible roer su estГіmago, pero podГ­a soportarlo. En primer lugar, tenГ­a que averiguar dГіnde estaba.

Se palpГі para saber si cargaba algГєn armamento.

Por desgracia, nada de eso habГ­a viajado con Г©l. Estaba solo de nuevo, librado a lo que sus propias manos podrГ­an ayudarlo.

Se preguntГі si conservaba el poder de un vampiro. Pudo sentir la fuerza sobrenatural correr por sus venas, y sintiГі que aun lo tenГ­a. Pero, no podrГ­a estar seguro hasta que llegara el momento para probarlo.

Y ese momento llegГі antes de lo esperado.

Sam oyГі el chasquido de una rama y se volviГі para ver a un gran oso descomunal dirigiГ©ndose lentamente hacia Г©l, dispuesto a agredirlo. Se quedГі paralizado. El oso lo fulminГі con la mirada, levantГі sus colmillos y gruГ±Гі.

Un segundo despuГ©s, se lanzГі velozmente hacia Г©l.

A Sam no le dio tiempo para correr y no habГ­a ningГєn lugar donde pudiera ir. No tenГ­a otra opciГіn mГЎs que enfrentar este animal.

Pero por extraГ±o que pareciera, en lugar de dejarse vencer por el miedo, Sam sintiГі la rabia correr a travГ©s de Г©l. Estaba furioso con el animal. Le molestaba ser atacado, especialmente antes de tener la oportunidad de orientarse. AsГ­ que, sin pensarlo, Sam se lanzГі tambiГ©n preparГЎndose para unirse con el oso en la batalla, de la misma manera que lo hubiera hecho con un humano.

Sam y el oso se encontraron en el centro. El oso se abalanzГі sobre Г©l y Sam se lanzГі enseguida. Sam sintiГі el poder correr por sus venas, haciГ©ndolo sentir invencible.

Cuando se encontrГі con el oso en el aire, se dio cuenta de que tenГ­a razГіn. AtrapГі al oso por los hombros, lo agarrГі, lo hizo girar y lo lanzГі en el aire. El oso saliГі volando hacia atrГЎs por el bosque, a decenas de pies se golpeГі con fuerza contra un ГЎrbol.

Sam se quedГі allГ­ y rugiГі de nuevo al oso, era un rugido feroz, aГєn mГЎs fuerte que el del animal. SintiГі cГіmo los mГєsculos y venas se le abultaban.

Lentamente, el tambaleante oso se puso de pie y mirГі a Sam con algo de sorpresa. Ahora cojeaba al caminar y, despuГ©s de dar unos pasos, bajГі la cabeza, dio media vuelta y saliГі corriendo.

Pero Sam no iba a dejarlo escapar tan fГЎcilmente. Estaba enfurecido y sentГ­a como si nada en el mundo podrГ­a disminuir su ira. Y tenГ­a hambre. El oso tendrГ­a que pagar.

Sam arrancГі a correr y le alegrГі ver que era mГЎs rГЎpido que ese animal. En unos momentos, lo alcanzГі y, de un solo salto, aterrizГі sobre su espalda. Se echГі hacia atrГЎs y hundiГі sus colmillos profundamente en el cuello del animal.

El oso aullГі de agonГ­a, dando sacudidas salvajemente, pero Sam lo disfrutaba. HundiГі sus colmillos mГЎs profundamente y, en unos instantes, el oso cayГі de rodillas debajo de Г©l. Finalmente, el animal dejГі de moverse.

Sam se posГі encima, bebiendo, sintiendo la fuerza de la vida correr por sus venas.

Finalmente, Sam se echГі hacia atrГЎs y se lamiГі los labios que chorreaban sangre. Nunca se habГ­a sentido tan renovado. Era exactamente la comida que necesitaba.

Sam se estaba levantando cuando oyГі el chasquido de otra ramita.

MirГі y allГ­ de pie, en un claro del bosque, habГ­a una chica joven, de tal vez 17 aГ±os, vestida con una telita delgada, completamente blanca. Estaba allГ­, sosteniendo una cesta, y le devolviГі la mirada en estado de shock. Su piel era de color blanco translГєcido y su largo cabello castaГ±o enmarcaba sus grandes ojos azules. Era hermosa.

Le devolviГі la mirada a Sam, quien estaba igualmente paralizado.

Se dio cuenta de que ella debГ­a tenerle miedo al creer que tal vez Г©l podrГ­a atacarla; verlo sobre el oso con sangre en la boca, le debiГі parecer un espectГЎculo horrible. No querГ­a asustarla.

AsГ­ que se bajГі de un salto del animal y dio varios pasos hacia ella.

Para su sorpresa, ella no se inmutГі, ni tratГі de alejarse. MГЎs bien, sГіlo lo siguiГі mirando fijamente, sin miedo.

"No te preocupes", dijo. "No voy a hacerte daГ±o."

Ella sonriГі. Eso lo sorprendiГі. No sГіlo era hermosa, pero no tenГ­a miedo. ВїCГіmo podГ­a ser posible?

"Por supuesto que no," dijo ella. "Eres uno de los mГ­os."

Le tocГі a Sam sorprenderse. Al segundo que lo dijo, Г©l supo que era verdad. HabГ­a sentido algo cuando la vio por primera vez, y ahora se daba cuenta por quГ©. Ella era uno de los suyos. Un vampiro. Por eso no tenГ­a miedo.

"Linda abatida", dijo, haciendo un gesto hacia el oso. "Un poco caГіtica, Вїno te parece? ВїPor quГ© no atrapaste un ciervo?"

Sam sonrió. No sólo era bonita – también era divertida.

"QuizГЎs la prГіxima vez lo harГ©", respondiГі.

Ella sonriГі.

"ВїTe importarГ­a decirme quГ© aГ±o es?", preguntГі. "O siglo, por lo menos?"

Ella sГіlo sonriГі y negГі con la cabeza.

"Voy a dejar que lo descubras por ti mismo. Si te lo dijera, arruinarГ­a toda la diversiГіn, Вїno?"

A Sam le gustГі la chica. Era valiente. Y se sentГ­a a gusto con ella como si la conociera de toda la vida.

Ella dio un paso hacia adelante y extendiГі su mano. Sam la tomГі y le encantГі la sensaciГіn de su piel suave y translГєcida.

"Yo soy Sam", dijo, sacudiendo la mano, sosteniГ©ndola durante demasiado tiempo.

Ella sonriГі alegremente.

"Lo sГ©", dijo.

Sam estaba desconcertado. ВїCГіmo podГ­a saberlo? ВїLa habГ­a visto antes? No lograba recordarla.

"Me enviaron por ti", aГ±adiГі.

De repente, ella se dio vuelta y se dirigiГі a un camino del bosque.

Sam se apresurГі para alcanzarla, suponiendo que ella querГ­a que la siguiera. Sin ver cuidadosamente por donde iba, se sintiГі avergonzado al verse atrapado en una rama; escuchГі su risa.

"ВїY?" le preguntГі. "ВїNo vas a decirme tu nombre?"

Ella se riГі de nuevo.

"Bueno, tengo un nombre formal, pero rara vez lo uso", dijo.

Luego se volviГі y lo miro mientras esperaba que Г©l la alcanzara.

"Si quieres saberlo, todo el mundo me llama Polly."




CAPГЌTULO CUATRO


Caleb abriГі la enorme puerta medieval y Caitlin saliГі de la abadГ­a y dio sus primeros pasos hacia la luz de la maГ±ana. Con Caleb a su lado, contemplГі el amanecer. AllГ­, en lo alto de la colina de Montmartre, vio a todo ParГ­s extenderse ante ella. Era una ciudad hermosa y grande, una mezcla de arquitectura clГЎsica y casas simples, de calles empedradas y caminos de tierra, de ГЎrboles y la urbanidad. El cielo, con un millГіn de colores suaves mezclados, hacГ­a que la ciudad se viera viva. Era mГЎgico.

Incluso mГЎs mГЎgico era sentir la mano que se deslizaba en la suya. Caleb estaba de pie a su lado, disfrutando de la vista con ella, y casi no podГ­a creer que fuera real. Casi no podГ­a creer que era realmente Г©l, que estaban realmente allГ­. Juntos. Que Г©l sabГ­a quiГ©n era ella. Que Г©l se acordaba de ella. Que la habГ­a encontrado.

Se preguntГі de nuevo si realmente habГ­a despertado de un sueГ±o, si todavГ­a estabaВ  durmiendo.

Pero ella le apretГі la mano con mГЎs fuerza y supo que estaba verdaderamente despierta. Nunca se habГ­a sentido tan feliz. HabГ­a estado corriendo durante tanto tiempo, habГ­a regresado en el tiempo, todos estos siglos para estar allГ­, sГіlo para estar con Г©l. Para asegurarse de que estaba vivo. Cuando Г©l no la habГ­a recordado en Italia, eso la habГ­a devastado profundamente.

Pero ahora que estaba allГ­, y vivo, y se acordaba de ella, y que era todo suyo, para ella sola, sin Sera, su corazГіn se llenГі de emociГіn con una nueva esperanza. Nunca hubiera imaginado que todo podrГ­a haber funcionado tan perfectamente, que todo podrГ­a estarВ  realmente bien. Estaba tan abrumada que ni siquiera sabГ­a por dГіnde empezar o quГ© decir.

Antes de que pudiera hablar, Г©l comenzГі.

"ParГ­s", dijo, volviГ©ndose hacia ella con una sonrisa. "Sin duda, hay peores lugares donde podrГ­amos estar juntos."

Ella le devolviГі la sonrisa.

"Toda mi vida, habГ­a querido ver esta ciudad", respondiГі ella.

