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Condenada
Morgan Rice


Diario de un Vampiro #11
Un libro para rivalizar con TWILIGHT y EL DIARIO DEL VAMPIRO, ¡querrás seguir leyendo hasta la última página! Si te gusta la aventura, el amor y los vampiros ¡este libro es para ti! –Vampirebooksite. com (Sobre Convertida) En CONDENADA, cuando se despierta y se da cuenta que se está convirtiendo en un vampiro, Scarlet Paine de 16 años lucha por entender lo que le está pasando. Alejada de sus padres y de sus amigos, la única persona que le queda es Sage, el chico misterioso que rápidamente se ha convertido en el amor de su vida. Sin embargo, Sage, cuya casa ha sido tapiada, no está por ningún lado. Sola en el mundo, sin ningún lugar donde ir, Scarlet, busca a sus amigos y trata de reconciliarse con ellos. Todo parece salir mal cuando la invitan a un viaje a una isla abandonada en el Hudson – y las cosas se salen de control y se revelan los verdaderos poderes de Scarlet; entonces, es cada vez más difícil que nunca saber quiénes son sus amigos y quienes sus enemigos. Blake, aun interesado en ella, intenta hacer las paces. Parece sincero, y Scarlet se siente confundida, ya que no sabe si estar con Blake o esperar a Sage, a quien no puede encontrar. Cuando finalmente Scarlet encuentra a Sage, viven el momento más romántico de su vida; sin embargo, se tiñe de tragedia, porque Sage se está muriendo y tiene unos pocos días de vida. Por su parte, Kyle se convirtió en el único otro vampiro que queda en el mundo, y está en una campaña criminal, buscando a Scarlet; Caitlin y Caleb consultan con Aiden, y cada uno se embarca en diferentes misiones -Caleb busca detener y matar a Kyle, y Caitlin, va a la famosa biblioteca de la Universidad de Yale, para investigar la antigua reliquia que se dice tanto puede curar como matar a los vampiros de todos los tiempos. Es una carrera contra el tiempo, y puede que sea demasiado tarde. Scarlet está cambiando rápidamente, apenas puede controlar lo que se está convirtiendo, y Sage está muriendo con cada minuto que pasa. El libro culmina un lleno de acción, y da un giro sorprendente, Scarlet se quedará con una elección monumental que va a cambiar el mundo para siempre. ¿Scarlet hará el último sacrificio para salvar la vida de Sage? ¿Arriesgará todo lo que tiene por amor?Repleta de acción, romance, aventura y suspenso. Consigue este libro y enamórate de nuevo. – Vampirebooksite. com (Sobre Convertida)





Morgan Rice

Condenada (Libro #11 Del Diario Del Vampiro)




Acerca de Morgan Rice

Morgan Rice es la escritora de bestsellers # 1 de LOS DIARIOS DE LA VAMPIRESA, una serie para jГіvenes adultos que comprende once libros (y contando) ; la serie bestseller # 1 LA TRILOGIA DE LA SUPERVIVENCIA, un thriller post-apocalГ­ptico que comprende dos libros (y contando) ; y la serie de fantasГ­a Г©pica bestseller # 1 EL ANILLO DEL BRUJO, que comprende trece libros (y contando).

Los libros de Morgan estГЎn disponibles en audio e impresos, y han sido traducidos al alemГЎn, francГ©s, italiano, espaГ±ol , portuguГ©s, japonГ©s, chino, sueco, holandГ©s, turco, hГєngaro, checo y eslovaco (y en mГЎs idiomas prГіximamente).

TRANSFORMACIÓN – (Libro #1 de Diario de un Vampiro) y LA SENDA DE LOS HÉROES – (Libro #1 del Anillo del Hechicero) están disponibles para ser descargados en Google Play!

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Morgan Rice ha sido aclamada

"Rice hace un gran trabajo arrojando a los lectores en la historia desde el principio, demostrando una gran calidad descriptiva que trasciende la mera recreación del ambiente … La novela esté muy bien escrita y es extremadamente rápida de leer."