Con alguien a quien amo, quiso aГ±adir, pero se detuvo. SentГ­a como si hubiera pasado mucho tiempo desde que la Гєltima vez que habГ­a estado junto a Caleb, se sentГ­a nerviosa de nuevo. De cierta manera, sentГ­a como si hubiera estado con Г©l desde siempre -mГЎs que desde siempre- pero en otros aspectos sentГ­a como si lo estuviera viendo por primera vez.

Г‰l extendiГі la mano con la palma hacia arriba.

"ВїLa recorrerГ­as conmigo?", Г©l le preguntГі.

Ella se acercГі y puso su mano en la suya.

"Es un largo camino hacia abajo," dijo ella, mirando hacia la colina empinada que despuГ©s de kilГіmetros y en declive conducГ­a a ParГ­s.

"Yo estaba pensando en algo un poco mГЎs pintoresco", respondiГі. "Volar".

Ella juntГі sus hombros, tratando de sentir si sus alas estaban funcionando. Se sentГ­a rejuvenecida, recobrada gracias a la bebida, a la sangre blanca -pero no estaba segura de que fuera capaz de volar. Y no se sentГ­a lista para saltar de una montaГ±a con la esperanza de que sus alas brotaran.

"No creo estar lista todavГ­a", dijo.

Г‰l la mirГі y comprendiГі.

"Vuela conmigo", dijo, y luego aГ±adiГі, con una sonrisa, "como en los viejos tiempos."

Ella sonriГі, se le acercГі por detrГЎs y se aferrГі a su espalda y los hombros. Su musculoso cuerpo se sentГ­a muy bien en sus brazos.

De repente, Г©l saltГі en el aire, tan rГЎpidamente, que apenas tuvo tiempo para agarrarse bien.

En unos segundos, estaban volando, ella sostenida sobre su espalda, mirando hacia abajoВ  con la cabeza apoyada sobre su hombro. SintiГі esa emociГіn familiar en su estГіmago mientras se desplomaban bajando cerca de la ciudad, hacia la salida del sol. Era impresionante.

Pero nada de eso era tan impresionante como estar en sus brazos, abrazГЎndolo, simplemente estando juntos. Apenas habГ­a estado con Г©l una hora, y ya estaba rezando para que nunca estuvieran separados de nuevo.


*

El ParГ­s que sobrevolaban, el ParГ­s de 1789, era de muchas maneras similar a las fotos de ParГ­s que Caitlin habГ­a visto en el siglo 21. ReconociГі muchos de los edificios, las iglesias, las torres, los monumentos. A pesar de tener cientos de aГ±os, se veГ­an casi exactamente como la ciudad del siglo 21. Al igual que Venecia y Florencia, muy poco habГ­a cambiado en tan sГіlo unos pocos cientos de aГ±os.

Pero en otros aspectos, era muy diferente. No estaba totalmente edificado. Aunque algunas carreteras estaban pavimentadas con adoquines, otros eran de tierra. No estaba tan condensado, y en medio de los edificios todavГ­a habГ­a ГЎrboles, casi como si fuera una ciudad construida en un bosque. En lugar de coches, habГ­a caballos, carruajes, gente caminando sobre la tierra, o empujando carritos. Todo era mГЎs lento, mГЎs relajado.

Caleb se zambullГі hasta volar a unos pocos pies por encima de los edificios. Cuando pasaron sobre el Гєltimo, de repente el cielo se abriГі y ante ellos se extendiГі el rГ­o Sena que corrГ­aВ  por el medio de la ciudad. Brillaba con la luz de la maГ±ana, y Caitlin se quedГі sin aliento.

Caleb se zambullГі volando por encima de rГ­o, y ella se maravillГі ante la belleza de la ciudad, lo romГЎntica que se veГ­a. Volaron sobre la pequeГ±a isla, la Ile de la CitГ©, y ella reconociГі la iglesia de Notre Dame, su enorme campanario que se elevaba sobre todo lo demГЎs.

Caleb se sumergiГі aГєn mГЎs abajo, justo por encima del agua, el aire hГєmedo del rГ­o los enfriГі en esa calurosa maГ±ana de julio. ParГ­s se extendГ­a a ambos lados del rГ­o, mientras volaban por encima y por debajo de los numerosos pequeГ±os puentes peatonales en forma de arco que conectaban un lado del rГ­o con el otro. Entonces, Caleb se elevГі en una de las orilla y bajГі suavemente detrГЎs de un ГЎrbol grande, fuera de la vista de los transeГєntes.

Ella mirГі a su alrededor y vio que Caleb los habГ­a llevado a un enorme parque y jardГ­n muy formal, que parecГ­a extenderse por millas justo al lado del rГ­o.

"Las TullerГ­as," dijo Caleb. "El mismo jardГ­n del siglo 21. Nada ha cambiado. Sigue siendo el lugar mГЎs romГЎntico de ParГ­s."

Con una sonrisa, Г©l se acercГі y le tomГі la mano. Pasearon por un sendero que se abrГ­a paso a travГ©s del jardГ­n. Ella nunca se habГ­a sentido tan feliz.

HabГ­a tantas preguntas que ardГ­a en deseos de preguntarle, tantas cosas que se morГ­a por decirle, que no sabГ­a por dГіnde empezar. Pero tenГ­a que empezar en alguna parte, asГ­ que empezarГ­a con lo que era mГЎs reciente.

"Gracias," dijo ella, "por Roma. Por el Coliseo. Por salvarme ", dijo. "Si no hubieras llegado, no sГ© quГ© habrГ­a pasado."

Ella se volviГі y lo mirГі, repentinamente insegura. "ВїTe acuerdas?", preguntГі con preocupaciГіn.

Г‰l se dio la vuelta y la mirГі y asintiГі. Ella se sintiГі aliviada. Al menos, por fin, estaban hablando de lo mismo. Recordaba nuevamente. Eso por sГ­ solo le significaba muchГ­simo.

"Pero yo no te salvГ©", dijo. "TГє te las arreglaste muy bien sin mГ­. Por el contrario, tГє me salvaste. SГіlo estando contigo -No sГ© quГ© harГ­a sin ti", Г©l dijo.

Cuando Г©l le apretГі la mano, ella sintiГі cГіmo todo su mundo rehacГ­a en su interior.

Mientras deambulaban por los jardines, miró con asombro todas las variedades de flores, las fuentes, las estatuas … Era uno de los lugares más románticos que jamás había visto.

"Y lo siento", aГ±adiГі.

Г‰l la mirГі, y a ella le dio miedo decirlo.

"Por tu hijo."

Su rostro se ensombreciГі y cuando Г©l apartГі la mirada, ella pudo ver su dolor.

QuГ© estГєpida, pensГі. ВїPor quГ© siempre tienes que arruinarlo todo? ВїPor quГ© no esperaste otro momento?

Caleb tragГі saliva y asintiГі con la cabeza, estaba demasiado abrumado por la pena que ni siquiera podГ­a hablar.

"Y siento lo de Sera," aГ±adiГі Caitlin. "Nunca tuve la intenciГіn de meterme entre los dos."

"No te disculpes", dijo. "No tiene nada que ver contigo. Era algo entre ella y yo. No estГЎbamos destinados a estar juntos. Fue un error desde el principio."

"Bueno, y siento por lo que pasГі en Nueva York", agregГі, sintiГ©ndose aliviada al sacarlo de su pecho. "Nunca te habrГ­a apuГ±alado si hubiera sabido que eras tГє. Te lo juro, pensГ© que eras otra persona, fue un cambio de forma. Nunca en un millГіn de aГ±os pensГ© que eras tГє."

SintiГі que se resquebrajaba al pensarlo.

Г‰l se detuvo, la mirГі y la tomГі de los hombros.

"Nada de eso importa ahora", dijo con seriedad. "Has regresado para salvarme. Y sГ© que lo hiciste a un gran costo. PodrГ­a no haber funcionado. Y arriesgaste tu vida por mГ­. Y renunciaste a nuestro hijo por mГ­ ", dijo, mirando hacia abajo de nuevo con un dolor momentГЎneo. "Te quiero mГЎs de lo que podrГ­a decirte", dijo, sin dejar de mirar el suelo.

Г‰l la mirГі con los ojos hГєmedos.

En ese momento, se besaron. Ella sintiГі que se derretГ­a en sus brazos, sintiГі que todo su mundo se relajaba, mientras se besaban por lo que parecГ­a una eternidad. Era algo extraordinario que le ocurrГ­a junto a Г©l, y en cierto modo, sentГ­a que lo estaba conociendo por primera vez.

Finalmente, poco a poco se apartaron, mirГЎndose profundamente en los ojos.

Luego ambos desviaron la mirada con recato, se tomaron de las manos y continuaron su paseo por los jardines, junto al río. Ella veía lo hermoso y romántico que era París y que en ese momento todos sus sueños se estaban haciendo realidad. Eso era todo lo que había querido en la vida. Estar con alguien que – realmente la amara, la amara. Estar en una ciudad tan bonita, en un lugar tan romántico. Sentir que podría tener una vida por delante.

Caitlin sintiГі el casco enjoyada en su bolsillo y le molestГі. No querГ­a abrirlo. QuerГ­a mucho a su padre, pero no querГ­a leer una carta de Г©l. Supo en ese momento que no querГ­a continuar con esa misiГіn por mГЎs tiempo. No querГ­a correr el riesgo de tener que retroceder en el tiempo otra vez, o tener que encontrar las otras llaves. SГіlo querГ­a estar allГ­, en ese momento, en ese lugar, con Caleb. En paz. No querГ­a que nada cambiase. Estaba decidida a hacer lo que necesitara paraВ  proteger su vida juntos, para permanecer juntos. Y una parte de ella sentГ­a que eso significaba renunciar a la misiГіn.