    Críticas –Black Lagoon (sobre Convertida)

"Una historia ideal para los jóvenes lectores. Morgan Rice ha hecho un buen trabajo dándole un giro interesante … es refrescante y única. La serie se centra en torno a una chica … ¡una chica extraordinaria! … Es fácil de leer, con un ritmo extremadamente rápido … Calificación PG ".



В В В В --The Romance Reviews (sobre Convertida)

"Me llamó la atención desde el principio y no podía dejar de leerla … .Esta  historia es una aventura increíble con un ritmo rápido y llena de acción desde el principio. No hay oportunidad para aburrirse."



В В В В --Paranormal Romance Guild (sobre Convertida)

"EstГЎ repleta de acciГіn, romance, aventura y suspenso. ВЎPonga sus manos en este libro y enamГіrese nuevamente."



В В В В --vampirebooksite.com (sobre Convertida)

"Una gran trama y, sobre todo, es la clase de libro que tendrá problemas para dejar de leer por la noche. El final creó un suspenso tan espectacular que inmediatamente voy a querer comprar el siguiente libro, sólo para saber cómo sigue.”.



В В В В --The Dallas ExaminerВ  (sobre Amada)

"Un libro que rivaliza con TWILIGHT y con VAMPIRE DIARIES, y ВЎuno que te harГЎ querer seguir leyendo hasta la Гєltima pГЎgina! Si te gusta la aventura, el amor y los vampiros, ВЎeste libro es para ti! "



В В В В --Vampirebooksite.com (sobre Convertida)

"Morgan Rice prueba de nuevo que es una narradora de gran talento … .Este apelaría a una amplia variedad de públicos, incluyendo a los aficionados más jóvenes del género de vampiros / fantasía. Termina con un suspenso inesperado que te dejará conmocionado ".



В В В В --The Romance Reviews (sobre Amada)

“EL ANILLO DEL BRUJO tiene todos los ingredientes para que sea todo un éxito: tramas, contratramas, misterio, caballeros valientes, y relaciones románticas repletas con corazones rotos, decepción y traición. Lo mantendrá entretenido por horas, y agradará a lectores de todas las edades. Es un libro recomendado para estar en las bibliotecas de los lectores de la fantasía.”



В В В В --Books and Movie Reviews, Roberto Mattos



Libros de Morgan Rice

EL ANILLO DEL BRUJO

LA SENDA DE LOS HÉROES (Libro # 1)

LA MARCHA DE LOS REYES (Libro # 2)

EL DESTINO DE LOS DRAGONES (Libro # 3)

UN GRITO DE HONOR (Libro n Вє 4)

UNA PROMESA DE GLORIA (Libro n Вє 5)

UNA CARGA DE VALOR (Libro # 6)

UN RITO DE ESPADAS (Libro n Вє 7)

UNA SUBVENCESIГ“N DE ARMAS (Libro # 8)

UN CIELO DE HECHIZOS (Libro n Вє 9)

UN MAR DE ESCUDOS (Libro # 10)

UN REINADO DE ACERO (Libro # 11)

UNA TIERRA DE FUEGO (Libro n Вє 12)

UNA REGLA DE REINAS (Libro n Вє 13)



LA TRILOGГЌA DE LA SUPERVIVENCIA

ARENA UNO: TRATANTES DE ESCLAVOS (Libro # 1)

ARENA DOS (Libro # 2)



EL DIARIO DEL VAMPIRO

TRANSFORMACIГ“N (Libro # 1)

AMORES (Libro # 2)

TRAICIONADA (Libro # 3)

DESTINADA (Libro # 4)

DESEADA (Libro # 5)

COMPROMETIDA (Libro # 6)

JURADA (Libro # 7)

ENCONTRADA (Libro # 8)

RESUCITADA (Libro # 9)

ANSIADA (Libro # 10)

CONDENADA (Libro # 11)



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Derechos Reservados В© 2012 Morgan Rice

Todos los derechos reservados. Ninguna porciГіn de este libro podrГЎ ser reproducida, almacenada en algГєn sistema de recuperaciГіn, o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio o ser guardado en una base de datos o sistema de recuperaciГіn, sin la autorizaciГіn previa del autor.