Ella se volviГі y lo mirГі. Estaba nerviosa de decГ­rselo pero sintiГі que tenГ­a que hacerlo.

"Caleb", dijo, "no quiero buscar más. Me doy cuenta de que tengo una misión especial, que tengo que ayudar a los demás y encontrar el Escudo. Y puede sonar egoísta, y lo siento si lo es. Pero yo sólo quiero estar contigo. Eso es lo más importante para mí ahora. Permanecer en esta época y en este lugar. Tengo la sensación de que si continuamos la búsqueda, vamos a terminar en otro tiempo, en otro lugar. Y podríamos no estar juntos la próxima vez … " Caitlin se detuvo y se dio cuenta de que estaba llorando.

Ella respirГі hondo en silencio. Se preguntГі lo que pensaba Г©l de ella y esperaba que no la desaprobara.

"ВїMe entiendes?", preguntГі, tentativamente.

Г‰l se quedГі mirando hacia el horizonte, se veГ­a preocupado y, finalmente, se volviГі y la mirГі. Cailtlin se preocupГі aun mГЎs.

"No quiero leer la carta de mi padre o encontrar mГЎs pistas. SГіlo quiero que estemos juntos. Quiero que las cosas se queden tal y como estГЎn ahora. No quiero que cambien. Espero que no me odies por eso."

"Yo nunca voy a odiarte", Г©l dijo en voz baja.

"Pero no te parece bien", ella preguntГі. "ВїCrees que deberГ­a continuar con la misiГіn?"

Г‰l apartГі la mirada, pero no dijo nada.

"ВїQuГ© pasa?", preguntГі. "ВїEstГЎs preocupado por los demГЎs?"

"Supongo que debería estarlo", dijo. "Y lo estoy. Pero también tengo razones egoístas. Supongo que … en el fondo, esperaba que si encontramos el escudo, de alguna manera podría traer de regreso a mi hijo. Jade."

Caitlin sintiГі un terrible sentimiento de culpa, al darse cuenta de que Г©l equipataba su abandono de la misiГіn con dejar ir a su hijo para siempre.

"Pero no es asГ­", ella dijo. "No sabemos que el Escudo, si es que existe, vaya a traerlo de vuelta. Pero sГ­ sabemos que si no buscamos, podremos estar juntos. Estoy hablando de nosotros. Eso es lo que mГЎs me importa." Hizo una pausa."ВїEs eso lo mГЎs importante?"

Г‰l mirГі hacia el horizonte y asintiГі con la cabeza. Pero no la mirГі.

"ВїO es que sГіlo me quieres porque puedo ayudarte a encontrar el escudo?", ella le preguntГі.

Ella se sorprendiГі a sГ­ misma por tener el coraje de expresar la pregunta. Era una pregunta que habГ­a estado ardiendo en su mente desde que lo habГ­a conocido. ВїГ‰l sГіlo la querГ­a por lo que ella le podГ­a brindar? ВїO la amaba por ella? Ahora, finalmente, habГ­a formulado la pregunta.

El corazГіn le latГ­a con fuerza mientras esperaba la respuesta.

Finalmente, Г©l se volviГі y la mirГі profundamente a los ojos. ExtendiГі su mano y le acariciГі suavemente la mejilla con el dorso de su mano.

"Te quiero por ti," dijo. "Y siempre lo he hecho. Y si estar contigo significa renunciar a la bГєsqueda del Escudo, entonces eso es lo que harГ©. Yo tambiГ©n quiero estar contigo. Quiero buscar la espada, sГ­. Pero, tГє eres mucho mГЎs importante para mГ­ ahora."

Caitlin sonriГі, sintiendo en su corazГіn algo que no habГ­a sentido en mucho tiempo. Una sensaciГіn de paz, de estabilidad. Nada podrГ­a interponerse en su camino.

Г€l apartГі el pelo de la cara de Caitlin y rompiГі en una sonrisa.

"Es gracioso", dijo, "he vivido aquГ­ una vez. Hace siglos. No en ParГ­s, pero en el interior. En un pequeГ±o castillo. No sГ© si todavГ­a existe. Pero podemos buscarlo."

Ella sonriГі y de repente Г©l la cargГі sobre su espalda y saltГі en el aire. En unos momentos, estaban volando en lo alto, por encima de ParГ­s, hacia el interior, en busca de su casa.

Su casa.

Caitlin nunca habГ­a sido tan feliz.




CAPГЌTULO CINCO


Sam estaba teniendo dificultades para seguirle el paso a Polly. Ella hablaba tan rГЎpido y nunca parecГ­a parar, y saltaba de una idea a la otra. TodavГ­a estaba trastornado del viaje en el tiempo, de estar en un lugar nuevo -necesitaba tiempo para procesar todo.

Pero habГ­an estado caminando desde hacГ­a casi media hora, mientras Г©l tropezaba con ramas mientras la seguГ­a a travГ©s del bosque a paso ligero, y ella no habГ­a dejado de hablar. Apenas habГ­a sido capaz de decir una palabra. Ella hablaba y hablaba sobre "el palacio" y "la corte" y sobre los miembros de su cofradГ­a y de un prГіximo concierto, y un hombre llamado Aiden. No tenГ­a ni idea de lo que estaba hablando, o por quГ© lo habГ­a estado buscando, o incluso a donde lo llevaba. Estaba decidido a obtener algunas respuestas.

"… Por supuesto, no es exactamente un baile," Polly estaba diciendo, "pero aún así, va a ser un evento increíble, pero no estoy muy segura de lo que me voy a poner. Hay muchas opciones, pero no son suficientes para un evento formal como este- "

"ВЎPor favor!", dijo Sam, finalmente, mientras ella iba alegremente de un lado a otro del bosque, "Siento interrumpirte, pero quiero hacerte unas preguntas. Por favor. Necesito que me respondas."

Por fin, ella dejГі de hablar, y Г©l dio un suspiro de alivio. Ella lo mirГі algo maravillada, como si no se hubiera dado cuenta de que habГ­a estado hablando todo el tiempo.

"ВЎTodo lo que necesitas hacer es preguntar!" dijo ella alegremente. Y entonces, antes de que pudiera responder, aГ±adiГі, impaciente, "ВїY bien? ВїQuГ© quieres saber?"

"Dijiste que te enviaron a buscarme", dijo Sam. "ВїQuiГ©n?"

"Eso es fГЎcil," ella dijo, "Aiden".

"ВїQuiГ©n es?", preguntГі Sam.

Ella rió disimuladamente, "Caramba, tienes mucho por aprender, ¿no? Él ha sido el mentor de nuestra cofradía desde hace miles de años. No sé por qué él se ha interesado en ti, o por qué él me envió en un día tan hermoso a caminar a través del bosque a buscarte. Como yo lo veo, podrías haber encontrado tu propio camino aunque te tardaras. Sin mencionar, que tenía mil cosas que hacer hoy, incluyendo ver este nuevo vestido… "

"Por favor," dijo Sam, tratando de aferrarse a su pensamiento antes de perder su chance paraВ  hablar. "Realmente te agradezco que hayas venido a buscarme y no quiero ser irrespetuoso," dijo, "pero donde sea que vamos, realmente no tengo tiempo. Sabes, yo regresГ© aquГ­, a este lugar y a esta Г©poca por una razГіn. Tengo que ayudar a mi hermana. Tengo que encontrarla -y no tengo tiempo para estar haciendo excursiones."

"Bueno, no llamarГ­a esto una excursiГіn", dijo Polly. "Aiden es el hombre mГЎs solicitado en toda la corte. Si Г©l es ha interesado en ti, no es nada para menospreciar", dijo. "Y quien quiera que sea que estГ©s buscando, si hay alguien que puede ayudarte, es Г©l."

"Entonces, ВїdГіnde es que vamos, exactamente? ВїY cuГЎnto mГЎs lejos estГЎ?"

Ella dio varios pasos más por el bosque y él se apresuró a alcanzarla, preguntándose si ella iba a responder o nunca le daría una respuesta directa – hasta que en ese momento el bosque  se abrió de repente.

Ella se detuvo y Г©l tambiГ©n junto a ella, estaba asombrado.

Ante ellos se extendГ­a un campo abierto inmenso que conducГ­a a jardines inmaculados, el cГ©sped estaba cortado en formas elaboradas de todos los tamaГ±os. Era hermoso, como si fuera una obra de arte viviente.

AГєn mГЎs impresionante era lo que habГ­a mГЎs allГЎ de los jardines. Era un palacio, mГЎs grande que cualquier estructura Sam habГ­a visto nunca ante en su vida. Todo el edificio era de mГЎrmol y se extendГ­a en todas direcciones hasta donde podГ­a alcanzar la vista. Era un diseГ±o clГЎsico, formal, con docenas de ventanas de gran tamaГ±o y una escalera amplia de mГЎrmol que conducГ­a a la entrada. SabГ­a que habГ­a visto fotos de esa estructura en algГєn lugar, pero no podГ­a recordar cuГЎl era.

"Versalles", dijo Polly, proporcionando la respuesta, como si estuviera leyendo su mente.

Г‰l la mirГі y ella le devolviГі una sonrisa.

"Es donde vivimos. EstГЎs en Francia. En 1789. Y estoy segura de que Aiden te permitirГЎ unirte a nosotros, si MarГ­a se lo permite."

Sam la mirГі, desconcertado.

"ВїMarГ­a?", PreguntГі.

Ella sonriГі aun mГЎs mientras negaba con la cabeza. Se volviГі y saltГі a travГ©s del campo hacia el palacio mientras gritaba por encima del hombro.