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Esta es una obra de ficciГіn. Los nombres, personajes , empresas, organizaciones, lugares, eventos e incidentes son producto de la imaginaciГіn del autor o han sido usados como ficciГіn. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, es total coincidencia.

Derechos de autor de la imagen de la portada Subbotina Anna, usada bajo licencia de Shutterstock.com.


“Nuestras voluntades y destinos corren tan contrariamente
Que nuestros dispositivos se han desbordado;
Nuestros pensamientos son nuestros, aunque ninguna de sus conclusiones son nuestras.”

В В В В --William Shakespeare, Hamlet






CAPГЌTULO UNO


En la trastienda del bar de Pete, junto con Caleb, Sam, Polly, y una docena de agentes de la PolicГ­a, Caitlin Paine miraba por la ventana abierta ahora hecha aГ±icos, hacia la noche iluminada con las luces intermitentes de las patrullas de laВ  policГ­a. Se preguntaba quГ© demonios pudo haberle sucedido a su hija. Scarlet, el amor de su vida, estaba por ahГ­ afuera, en algГєn lugar, dirigiГ©ndose hacia la noche, sola, probablemente con miedo; el solo pensar en ello la estaba destrozando. Lo que mГЎs le dolГ­a a Caitlin, aГєn mГЎs de que su hija estuviera perdida, era pensar en lo que Scarlet se habГ­a convertido, su recuerdo de ella, su Гєltima mirada antes de que saltara por la ventana. Esa no era su hija.

Era otra cosa.

Caitlin se estremeciГі al pensar en ello y, aunque tratГі de sacudГ­rselo de la cabeza, sabГ­a que era verdad. Todo ese tiempo habГ­a estado resistiendo la idea, luchando para no creer que Scarlet ya no era humana, que Scarlet era realmente un vampiro. Caitlin se habГ­a confrontado con Aiden, con el sacerdote, con Caleb, y sobre todo, con ella misma, con la esperanza, deseando, esperando que no fuera asГ­. Pero ya no tenГ­a mГЎs fuerzas. Se habГ­a quedado sin explicaciones.

El corazГіn de Caitlin latГ­a con fuerza mientras miraba hacia la noche. Esta vez,В  lo habГ­a visto por sГ­ misma, lo habГ­a presenciado con sus propios ojos. Su niГ±a se habГ­a transformado, se habГ­a alimentado de ese hombre, y habГ­a adquirido una fuerza sobrehumana. HabГ­a estrellado ese hombre enorme contra una pared como si fuera un palillo de dientes y se habГ­a lanzado hacia la noche tan rГЎpidamente, en un abrir y cerrar de ojos, que no habГ­a manera de que pudiera ser un humano. Tampoco habГ­a manera, Caitlin lo sabГ­a, que pudieran atraparla. SabГ­a que la policГ­a estaba perdiendo su tiempo.

Esta vez tambiГ©n era diferente porque no habГ­a sido la Гєnica que lo habГ­a presenciado. Caitlin habГ­a visto la expresiГіn en el rostro de Caleb, en el de Sam y Polly, y podГ­a verlo en sus ojos: una mirada de asombro y miedo a lo sobrenatural. Scarlet, la persona que mГЎs querГ­an en el mundo, ya no era la Scarlet que habГ­an conocido.

Era algo propio de las pesadillas y los cuentos de hadas y leyendas, algo queВ  Caitlin nunca habГ­a imaginado que pudiera ver en su vida. No sГіlo sacudiГі su imagen de Scarlet, pero tambiГ©n su idea del mundo entero. ВїCГіmo podГ­a existir una cosa asГ­? ВїCГіmo era posible que en este planeta habitara algo mГЎs que seres humanos?

“¿Señora Paine? "

Caitlin se volviГі para ver a un oficial de policГ­a junto a ella, con pluma y papel en la mano, mirГЎndola con paciencia.

"ВїEscuchГі mi pregunta?"

Caitlin, temblaba, estaba confundida; negГі lentamente con la cabeza.

"Lo siento", respondiГі ella, su voz ronca. "No la escuchГ©."

“Le dije: ¿dónde cree que su hija pudo haber ido?"

Caitlin suspirГі al pensarlo. Si se tratara de la antigua Scarlet, podrГ­a decГ­rseloВ  fГЎcilmente. La casa de un amigo, el gimnasio, podГ­a estar con un chico; el campo de fГєtbol ....

Pero, tratГЎndose de la nueva Scarlet, no tenГ­a ni idea.

"Me gustarГ­a saber," ella respondiГі finalmente.

Otro oficial se adelantГі.

"¿Hay algún amigo con quien pudo haber ido?" él intervino. “¿Un novio?"

Al oГ­r la palabra novio, Caitlin se volviГі y mirГі por la habitaciГіn buscandoВ  alguna seГ±al de ese chico misterioso que habГ­a aparecido en ese bar. Sage, habГ­a dicho. Tan simple, una sola palabra, como si ella debiera saber quiГ©n era. Caitlin tenГ­a que admitir que nunca habГ­a conocido a nadie como Г©l. Irradiaba un poder que era mГЎs contundente que cualquier otro que hubiera conocido, y era un hombre formado mГЎs de un adolescente. VestГ­a todo de negro y sus ojos brillantes y los pГіmulos cincelados lo hacГ­a parecer como si hubiera llegado de otro siglo.

Lo mГЎs extraГ±o de todo, Caitlin recordaba lo que el chico le habГ­a hecho a los lugareГ±os en ese bar. HabГ­a creГ­do que Caleb y Sam habrГ­an podido cuidarse mГЎs de sГ­ mismos, sin embargo, este chico habГ­a logrado una rГЎpida victoria, golpeando a todos los hombres en un torbellino. ВїQuiГ©n era? ВїPor quГ© habГ­a estado allГ­?

ВїY por quГ© habГ­a estado buscando a Scarlet?

Sin embargo, mientras miraba a su alrededor, Caitlin no vio ni rastro de Г©l. Sage, tambiГ©n, habГ­a desaparecido. ВїCuГЎl era su conexiГіn con Scarlet? se preguntГі. Su instinto de madre le decГ­a que, de alguna manera, esos dos estaban juntos. Pero ВїQuiГ©n era? El misterio sГіlo se hizo mГЎs grande.

Caitlin no querГ­a mencionarlo a la policГ­a; todo era demasiado extraГ±o.

"No," Caitlin mintiГі, con la voz temblorosa. "No que yo sepa."

“Usted dijo que había un chico, que estaba aquí con ustedes, ¿que participó en el altercado?" Otro agente preguntó. "¿Sabe su nombre?"

Caitlin negГі con la cabeza.

"Sage" Polly intervino, dando un paso adelante. "Dijo que su nombre era Sage."

Por alguna razГіn, Caitlin no habГ­a querido decГ­rselo; sentГ­a que debГ­a protegerlo. Y tambiГ©n sentГ­a, no podГ­a explicarlo cГіmo, que Sage no era humano,, y no podГ­a decГ­rselo que a la policГ­a y que todo el mundo pensara, una vez mГЎs, que estaba loca.

La policГ­a se quedГі allГ­, escribiendo su nombre, y Caitlin se preguntГі quГ© harГ­an.

"ВїQuГ© pasa con todos estos tipos asquerosos que estГЎn aquГ­?" Polly presionГі, mirando a su alrededor en consternaciГіn. "Todos los patanes que iniciaron la pelea? ВїNo va a arrestarlos? "

Los policГ­as se miraron incГіmodos.

Uno de ellos se aclarГі la garganta.

"Ya detuvimos a Kyle, el hombre que atacГі a su hija", dijo el oficial. "En cuanto a los otros, bueno, para ser francos, es su palabra contra la de ustedes y ellos dicen que ustedes iniciaron el altercado."

“¡Nosotros no lo iniciamos!", dijo Caleb, dando un paso adelante con enojo, acariciando un bulto en la cabeza. "Vinimos aquí a buscar a mi hija y ellos trataron de detenernos."

"Como dije," el oficial dijo, "es su palabra contra la de ellos. Dijeron que usted lanzГі el primer puГ±etazo, y francamente ellos estГЎn en peores condiciones que usted. Si los detenemos, tenemos que arrestarlo a usted tambiГ©n."