"Pues, MarГ­a Antonieta, ВЎpor supuesto!"


*

Sam caminГі junto a Polly por la escalera de mГЎrmol sin fin, en direcciГіn a la puerta principal del palacio. A su paso, examinaba todo a su alrededor. La magnitud y las proporciones de este lugar eran asombrosos. A su alrededor, paseando por los jardines, habГ­a gente que parecГ­aВ  ser de la realeza, vestida con algunas de las mejores prendas que jamГЎs habГ­a visto. No podГ­a creer que existiera ese lugar. Si alguien le hubiera dicho que estaba soГ±ando, Г©l le habrГ­a creГ­do. Nunca antes habГ­a estado con la realeza.

Polly no habГ­a dejado de hablar y Г©l se obligГі a concentrarse en sus palabras. Le gustaba estar cerca de ella y disfrutaba de su compaГ±Г­a, aunque prestarle atenciГіn era muy difГ­cil. PensГі tambiГ©n que ella era bonita. Pero habГ­a algo en ella que le hacГ­a dudar si realmente le atraГ­a, o si sГіlo le gustaba como amiga. Con sus Гєltimas novias, habГ­a sido deseo a primera vista. Con Polly, era mГЎs como una camaraderГ­a.

"Mira, la familia real vive aquГ­", dijo Polly, "pero nosotros vivimos aquГ­, tambiГ©n. Ellos quieren que estemos aquГ­. DespuГ©s de todo, somos quienes mejor los protegemos. Vivimos en lo que podrГ­amos llamarse una armonГ­a agradable. Nos viene muy bien. Con este gran bosque, tenemos acceso a caza ilimitada, es un gran lugar para vivir, y hay buena compaГ±Г­a. Y a su vez, ayudamos a proteger a la familia real. Por no decir de que algunos de ellos son de nuestra clase."

Sam la mirГі, sorprendido.

"ВїMarГ­a Antonieta?", preguntГі.

Polly asintiГі levemente, como si tratara de mantenerlo en secreto, pero sin Г©xito.

"Pero no se lo digas a nadie", dijo. "Hay otros tambiГ©n. Pero la mayorГ­a de los miembros de la Realeza son humanos. Quieren ser uno de nosotros. Pero hay reglas estrictas aquГ­ y no estГЎ permitido. Estamos nosotros y ellos, y no se nos permite cruzar esa lГ­nea. Hay ciertos miembros de la familia real que no queremos que tengan demasiado poder. Y MarГ­a tambiГ©n lo cree.

"De todos modos, éste es un lugar fabuloso. No me puedo imaginar que alguna vez pudiera  llegar a su fin. Hay fiesta tras la fiesta, bailes interminables, bailes, conciertos … Esta semana tendremos un evento fabuloso. Una ópera, en realidad. Ya elegí mi traje."

Cuando se acercaron a las puertas, varios sirvientes se apresuraron a abrirlas. Las puertas de oro eran enormes y Sam las mirГі con asombro, mientras caminaba a travГ©s de ellas.

Polly caminГі hacia un enorme corredor de mГЎrmol, como si fuera la dueГ±a del lugar, y Sam se apresurГі a seguirle el ritmo. Mientras caminaban, Sam mirГі a su alrededor, estaba sorprendido por la opulencia. Caminaron por losВ  interminables pasillos de mГЎrmol, con enormes candelabros de cristal colgando bajo y reflejando la luz en decenas de espejos dorados. El sol entraba y la luz se reflejaba en todas direcciones.

Pasaron por una puerta tras otra y finalmente entraron a una gran sala de mГЎrmol, con columnas a su alrededor. Varios guardias se pusieron firmes cuando Polly entrГі.

Polly simplemente se riГі, aparentemente sin darles mucha importancia. "TambiГ©n recibimos entrenamiento aquГ­", dijo. "Sus instalaciones son de lo mejor. Aiden lleva un horario muy rГ­gido. Me sorprende que me haya dejado ir a buscarte. TГє debes ser muy importante."

"Entonces, ВїdГіnde estГЎ?", preguntГі Sam. "ВїCuГЎndo voy a poder conocerlo?"

"Vaya, eres impaciente, Вїno es asГ­? Г‰l es un hombre muy ocupado. Puede que decida no conocerte por algГєn tiempo. O podrГ­a convocarte de inmediato. No te preocupes, sabrГЎs cuando Г©l quiera verte. Dale tiempo. Mientras tanto, me ha pedido que te muestre tu habitaciГіn."

"ВїMi habitaciГіn?" Sam preguntГі, sorprendido. "Espera un segundo. Yo no he dicho que podГ­a quedarme aquГ­. Como te dije, realmente necesito encontrar a mi hermana", Sam comenzГі a protestar, pero en ese momento, un conjunto enorme de puertas dobles se abriГі ante ellos.

Un sГ©quito de miembros de la realeza entrГі de repente rodeando a una mujer, a quien llevaban en un trono real.

Cuando la posaron sobre el piso, Polly se inclinГі, haciendo un gesto para que Sam hiciera lo mismo. Г‰l lo hizo.

Una mujer, quien sГіlo podrГ­a ser MarГ­a Antonieta, lentamente se bajГі, dio varios pasos hacia ellos, y se detuvo justo frente a Sam y le hizo un gesto para que se levantase. Г‰l lo hizo.

MirГі a Sam de arriba hacia abajo, como si fuera su objeto de interГ©s.

"AsГ­ que tГє eres el chico nuevo", dijo ella, inexpresiva. Sus ojos verdes ardГ­an con una intensidad que Sam nunca habГ­a visto antes y , de hecho, pudo sentir de que ella era uno de los suyos.

Finalmente, despuГ©s de lo que pareciГі una eternidad, ella asintiГі con la cabeza. "Interesante".

Entonces, pasГі por delante de ellos y su comitiva la siguiГі rГЎpidamente.

Pero una persona se quedГі atrГЎs, claramente uno de los miembros de la realeza. Ella parecГ­a tener unos 17 aГ±os y estaba vestida de pies a cabeza en un azul real, con un vestido de terciopelo. TenГ­a la piel mГЎs bella que Sam habГ­a visto jamГЎs, cabello largo, rubio y rizado, y penetrantes ojos color aguamarina. Ella fijГі sus ojos directamente en Sam.

Г‰l se sentГ­a impotente ante su mirada, incapaz de mirar hacia otro lugar.

Era la chica mГЎs hermosa que nunca habГ­a visto.

DespuГ©s de varios segundos, ella dio un paso adelante y quedГі aГєn mГЎs cerca de los ojos de Sam. ExtendiГі la mano con la palma hacia abajo, esperando que Г©l la besara. Se movГ­a lentamente, con orgullo.

Sam le tomГі la mano y quedГі electrificado al tocar su piel. TomГі sus dedos y los besГі.

"ВїPolly?", dijo la niГ±a. "ВїNo vas a presentarnos?"

No era una pregunta. Era una orden.

De mala gana, Polly se aclarГі la garganta.

"Kendra, Sam," dijo ella. "Sam, Kendra."

Kendra, pensГі Sam, mirГЎndola fijamente a los ojos, sorprendido por la agresividad con la que ella le devolviГі la mirada, como si Г©l ya fuera de su propiedad.

"Sam", repitiГі ella, sonriendo. "Un poco simple. Pero me gusta."




CAPГЌTULO SEIS


Kyle rompiГі el sarcГіfago de piedra con un solo golpe. El sarcГіfago se estrellГі en un millГіn de bits y Г©l saliГі de pie, listo para la acciГіn.

GirГі y mirГі a su alrededor, listo para pelear contra cualquiera que se le acercara. De hecho, tenГ­a la esperanza de que alguien se le acercara para poder pelear. Este viaje en el tiempo habГ­a sido particularmente molesto, y estaba mГЎs que dispuesto a volcar su ira sobre alguien.

Pero, para su decepciГіn, la cГЎmara estaba vacГ­a. Estaba sГіlo Г©l.

Poco a poco, su rabia comenzГі a enfriarse. Al menos habГ­a aterrizado en el lugar correcto, ya loВ  podГ­a sentir, y en el momento adecuado. SabГ­a que era un veterano de los viajes en el tiempo mГЎs que Caitlin, y podrГ­a decidir su ubicaciГіn mГЎs fГЎcilmente. MirГі a su alrededor y, para su satisfacciГіn, vio que habГ­a aterrizado exactamente donde habГ­a querido: Les Invalides.

Les Invalides era un lugar que siempre habГ­a amado, que habГ­a sido muy importante para los mГЎs malvados de su especie. Un mausoleo, bajo tierra, que estaba hecho de mГЎrmol, bellamente adornado, con sarcГіfagos adosados a sus paredes. El edificio tenГ­a una forma cilГ­ndrica, con un altГ­simo techo de cien pies que culminaba en una cГєpula. Era un lugar sombrГ­o, el lugar de descanso ideal para todos los soldados de Г©lite de Francia. TambiГ©n era el lugar, Kyle lo sabГ­a, donde NapoleГіn, serГ­a enterrado un dГ­a.

Pero todavГ­a no. SГіlo era 1789 y NapoleГіn, ese pequeГ±o bastardo, todavГ­a estaba vivo. Era uno de los favoritos de Kyle de su misma especie. Kyle se dio cuenta que en ese momento Г©l tenГ­a unos 20 aГ±os y estaba comenzando su carrera. Faltaba algo de tiempo para que fuera enterrado allГ­. Por supuesto, siendo de su raza, el entierro de NapoleГіn era sГіlo un truco, era sГіlo una manera de dejar que las masas humanas pensaran que Г©l era uno de los suyos.

Kyle sonriГі al pensar en ello. AllГ­ estaba Г©l, en el lugar de descanso final de NapoleГіn, antes de que NapoleГіn hubiera "muerto." Esperaba volver a verlo para rememorar los viejos tiempos. Г‰l era, despuГ©s de todo, una de las pocas personas de su especie que Kyle respetaba un poco. Pero tambiГ©n era un pequeГ±o bastardo arrogante. Kyle necesitaba darle una bofetada para ponerlo en su lugar.

Kyle caminГі lentamente sobre el suelo de mГЎrmol, sus pisadas hacГ­an eco, mientras se examinaba. Se habГ­a visto mejor. HabГ­a perdido un ojo gracias a ese pequeГ±o niГ±o horrible, el hijo de Caleb, y su rostro aГєn estaba desfigurado por lo que Rexius le habГ­a hecho cuando regresГі a Nueva York. Si eso no fuera suficiente, ahora tenГ­a una gran herida en la mejilla porВ  la lanza que Sam le habГ­a lanzado en el Coliseo. Era una ruina, lo sabГ­a.

Pero tambiГ©n le gustaba un poco. Г‰l era un superviviente. Estaba vivo y nadie habГ­a sido capaz de detenerlo. Y estaba mГЎs loco que nunca. No sГіlo estaba decidido a evitar que Caitlin y CalebВ  encontraran el Escudo, sino ahora estaba decidido a hacerlos pagar. Hacerlos sufrir, tal como Г©l habГ­a sufrido. Sam estaba en su lista ahora, tambiГ©n. Los tres -no se detendrГ­a ante nada hasta que los torturara lentamente.

Con unos pocos pasos, Kyle subiГі por la escalera de mГЎrmol hacia el nivel superior de la tumba. Dio una vuelta alrededor y caminГі al final de la capilla bajo la enorme cГєpula hasta llegar detrГЎs del altar. SintiГі su pared de piedra caliza, estaba buscando algo.

Finalmente, encontrГі lo que estaba buscando. EmpujГі un pestillo oculto, y se abriГі un compartimiento secreto. MetiГі la mano y sacГі una espada larga de plata, su empuГ±adura tenГ­a incrustaciones de joyas. La sostuvo contra la luz y la examinГі con satisfacciГіn. Era tal como laВ  recordaba.

Se la atravesГі detrГЎs de su la espalda, se volviГі y se dirigiГі por el pasillo hacia la puerta principal. Se echГі hacia atrГЎs, y con una patada enorme, la gran puerta de roble saliГі volando de sus bisagras, desplomГЎndose y haciendo un eco en todo el edificio vacГ­o. Kyle se sintiГі satisfecho de que le hubiera regresado toda su fuerza.

Kyle vio que aГєn era de noche, y se relajГі. Si querГ­a, podГ­a volar a travГ©s de la noche directamente a su objetivo -pero querГ­a saborear su estancia allГ­. ParГ­s en 1789 era un lugar especial. TodavГ­a estaba, recordГі, lleno de prostitutas, alcohГіlicos, jugadores, criminales. A pesar de su buena apariencia y de su arquitectura, tenГ­a un bajo vientre que era largo y ancho. A Г©l le encantaba. La ciudad era toda suya.

Con los ojos cerrados, Kyle alzГі la barbilla, escuchaba, sentГ­a. PodГ­a percibir con fuerza la presencia de Caitlin en esta ciudad. Y la de Caleb. Sam, de Г©l no estaba tan seguro, pero sabГ­a que al menos dos de ellos estaban allГ­. Eso era algo bueno. Ahora todo lo que tenГ­a que hacer era encontrarlos. LlegarГ­a sobre ellos por sorpresa y, imaginГі, lo matarГ­a con bastante facilidad. ParГ­s era un lugar mucho mГЎs simple. No habГ­a gran Consejo de vampiros como en Roma, al que tenГ­a que obedecer. Mejor aГєn, habГ­a una fuerte cofradГ­a malvada allГ­, dirigida por NapoleГіn. Y NapoleГіn le debГ­a favores.

Kyle decidiГі que su primera tarea serГ­a localizar al enano para que le devolviera el favor. EnlistarГ­a a todos los hombres de NapoleГіn para localizar a Caitlin y Caleb. SabГ­a que los hombres de NapoleГіn podrГ­an ser Гєtiles si encontraba resistencia. En esta ocasiГіn, no dejarГ­a nada librado al azar.

Pero aГєn tenГ­a tiempo. PodrГ­a alimentarse en primer lugar, y asentar sus dos pies en el suelo. AdemГЎs, su plan ya estaba en marcha. Antes de dejar Roma, habГ­a rastreado a su viejo compaГ±ero, Sergei, y lo habГ­a enviado a ParГ­s. Si todo habГ­a salido segГєn lo planeado, Sergei ya estaba allГ­ trabajando duro para ejecutar su misiГіn, infiltrГЎndose en la cofradГ­a de Aiden. Kyle sonriГі con satisfacciГіn. No habГ­a nada que le gustara mГЎs que un traidor, una pequeГ±a comadreja como Sergei. Se habГ­a convertido en un juguete muyВ  Гєtil.

Kyle bajГі por las escaleras como un colegial, lleno de alegrГ­a, dispuesto a hundirse directamente en la ciudad y tomar lo que quisiera.

Cuando Kyle se dirigiГі hacia la calle, un artista callejero se acercГі a Г©l, sosteniendo un lienzo y unВ  pincel, y le hizo un gesto para que Kyle le permitiera pintar su retrato. Si habГ­a algo que Kyle odiaba, era que alguien lo dibujara. Sin embargo, estaba en buen humor y decidiГі dejar vivir al hombre.

Pero cuando el hombre lo presionГі, caminando detrГЎs de Kyle y metiendo el lienzo frente a Г©l, eso ya fue demasiado. Kyle se acercГі, cogiГі su pincel, y se lo clavГі justo entre los ojos. Un segundo despuГ©s, el hombre caГ­a muerto.

Kyle tomГі el lienzo y lo rompiГі encima de su cadГЎver.

Kyle continuГі caminando, bastante contento consigo mismo. Ya estaba resultando ser una gran noche.

Cuando doblГі en un callejГіn de adoquines, en direcciГіn al distrito que recordaba, comenzГі a sentirse como en casa. Varias prostitutas estaban en las calles y lo llamaban. En ese mismo momento, dos hombres grandes se tambalearon hacia fuera de un bar, estaban claramente borrachos, y chocaron con fuerza contra Kyle.

"ВЎEy, idiota!" Uno de ellos le gritГі.

El otro se volviГі hacia Kyle. "ВЎEy, el un ojo!", le gritГі. "ВЎMira por donde vas!"

El gran hombre se acercГі para darle un fuerte empujГіn a Kyle en el pecho.

Pero sus ojos se abrieron por la sorpresa cuando su empujГіn no habГ­a funcionado. Kyle no se habГ­a movido en absoluto; habГ­a sido como si hubiera empujado una pared de piedra.

Lentamente, Kyle negГі con la cabeza, asombrado por la estupidez de esos hombres. Antes de que pudieran reaccionar, se estirГі hacia atrГЎs por encima del hombro, sacГі su espada y en un solo movimiento, la hizo girar, cortando las cabezas de ambos en una fracciГіn de segundo.

ObservГі con satisfacciГіn como sus cabezas rodaron y ambos cuerpos se desplomaban sobre el suelo. GuardГі su espada y extendiГі la mano para agarrar un cadГЎver sin cabeza. LeВ  hundiГі sus largos colmillos directamente en el cuello abierto y bebiГі la sangre que salГ­a a chorros.

Kyle escuchГі los gritos de las prostitutas a su alrededor. Le siguieron portazos y el sonido de persianas cerrГЎndose.

Se dio cuenta que todo el pueblo ya le tenГ­a miedo.

Bueno, pensГі. Ese era el tipo de bienvenida que mГЎs le gustaba.




CAPГЌTULO SIETE


En la madrugada, Caitlin y Caleb volaron lejos de ParГ­s hacia la campiГ±a francesa, ella se sostenГ­a firmemente a su espalda mientras Г©l se deslizaba por el aire. Se sentГ­a mГЎs fuerte ahora y si hubiera querido volar, habrГ­a podido. Pero ella no querГ­a dejarlo ir. Le encantaba sentir su cuerpo cerca. SГіlo querГ­a abrazarlo, sentir lo que era estar juntos de nuevo. SabГ­a que no tenГ­a sentido, pero despuГ©s de estar separados durante tanto tiempo, tenГ­a temor de que si lo soltaba, podrГ­a volar lejos para siempre.

Debajo de ellos, el paisaje cambiaba constantemente. RГЎpidamente dejaron la ciudad atrГЎs y el paisaje se llenГі de densos bosques y de colinas. Cerca de las ciudades, habГ­a algunas casas y granjas. Pero cuanto mГЎs se alejaban, habГ­a mГЎs y mГЎs tierra. Pasaron un campo tras otro, prados, de vez en cuando una granja de pastoreo para ovejas. El humo se elevaba de las chimeneas e imaginГі que la gente estaba cocinando. HabГ­a lГ­neas de ropa en el verde y sГЎbanas colgaban de ellas. Era una escena idГ­lica, y la temperatura de julio habГ­a bajado lo suficiente para que el aire se sintiera mГЎs frГ­o, especialmente a esta altura, era refrescante.

DespuГ©s de horas de vuelo, doblaron y la nueva vista le quitГі el aliento: ahГ­, en el horizonte, habГ­a un mar resplandeciente, vibrante y azul, las olas rompГ­an sin cesar sobre la interminable costa virgen. Al acercarse, la elevaciГіn ascendiГі y las colinas llegaban hasta la costa.