Caitlin se quedГі mirando, ardiendo de ira.

"ВїQuГ© pasa con mi hija?" ella dijo. "ВїCГіmo piensan encontrarla?"

"Señora, le puedo asegurar, que todas nuestras fuerzas están buscándola ahora", dijo el oficial. "Pero es terriblemente difícil buscar a alguien cuando no sabemos a dónde fue, ni por qué. Necesitamos un motivo.”

"Usted dijo que corriГі", dijo otro oficial, dando un paso adelante. "No entendemos. ВїPor quГ© correrГ­a? Usted habГ­a llegado. Ella estaba con ustedes. Estaba a salvo. ВїEntonces por quГ© correrГ­a? "

Caitlin mirГі a Caleb y a los otros, y todos se miraron entre sГ­ con incertidumbre.

"No lo sГ©", ella dijo con sinceridad.

"Entonces, ¿por qué no intentó detenerla?" Otro oficial preguntó. “¿O no corrió tras ella?"

“Usted no entiende", dijo Caitlin, intente tratando de ser clara. "Ella no corrió; ella saltó. Fue… como ver a un ciervo. Nos podríamos haberla alcanzado aun si lo hubiéramos intentado.”

El oficial mirГі con escepticismo a los demГЎs.

"¿Me está diciendo que con todas las personas adultas aquí, ninguno pudo tratar de atraparla? ¿Qué es, una especie de atleta olímpico?” Se burló, escéptico.

“¿Ha estado bebiendo esta noche, señora?" Otro oficial preguntó.

"Escuche," Caleb soltГі, dando un paso adelante, "mi esposa no se lo estГЎВ  inventando. Yo tambiГ©n lo vi. Todos nosotros lo vimos: su hermano tambiГ©n, y su esposa. Nosotros cuatro. ВїCree que todos estamos viendo cosas?"

El oficial levantГі una mano.

"No hay necesidad de ponerse a la defensiva. Todos estamos en el mismo equipo. Pero vea desde nuestro lado: usted me dice que su hija corre más rápido que un ciervo. Obviamente eso no tiene ningún sentido. Tal vez ustedes están confundidos tras la pelea. A veces, las cosas no siempre se ven como parecen. Todo lo que estoy diciendo es que todo esto no tiene ningún sentido.”

El oficial intercambiГі una mirada escГ©ptica con su compaГ±ero, que dio un paso adelante.

"Como he dicho, nuestra fuerza estГЎ buscando a su hija. Nueve de cada diez veces, los adolescente que huyen regresan a sus casas. O van a la casa de un amigo. AsГ­ que mi mejor consejo para ustedes es que regresen a casa y se queden allГ­. Apuesto a que todo lo que sucediГі aquГ­ era porque ella querГ­a doblar las reglas un poco y, por una noche, ir a un bar de adultos y tomar una copa, y las cosas se le fueron un poco de las manos. Tal vez ella se encontrГі con un chico en el bar. Cuando ustedes llegaron, probablemente se fue porque se sintiГі avergonzada. Vuelvan a casa, apuesto a que va a estar esperГЎndolos", el funcionario concluyГі, como si lo hubiera resuelto todo.

Abrumada por la frustraciГіn, Caitlin negГі con la cabeza.

“Usted no entiende", dijo ella. "No conoce a mi hija. Scarlet no va a los bares. Y ella no se encuentra con hombres extraños. Ella vino aquí porque estaba sufriendo. Vino aquí porque no tenía otro lugar adonde ir. Porque necesitaba algo. Vino aquí porque se está transformando. ¿Usted no entiende? Transformando.”

Los oficiales la miraron como si estuviera loca; Caitlin detestaba esa mirada.

“¿Transformando?" Ellos repitieron, como si ella hubiera perdido la razón.

Caitlin suspirГі, estaba desesperada.

"Si no la encuentran, alguna gente por ahГ­ va a salir lastimada."

El oficial frunciГі el ceГ±o.

“¿Lastimada? ¿Qué está diciendo? ¿Su hija ha estado lastimando a la gente? ¿Está armada?”

Caitlin negГі con la cabeza, se sentГ­a mГЎs que frustrada. Estos policГ­as locales nunca podrГ­an entender; ella estaba perdiendo las fuerzas.

"Ella está desarmada. Nunca le ha hecho daño a nadie. Pero si sus hombres la encuentran, no podrán contenerla.”

Los agentes de policГ­a se miraron, como concluyendo que Caitlin estaba loca, y luego se volvieron y caminaron a la habitaciГіn de al lado.

Cuando Caitlin los vio alejarse, ella se volviГі y mirГі de vuelta, a travГ©s de los cristales rotos, a la noche.

Scarlet, pensГі. ВїDГіnde estГЎs? Ven a mГ­, bebГ©. Te quiero. Lo siento. Por lo que te haya molestado, lo siento. Por favor, vuelve a casa.

Lo mГЎs extraГ±o de todo eso, Caitlin se dio cuenta, era que, al pensar en ScarletВ  por ahГ­, sola en la noche, no sentГ­a ningГєn temor por Scarlet.

En cambio, sentГ­a miedo por todos los demГЎs.




CAPГЌTULO DOS


Kyle estaba sentado en la parte trasera de la patrulla de la policГ­a, con las manos esposadas a la espalda, con la mirada fija en la jaula estrecha, sintiГ©ndose como nunca antes. Algo estaba cambiando dentro de Г©l, no sabГ­a quГ©, pero podrГ­a sentirlo burbujeando adentro. Le recordГі la vez que habГ­a usado heroГ­na, ese primer ardorВ  cuando la aguja tocГі su piel. Este nuevo sentimiento era como un calor abrasadorВ  corriendo por sus venas y estaba acompaГ±ado por un sentimiento de poder invencible. Se sentГ­a abrumado de poder, sentГ­a como si sus venas fueran a salirse de su piel, como si su sangre se hinchara en su interior. Se sentГ­a mГЎs poderoso que nunca, la piel le hormigueaba en la cara y la frente y en la parte posterior del cuello. La oleada de poder en su interior era algo que no entendГ­a.

Pero a Kyle no le importaba; siempre y cuando el poder estuviera allГ­, le daba la bienvenida. A travГ©s de sus ojos nublados observГі como el mundo se teГ±Г­a de rojo y lentamente se ponГ­a en foco. DetrГЎs de la jaula, vio a dos oficiales.

Cuando el zumbido en sus oГ­dos comenzГі a ceder, pudo oГ­r su conversaciГіn, en un principio en silencio.

"Este asesino va a estar en el bote por mucho tiempo", le dijo uno al otro.

"Escuché que acaba de salir. Está de lo peor para él.”

El policía comenzó a reír, y el sonido chirriante taladró la cabeza de Kyle. La patrulla aceleró por la carretera, con las luces encendidas, y Kyle se hizo más consciente de sus alrededores mientras empezaba a darse cuenta dónde estaba. Estaban en la carretera nueve, regresando a la cárcel, el lugar donde había estado los últimos quince años su vida. Fue reconstruyendo lo que había pasado esa noche: ese bar … esa chica … Estaba a punto de tener algo con ella cuando … algo había sucedido. La pequeña perra lo había mordido.

El darse cuenta lo atravesГі como una ola. Lo habГ­a mordido.

Kyle intentГі palpar su cuello, las dos marcas le palpitaban, pero no pudo; encГ­a las manos esposadas detrГЎs de la espalda.

Kyle moviГі los brazos y, para su sorpresa, rompiГі las esposas sin mayorВ  esfuerzo. LevantГі las muГ±ecas con asombro, mirГЎndolas, sorprendido de su propia fuerza. ВїLas esposas estaban daГ±adas? Las mirГі colgando frente a Г©l, y se preguntГі: ВїCГіmo pudo haber hecho eso?

Kyle se estirГі y sintiГі los dos bultos en el cuello, le ardГ­an, como si la mordida hubiera entrado hasta venas. Se quedГі allГ­ sentado, mirando las esposas colgando, y se preguntГі: ВїExisten los vampiros? ВїEra eso posible?

Kyle sonriГі con gusto. Era el momento de averiguarlo.