En las colinas, en medio de la hierba, habГ­a un solo edificio en el horizonte. Era un castillo medieval glorioso, construido de una piedra caliza antigua, cubierto de esculturas y gГЎrgolas adornadas. Se encontraba en lo alto de una colina con vista al mar, y estaba rodeado de campos de flores silvestres en todo lo que el ojo alcanzaba a ver. Era una belleza impresionante y Caitlin sintiГі como si estuviera en una tarjeta postal.

El corazГіn de Caitlin latГ­a con entusiasmo, mientras se preguntaba, mientras esperaba que fuera el castillo de Caleb. De alguna manera, sentГ­a que lo era.

"SГ­", le gritГі, por encima del viento, leyendo su mente, como siempre. "Es Г©ste."

El corazГіn de Caitlin latiГі con deleite. Estaba tan emocionada y se sintiГі tan fuerte, que estaba lista para volar por sГ­ misma.

De repente, saltГі de la espalda de Caleb y saliГі volando por el aire. Por un momento, se sintiГіВ  aterrorizada, preguntГЎndose si sus alas brotarГ­an. Un momento despuГ©s, lo hicieron, y la sostuvieron en el aire.

Le encantГі sentir cГіmo el aire corrГ­a a travГ©s de las alas. Se sentГ­a muy bien de tenerlas de nuevo yВ  ser independiente. Se elevГі y se zambullГі, precipitГЎndose hacia arriba, cerca de Caleb, quien le devolviГі la sonrisa. Se lanzaron juntos hacia abajo, luego hacia arriba, virando dentro y fuera de los caminos de vuelo de cada uno, las puntas de sus alas a veces se tocaban.

Como si fueran uno, se lanzaron hacia abajo, cerca del castillo. ParecГ­a antiguo; se veГ­a desgastado, pero no en el mal sentido. Caitlin ya se sentГ­a como en casa.

Ella mirГі el paisaje, las colinas, el mar lejano, por primera vez en todo el tiempo que podГ­a recordar, sintiГі una sensaciГіn de paz. SentГ­a, finalmente, como si estuviera en casa. VislumbrГі su vida junto a Caleb allГ­, viviendo juntos, incluso formando una familia de nuevo, si eso era posible. Ella estarГ­a feliz de vivir allГ­ con Г©l -y, finalmente, por fin, no veГ­a nada que se interpusiera en su camino.


*

Cuando Caitlin y Caleb aterrizaron juntos frente a su castillo, Г©l le tomГі la mano y la llevГі a la puerta principal. La puerta de roble estaba cubierta de una gruesa capa de polvo y de sal del mar, y claramente no la habГ­an abierto en muchos aГ±os. Г‰l probГі el picaporte. La puerta estaba cerrada con llave.

"Han pasado cientos de años", dijo. "Estoy tan feliz de ver que todavía está aquí, que no ha sido  vandalisada -que incluso está cerrada con llave. Solía haber una llave … "

AlzГі la mano, muy por encima del marco de la puerta y palpГі la grieta detrГЎs del arco de piedra. PasГі los dedos por arriba y por abajo y finalmente se detuvo y sacГі una larga llave maestra deВ  plata.

La deslizГі en la cerradura, y la llave encajГі perfectamente. Le dio vuelta con un clic.

Г‰l se dio vuelta y le sonriГі, haciГ©ndose a un lado. "Si me haces el honor", dijo.

Caitlin empujГі la pesada puerta medieval que se abriГі lentamente, crujiendo, la sal incrustada caГ­a en grumos.

Entraron juntos. La sala de entrada estaba en penumbras y estaba cubierta de telaraГ±as. El aire estaba quieto y hГєmedo, y se sentГ­a como si nadie hubiera entrado en siglos. Ella levantГі la vista hacia las paredes de piedra con arcos altos, vio los pisos de piedra. HabГ­a capas de polvo en todo, incluyendo las ventanas de vidrio, que bloqueaban una gran cantidad de la luz, haciendo que se viera mГЎs oscuro de lo que era.

"Por aquГ­," dijo Caleb.

La tomГі la mano y la condujo por un pasillo estrecho que se abriГі a una gran sala, con ventanas altas y arqueadas a ambos lados. HabГ­a mГЎs luz allГ­, incluso con el polvo. HabГ­a algunos muebles: una larga mesa medieval de roble, rodeada de sillas ornamentadas de madera. En el centro, habГ­a una enorme, chimenea de mГЎrmol, una de las chimeneas mГЎs grandes que Caitlin jamГЎs habГ­a visto en su vida. Era increГ­ble. Caitlin se sentГ­a como si estuviera caminado de nuevo en los claustros.

"Lo construyeron en el siglo 12", Г©l dijo, mirando a su alrededor. "En aquel entonces, Г©ste era el estilo."

"ВїTГє viviste aquГ­?", preguntГі Caitlin.

Г‰l asintiГі con la cabeza.

"ВїPor cuГЎnto tiempo?"

PensГі. "No mГЎs de un siglo", dijo. "Tal vez dos."

Caitlin se maravillГі, una vez mГЎs, de las medidas tan grandes de tiempo en el mundo de los vampiros.

Sin embargo, se preocupГі al pensar en otra cosa: ВїhabГ­a vivido aquГ­ con otra mujer?

Tuvo miedo de preguntar.

De repente, Г©l se dio la vuelta y la mirГі.

"No", dijo. "vivГ­ aquГ­ solo. Te lo aseguro. Eres la primera mujer que he traГ­do aquГ­."

Caitlin se sintiГі aliviada, aunque avergonzada porque Г©l leyГі su mente.

"Vamos", dijo. "Por aquГ­."

Г‰l la condujo por una escalera de caracol de piedra, que se retorcГ­a y giraba y conducГ­a al segundo piso. Esta planta estaba mucho mГЎs iluminada, con grandes ventanales en forma de arco que daban en todas direcciones, la luz del sol entraba reflejando el mar lejano. Las habitaciones eran mГЎs pequeГ±as, eran mГЎs Г­ntimas. HabГ­a mГЎs chimeneas de mГЎrmol y, mientras Caitlin vagaba de una habitaciГіn a otra, vio una enorme cama con dosel en el centro de una de ellas. Tumbonas y sillas de terciopelo mullidos se extendГ­an a lo largo de las otras habitaciones. No habГ­a alfombras, sГіlo el piso de piedra desnuda. Fue muy austero. Pero hermoso.

Г‰l la condujo a travГ©s del cuarto hasta un conjunto de enormes puertas de cristal. Estaban cubiertas de tanto polvo que no las habГ­a notado. Г‰l se acercГі y tirГі con fuerza de las cerraduras y perillas, las ventanas se abrieron con una explosiГіn creando una nube de polvo.

Г‰l saliГі y Caitlin lo siguiГі.

Salieron a una enorme terraza de piedra enmarcada por una piedra caliza adornada y unaВ  barandilla de columnas. Caminaron hasta el borde y se asomaron.

Desde allГ­, tenГ­an una vista imponente de todo el campo y del mar. Caitlin escuchГі el romper de las olas y oleiГі el mar en el aire que traГ­a la brisa. SentГ­a como si estuviera en el cielo.

Si Caitlin habГ­a imaginado una casa de ensueГ±o, sin duda serГ­a Г©sta. Estaba llena de polvo yВ  necesitaba un toque femenino, pero Caitlin sabГ­a que podГ­a arreglarlo, podrГ­a hacer que volviera a ser la casa del pasado. SentГ­a que era realmente un lugar que pudieran llamar una casa.

"Estaba pensando en lo que dijiste," Г©l dijo, "todo el vuelo hasta aquГ­. Acerca de construir una vida juntos. Me gustarГ­a mucho."

Г‰l puso un brazo alrededor de ella.

"Me gustarГ­a que vivieras conmigo. Que comencemos nuestra vida juntos de nuevo. AquГ­. Es tranquilo y seguro, y estamos protegidos. Nadie sabe de este lugar. Nadie nunca nos encontrarГЎ aquГ­. No veo ninguna razГіn por la quГ© no podamos vivir de manera segura, como la gente normal", dijo. "Por supuesto, tendremos que trabajar mucho para arreglarlo. Pero o estoy dispuesto a hacerlo, si es lo que deseas."

Г‰l se dio vuelta y le sonriГі.

Ella le devolviГі la sonrisa. Nunca habГ­a estado mГЎs dispuesta en toda su vida.

MГЎs que eso, se sintiГі profundamente conmovida de que la habГ­a invitado a vivir con Г©l. Nada podГ­a ser mГЎs importante para ella. La verdad era que habrГ­a vivido con Г©l en cualquier lugar, hasta en una cabaГ±a en el bosque.

"Me encantarГ­a", respondiГі ella. "SГіlo quiero estar contigo."

El corazГіn le latГ­a con fuerza cuando se unieron en un beso; se escuchaba el sonido de las olas en el fondo, la brisa del mar los envolvГ­a.

Nuevamente, todo era perfecto.


*

Mientras deambulaba por la casa, de una a otra habitaciГіn llevando una toalla, Caitlin nunca se habГ­a sentido tan feliz. Caleb se habГ­a ido, habГ­a salido de caza, contento de poder llevar la cena a la casa. Ella estaba encantada, porque le daba un poco de tiempo para caminar a solas por la casa, verlo todo por sГ­ misma y, con los ojos de una mujer, pensar cГіmo podГ­a arreglarlo para que fuera un hogar para los dos.