Kyle tomГі las esposas, que colgaban, y las golpeГі contra la jaula.

Los dos policГ­as se volvieron y miraron hacia atrГЎs, y esta vez no se estaban riendo; ahora sus rostros estaban en shock. Las manos de Kyle estaban libres, sus esposas estaban rotas, y Г©l las colgaba frente a ellos, sonriendo, mientras continuaba golpeando en la jaula.

"Mierda," un oficial le dijo al otro. "ВїNo lo esposaste, Bill?"

"Lo hice. Estoy seguro. Le apreté las esposas con más fuerza que el infierno.”

“No estaban lo suficientemente apretadas," Kyle gruñó.

Un policГ­a tomГі su arma, y el otro pisГі el freno.

Pero no lo suficientemente rГЎpido. Con una velocidad increГ­ble, Kyle extendiГі la mano, arrancГі la reja de metal como si fuera un palillo de dientes, y se zambullГі en el asiento del frente.

Kyle se abalanzГі sobre el policГ­a en el asiento del pasajero, le quitГі el arma de las manos, y le dio un codazo tan fuerte que le rompiГі el cuello.

El otro policГ­a se desviГі, y la patrulla se tambaleГі por la autopista mientrasВ  Kyle lo agarraba por la parte posterior de la cabeza, y lo embestГ­a de frente. Un chasquido llenГі el aire mientras la sangre del policГ­a salpicaba a Kyle. Con el coche desviГЎndose hacia todos lados, Kyle extendiГі la mano para agarrar el volante pero ya era demasiado tarde.

La patrulla se desviГі hacia el otro lado de la carretera, y los sonidos de claxonВ  llenaron el aire mientras se estrellaba contra un auto que se aproximaba.

Kyle saliГі volando de cabeza por el parabrisas, y aterrizГі en la carretera, rodГі y rodГі mientras el coche se volcaba y rodaba de lado, tambiГ©n. Un coche que se acercaba a Kyle aplicГі los frenos, pero no a tiempo, y Kyle sintiГі como el coche aplastaba su pecho.

El coche parГі en seco mientras Kyle estaba allГ­, respirando con dificultad; una mujer de unos treinta aГ±os saliГі, gritando, llorando, mientras corrГ­a hacia Kyle, que yacГ­a de espaldas.

"Oh, Dios mío, ¿está bien?" Ella dijo en un apuro. "Traté de parar a tiempo. Dios mío. ¡He matado a un hombre! ¡Dios mío!”

La mujer estaba histГ©rica, de rodillas sobre Г©l, lloraba.

De repente, Kyle abriГі sus ojos, se sentГі y mirГі a la mujer.

Su llanto se detuvo cuando ella le devolviГі la mirada en shock, tenГ­a los ojos muy abiertos frente a los faros.

Kyle sonriГі, se inclinГі, y, en Г©xtasis, hundiГі sus hermosos colmillos que crecГ­an y crecГ­an en su garganta.

Fue la mejor sensaciГіn de su vida.

La mujer gritaba mientras Г©l bebГ­a su sangre; Г©l se atiborrГі hasta que ella cayГі inerte en sus brazos.

Kyle se puso de pie, satisfecho, y se volviГі y contemplГі la carretera vacГ­a.

EnderezГі el cuello, alisГі su camisa, y dio el primer paso. TenГ­a mucho que cobrarle a esta ciudad camino y todo iba a empezar con Scarlet.




CAPГЌTULO TRES


Sage volaba cortando el aire hacia el amanecer, los primeros rayos de sol iluminaban una lГЎgrima en su mejilla, que rГЎpidamente Г©l se secГі. Estaba agotado, con mucho sueГ±o despuГ©s de volar toda la noche buscando a Scarlet. Durante la noche, creyГі verla muchas veces, sГіlo para darse cuenta de que habГ­a llegado conВ  una chica desconocida que se sorprendГ­a al verlo aterrizar y despegar de nuevo. Estaba empezando a preguntarse si alguna vez la encontrarГ­a.