CaminГі por las habitaciones, abriendo ventanas, dejando entrar el aire del mar. HabГ­a encontrado un balde y trapo y habГ­a bajado al arroyo en el patio trasero y regresado con un cubo desbordante de agua. HabГ­a mojado el trapo en el arroyo hasta que quedГі tan limpio como pudo. HabГ­a encontrado una gran caja para poder subirse y abrir cada una de las enormes ventanas medievales; se parГі sobre el cajГіn y limpiГі cada panel. HabГ­a unas ventanas que eran demasiado altas de alcanzar, y activГі sus alas, revoloteando en el aire, deteniГ©ndose delante de las ventanas para limpiarlas.

Le sorprendiГі la diferencia que se vio de inmediato. La habitaciГіn pasГі de estar a oscuras a estar completamente inundada de luz. DebiГі haber cientos de aГ±os de suciedad apelmazada y sal a ambos lados del vidrio. De hecho, abrir cada ventana era una hazaГ±a en sГ­ misma, necesitГі usar todas sus fuerzas para sacarles el Гіxido y la suciedad.

Caitlin mirГі con atenciГіn y le maravillГі la elaboraciГіn artesanal de cada ventana. Cada panelВ  tenГ­a varios centГ­metros de espesor y un diseГ±o muy hermoso. Algunas partes delВ  vidrio estaban manchadas, algunas eran translГєcidos y otras tenГ­an un mГ­nimo matiz de color. Mientras limpiaba cada panel, casi podГ­a sentir la gratitud de la casa, ya que poco a poco, centГ­metro a centГ­metro, volvГ­a a la vida.

Cuando Caitlin terminГі, examinГі el resultado de su trabajo. Se quedГі sorprendida. Lo que antes habГ­a sido una habitaciГіn poco acogedora y oscura, era ahora una increГ­ble habitaciГіn llena de sol con una vista del mar.

Caitlin se encargГі de los pisos, se puso sobre sus manos y rodillas y fregГі metro a metro. ObservГі con satisfacciГіn como se desprendГ­an las pulgadas de tierra y las hermosas piedras enormes comenzaban a brillar.

DespuГ©s, se puso a limpiar la enorme chimenea de mГЎrmol, quitando aГ±os de polvo. Luego se se encargГі del gran espejo adornado encima de ella, y lo limpiГі hasta que brillГі. Estaba enojada porque todavГ­a no podГ­a ver su reflejo, pero sabГ­a que no habГ­a nada que pudiera hacer al respecto.

LimpiГі el candelabro y todos y cada uno de los posavelas de cristal. DespuГ©s, se concentrГіВ  en la cama con dosel. LimpiГі cada uno de sus postes y luego su marco, poco a poco la antigua madera volvГ­a a la vida. AgarrГі las viejas mantas y fue a la terraza donde las sacudiГі con fuerza, nubes de polvo volaban por todas partes.

Caitlin regresГі a la habitaciГіn, su prГіxima recГЎmara, y la observГі: ahora se veГ­a magnГ­fica. Brillaba tanto como la habitaciГіn de un castillo. TodavГ­a era medieval, pero al menos ahora se veГ­a fresca y acogedora. Su corazГіn se disparГі ante la idea de vivir allГ­.

El agua en el cubo se habГ­a vuelto completamente negro, y bajГі por las escaleras y saliГі deseosa de volver a llenarlo en la corriente.

Caitlin sonriГі al pensar en la reacciГіn de Caleb cuando regresara. Se sorprenderГ­a, pensГі. Ahora limpiarГ­a el comedor de junto. Iba a tratar de crear un ambiente Г­ntimo en el que podrГ­an disfrutar su primera comida juntos en su nueva casa -la primera-, ella esperaba, de muchas mГЎs.

Cuando Caitlin se acercГі a la orilla y hundiГі sus rodillas en la hierba suave, vaciГі y llenГі la cubeta, de repente, sus sentidos se pusieron en alerta mГЎxima. OyГі un crujido, y sintiГі que un animal se le acercaba.

RГЎpidamente girГі y se sorprendiГі de lo que vio.

AcercГЎndose a ella lentamente, a sГіlo unos metros de distancia, habГ­a un cachorro de lobo. Su pelaje era todo blanco, a excepciГіn de un rayo de gris a lo largo de su frente y su espalda. Lo que mГЎs la sorprendiГі eran sus ojos: miraban a Caitlin como si la conociera. Lo que es mГЎs: eran los mismos ojos de Rose.

Caleb sintiГі que su corazГіn latГ­a con fuerza. SintiГі que Rose habГ­a regresado de entre los muertos y se habГ­a reencarnado en otro animal. Esa expresiГіn, esa cara. El color de piel era diferente, pero por lo demГЎs, podrГ­a haber sido la Rose renacida.

El cachorro de lobo tambiГ©n parecГ­a sorprenderse de ver a Caitlin. Se detuvo, mirГЎndola fijamente, y, luego, lentamente, con cautela, dio unos pasos hacia ella. Caitlin escaneГі el bosque para ver si habГ­a otros cachorros o su madre. No querГ­a terminar en una pelea.

Pero no habГ­a ningГєn otro animal a la vista.

Cuando Caitlin examinГі el cachorro mГЎs de cerca, entendiГі por quГ© estaba allГ­. Cojeaba mucho, le sangraba la pata. Se veГ­a herido. Probablemente, habГ­a sido abandonada por su madre, y lo habГ­a abandonado a su suerte.

El cachorro de lobo bajГі la cabeza, y caminГі lentamente hacia Caitlin. Luego, para sorpresa de Caitlin, bajГі la cabeza y la apoyГі en su regazo, gimiendo suavemente mientras cerraba los ojos.

El corazГіn de Caitlin se alegrГі. HabГ­a extraГ±ado a Rose tanto y ahora sentГ­a que habГ­a regresado.

Caitlin puso el cubo sobre el suelo, extendiГі la mano y tomГі el cachorro en sus brazos. Lo sostuvo cerca de su pecho, llorando, recordando los momentos que habГ­a pasado con Rose. A su pesar, las lГЎgrimas rodaron por sus mejillas. El cachorro, como si sintiera, de pronto la mirГі, se echГі hacia atrГЎs y lamiГі las lГЎgrimas de su cara.

Caitlin se inclinГі y la besГі en la frente. La apretГі contra su pecho y la acariciГі. No habГ­a manera de que pudiera dejarla ir. HarГ­a todo lo necesario para ayudarla a sanar y recuperarse. Y, si el lobo se dejaba, para tenerla como su mascota.

"¿Cómo te voy a llamar?" preguntó Caitlin. "No podemos llamarte de nuevo Rose … ¿Qué tal … Ruth?"

De repente, el cachorro lamiГі la mejilla de Caitlin, como si respondiera al nombre. Fue la respuesta que Caitlin estaba esperando.

Se llamarГЎ Ruth.


*

Caitlin, con Ruth a su lado, estaba terminando de limpiar el comedor, cuando vio algo interesante en la pared. AllГ­, junto a la chimenea, habГ­a dos largas espadas de plata. TomГі una, la desempolvГі y admirГі la empuГ±adura que tenГ­a incrustaciones de piedras preciosas. Era un arma precioso. DejГі el trapo y el cubo, y no pudo resistirse a probarla. En la sala cavernosa, balanceГі la espada salvajemente en cГ­rculos, a izquierda y derecha, cambiaba de mano. Se sentГ­a muy bien.

Se preguntГі cuГЎntas otras armas Caleb tendrГ­a allГ­. PodrГ­a entrenarse con ellas.

"Veo que has encontrado las armas," dijo Caleb, entrando de repente. Caitlin inmediatamente dejГі la espada, consciente de sГ­ misma.

"Lo siento, no quise meterme en tus cosas."

Caleb se echГі a reГ­r. "Mi casa es tuya", dijo, mientras entraba a la habitaciГіn con dos enormes ciervos colgando de su hombro. "Eres bienvenida a usar todo lo que tengo. AdemГЎs, eres una chica en pos de mi corazГіn. Yo tambiГ©n habrГ­a tomado las espadas", dijo con un guiГ±o.

Cargando a los ciervos, caminГі por la habitaciГіn, luego se detuvo y se volviГі de repente, haciendo una segunda entrada.

"Wow", dijo, en estado de shock. "ВЎEste lugar parece nuevo!"

Se quedГі allГ­, mirando con los ojos bien abiertos. Caitlin vio lo impresionado que estaba y se sintiГі feliz. Ella mirГі la habitaciГіn y comprobГі que se veГ­a realmente transformada. Ahora tenГ­an unВ  hermoso comedor, con mesa y sillas listas para disfrutar de su primera comida.

De repente, Ruth se quejГі y Caleb mirГі hacia abajo. Se veГ­a aГєn mГЎs sorprendido.

A Caitlin le preocupГі si a Г©l le importarГ­a tener el cachorro allГ­.

Pero se sintiГі aliviada al ver que sus ojos se abrieron con deleite.

"No puedo creerlo", dijo Caleb, mirando, "esos ojos … se parece a Rose."

"ВїPodemos quedГЎrnosla?" preguntГі Caitlin, vacilante.

"Me encantarГ­a", respondiГі. "Le darГ­a un abrazo, pero tengo las manos llenas."

Caleb caminГі con el ciervo por la habitaciГіn hacia el pasillo. Caitlin y Ruth lo siguieron, y observaron cГіmo ponГ­a el ciervo en una habitaciГіn pequeГ±a, sobre una enorme losa de piedra.

"Dado que no cocinamos", dijo, "drenГ© la sangre. DespuГ©s podemos beber juntos, para la cena. PensГ© que me encargarГ­a del trabajo sucio, asГ­ podremos sentarnos frente a la chimenea y beber con estilo."

"Me encantarГ­a", dijo Caitlin.

Ruth se sentГі junto a los talones de Caleb, mirando hacia arriba y lloriqueando mientras Г©l cortaba. Г‰l se riГі, cortГі un pedazo pequeГ±o para ella y se agachГі y se lo dio. Ella se lo tragГі y pidiГі mГЎs.

Caitlin se dirigiГі al ГЎrea del comedor y se puso a limpiar unas copas que habГ­a visto. Frente a la chimenea habГ­a un montГіn de pieles, ella las tomГі y las llevГі a la terraza, donde las sacudiГі.

Mientras Caitlin esperaba que Caleb terminara, mirГі la puesta de sol en el horizonte. EscuchГі el sonido de las olas, respirГі el aire de la sal, y nunca antes se habГ­a sentido tan relajada. Se quedГі allГ­ y cerrГі los ojos, ni siquiera fue consciente de cuГЎnto tiempo habГ­a pasado.

Cuando Caitlin abriГі los ojos de nuevo, era casi de noche.

"ВїCaitlin?" escuchГі que decГ­an en voz alta.

Se dio vuelta y se apresurГі adentro. Caleb ya estaba allГ­, con dos enormes copas de plata con la sangre del venado. Estaba encendiendo las velas de la habitaciГіn en penumbra. Ella se acercГі a Г©l y puso las pieles sobre el piso.

En unos momentos, la habitaciГіn estaba completamente iluminada, brillando con la luz de las velas. Los dos se sentaron sobre las pieles frente a la chimenea, Ruth se acercГі corriendo y se acomodГіВ  junto a ellos. Las ventanas estaban abiertas y entraba la brisa, en realidad estaba refrescando.

Los dos se sentaron uno junto al otro y se miraron a los ojos mientras brindaban.

El lГ­quido se sentГ­a tan bien. Ella bebiГі y bebiГі, al igual que Г©l, y nunca se habГ­a sentido tan viva. Fue como una increГ­ble carga de adrenalina.

Caleb se veГ­a rejuvenecido tambiГ©n, con los ojos y la piel brillantes. Se dieron media vuelta y se quedaron enfrentados.

Г‰l extendiГі la mano y tocГі lentamente la mejilla de Caitlin con el dorso de la mano.

El corazГіn de Caitlin empezГі a latir con fuerza, y se dio cuenta de que estaba nerviosa. SentГ­a que habГ­a pasado una eternidad desde la Гєltima vez habГ­a estado con Г©l. Durante mucho tiempo, habГ­a imaginado un momento asГ­ pero ahora que estaba ocurriendo, se sentГ­a como si fuera su primera vez con Г©l. La mano de Г©l estaba temblando, y Caitlin se dio cuenta de que Г©l tambiГ©n estaba nervioso.

Quedaban tantas cosas que querГ­a decir, tantas preguntas que tenГ­a para Г©l, y ella pudo notar que Г©l estaba lleno de preguntas tambiГ©n. Pero en este momento, no confiaba en sГ­ misma para hablar. Y al parecer, Г©l tampoco.

Los dos se besaron apasionadamente. A medida que sus labios encontraron los de ella, se sintiГіВ  abrumada por lo que sentГ­a por Г©l.

Ella cerrГі los ojos cuando Г©l se acercГі y se unieron en un abrazo apasionado. Rodaron sobre las pieles, y ella sintiГі una oleada de emociГіn en su corazГіn.

Finalmente, Г©l era suyo.




CAPГЌTULO OCHO


Polly caminaba rГЎpidamente por los pasillos de Versalles, sus tacones resonaban sobre el piso de mГЎrmol, se apresuraba por un pasillo sin fin, con techos altos y molduras, chimeneas de mГЎrmol, enormes espejos y lГЎmparas de araГ±a que colgaban bajo. Todo brillaba.

Pero ella apenas lo notaba; lo tomaba como algo de lo mГЎs natural. Al vivir allГ­ durante aГ±os, casi no podГ­a imaginar otra forma de existencia.

Lo que sí notó -en gran medida- era a Sam. Un visitante como él no era para nada parte de la vida cotidiana – y, de hecho, era más que inusual. Ellos casi nunca recibían visitantes vampiros, especialmente de otra época y cuando los tenían, nunca parecía importarle a Aiden. Sam debía ser muy importante, se dio cuenta. Le intrigaba. Se veía un poco joven y algo inocente.

Pero habГ­a algo en Г©l, algo que ella no podГ­a identificar. SentГ­a como si, de alguna manera, tuviera alguna conexiГіn con Г©l, lo conociera de antes, oВ  Г©l estuviera conectado con alguien que era importante para ella.

Lo que era muy extraГ±o, porque la noche anterior, habГ­a tenido un sueГ±o muy vГ­vido. Era de una chica vampiro llamada Caitlin. Pudo ver su cara, sus ojos, su cabello, incluso podГ­a verla ahora. En el sueГ±o, se le decГ­a que esta chica habГ­a sido su mejor amiga de toda la vida y, en todo el sueГ±o, parecГ­a que habГ­an sido amigas desde siempre. Ella se despertГі sintiendo que era tan real, que era mГЎs un encuentro que un sueГ±o. No logrГі entenderlo, pero se despertГі recordando todo lo relacionado con esa chica, recordando todos los momentos que habГ­an pasado juntas.

No tenГ­a ningГєn sentido, porque Polly sabГ­a que nunca habГ­a estado en ninguno de esos lugares. Se preguntГі si tal vez, de alguna manera, ВїhabГ­a estado viendo el futuro? SabГ­a que los vampiros se visitaban mutuamente en sueГ±os y que, de vez en cuando, tenГ­an el poder de ver el futuro y el pasado. Pero estos poderes tambiГ©n eran impredecibles. PodrГ­a ser un mundo de ilusiones. Uno nunca sabГ­a: estaba viendo el futuro, estaba viendo el pasado, Вїo simplemente estaba soГ±ando?

DespuГ©s del sueГ±o, Polly habГ­a despertado buscando a Caitlin, como si realmente la conociera. La extraГ±aba mientras caminaba por el pasillo. Era una locura. ExtraГ±ar a una chica que nunca habГ­a conocido.

Y luego apareciГі este chico, Sam. Y por alguna extraГ±a razГіn, Polly sintiГі que la energГ­a de Sam estaba conectada con la de ella. ВїCГіmo?, no lo sabГ­a. ВїLo estaba imaginando tambiГ©n?

Además de todo esto, se dio cuenta que sentía algo por Sam. No podía decir que estaba loca por él. Pero tampoco que él le era indiferente. Había algo en él. No era la sensación de estar enamorada. Era más una sensación de estar … intrigada. Quería saber más.

ВїQuГ© la hizo agitarse cuando Kendra puso sus ojos en Г©l? No necesariamente que ella lo quisiera para sГ­. Era demasiado pronto para saberlo. Pero mГЎs porque Г©l se veГ­a tan inocente, tan ingenuo e impresionable. Y Kendra era un buitre. Era un miembro de la familia real, a quien nunca se le habГ­a dicho No en su vida, y tenГ­a una manera mГЎgica de conseguir lo que quisiera, de quien ella quisiera.

Polly siempre habГ­a sentido que Kendra tenГ­a algГєn tipo de agenda siniestra. Durante aГ±os,В  habГ­a estado tratando de convencer a todos los vampiros de su cofradГ­a para que la convirtieran.В  Por supuesto, estaba prohibido, nadie lo hizo. Pero ahora, Polly estaba seguraВ  ella habГ­a fijado su mirada en Sam. La sangre fresca habГ­a llegado, y estaba decidida a intentarlo de nuevo. Polly se estremeciГі, no le gustaba la idea de lo que podrГ­a sucederle a Sam si Kendra estaba decidida.

SГ­, sin duda, Г©ste habГ­a sido un dГ­a inusual. Su mente estaba llena de emociones mientras caminaba por el pasillo, y se dio cuenta que estaba llegando tarde. El nuevo cantante, del que todo el mundo habГ­a estado hablando, estaba dando un concierto privado a Maria y su sГ©quito. El cantante habГ­a estado allГ­ durante semanas, y todas las demГЎs chicas habГ­an estado asistiendo no sГіlo por su voz, pero por su apariencia. Estaba ansiosa por verlo por sГ­ misma. Polly lo habГ­a estado esperando y ahora estaba doblemente molesta porque estabaВ  llegando al final.

Ese era el problema con este lugar, pensГі, mientras caminaba por otro corredor. Era demasiado grande. Era imposible llegar a cualquier lugar a tiempo.

Polly acelerГі su paso y finalmente llegГі al final de otro corredor, dos guardias abrieron las inmensas puertas dobles para ella. Ella entrГі y una vez que se cerraron las puertas, se sintiГі inmediatamente avergonzada.

Toda la sala se volviГі y la mirГі; mientras el cantante continuaba su actuaciГіn, se dio cuenta de que habГ­a interrumpido el concierto. Su rostro enrojeciГі, mientras se dirigГ­a al fondo de la sala y se sentaba con sus amigos.

Todo el mundo se volviГі lentamente, y ella aprovechГі para instalarse pero se dio cuentaВ  que el concierto estaba por terminar.

Levantó la vista y, cuando captó la primera visión de la cara del cantante, se sorprendió. Era aún más magnífico de lo que todo el mundo había dicho. Tenía tez oscura, ojos negros y cabello oscuro y ondulado. Su rostro estaba perfectamente cincelado. Estaba regiamente vestido de pies a cabeza, con un abrigo de terciopelo negro, con medias blancas y zapatos negros brillantes. Estaba de pie en el centro del pequeño escenario, y se veía tan confiado, tan en control. Parecía que podría ser … ruso.




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