Scarlet no estaba por ninguna parte, y Sage no podГ­a entenderlo. La conexiГіn entre los dos era tan fuerte, que estaba seguro que podrГ­a sentirla, que ella lo llevarГ­a a donde estaba. No podГ­a entender lo que habГ­a pasado. ВїElla habГ­a muerto?

Sage creГ­a que quizГЎs estaba en tal estado emocional, que todos sus sentidos estaban bloqueados, y eso no le permitГ­a rastrearla; o tal vez habГ­a caГ­do en un sueГ±o profundo, como sabГ­a que le sucedГ­a a los vampiros despuГ©s de alimentarse de un humano por primera vez. Eso podГ­a llegar a ser mortal para algunos, Г©l lo sabГ­a, y le dolГ­a el corazГіn pensar que ella estaba por ahГ­, quien sabГ­a dГіnde, completamente sola. ВїAlguna vez despertarГ­a?

Sage volГі bajo, muy rГЎpidamente para no ser detectado, y pasГі por todos los lugares a los que habГ­a ido con ella -su escuela, su casa, todos los lugares en que podГ­a pensar- usando su visiГіn lГЎser la buscГі por los ГЎrboles y las calles.

A medida que el sol se elevaba y pasaba hora tras hora, Sage, finalmente se dio cuenta de que no tenГ­a sentido seguir buscando. TendrГ­a que esperar hasta que ella saliera a la superficie, o Г©l pudiera detectarla.

Sage estaba agotado como nunca antes. PodГ­a sentir su fuerza vital empezando a decaer. SabГ­a que sГіlo quedaban unos dГ­as para que Г©l mismo muriera, y cuando sintiГі otro dolor en el pecho y en los brazos y hombros, supo que se estaba muriendo por dentro. Pronto dejarГ­a esta tierra, y lo habГ­a aceptado. SГіlo querГ­a pasar sus Гєltimos dГ­as con Scarlet.

Cuando ya no le quedГі ningГєn lugar donde buscar, Sage volГі sobre la mansiГіnВ  de su familia en el Hudson, mirando hacia abajo mientras descendГ­a. Dio una y otra vuelta, como un ГЎguila, preguntГЎndose: ВїdeberГ­a verlos una Гєltima vez? No sabГ­a para quГ©. Todos lo odiaban ahora por no llevar a Scarlet; y tenГ­a que admitirlo, Г©l los odiaba tambiГ©n. La Гєltima vez que habГ­a estadoВ  allГ­, su hermana habГ­a muerto en sus brazos, y Lore habГ­a partido para tratar de matar a Scarlet. No querГ­a enfrentarse a ellos de nuevo.

Y sin embargo, no tenГ­a otro lugar a donde ir.

Mientras volaba, Sage escuchГі un golpeteo, y mirГі hacia abajo y vio a varios de sus primos sosteniendo planchas de madera sobre las ventanas, y martilleando. Uno a uno, estaban sellando su mansiГіn ancestral, y Sage vio a varias docenas de sus primos despegar en vuelo. Estaba intrigado. Era evidente que estaba pasando algo.

Sage tenГ­a que averiguarlo. Una parte de Г©l querГ­a saber a dГіnde iban, quГ© serГ­a de su familia, y una parte mГЎs grande de Г©l querГ­a saber si tenГ­an alguna idea dГіnde estaba Scarlet. Tal vez uno de ellos habГ­a visto u oГ­do algo. QuizГЎs Lore la habГ­a capturado. TenГ­a que saber; era la Гєnica pista que tenГ­a.

Sage se lanzГі hacia la finca de su familia, aterrizando en el patio de mГЎrmol, ante la gran escalinata que conducГ­a a la puerta de entrada trasera con antiguas puertas francesas.

Cuando se acercГі, de repente las puertas se abrieron, y vio a su madre y su padre adelantГЎndose; lo enfrentaron con una mirada de desaprobaciГіn.

"ВїQuГ© estГЎs haciendo aquГ­?" Su madre le preguntГі como si Г©l fuera un intruso.

"Ya nos mataste una vez", dijo su padre. "Nuestra gente pudo haber sobrevivido si no hubiera sido por ti. ¿Has venido a matarnos de nuevo?”

Sage frunciГі el ceГ±o; estaba harto de la desaprobaciГіn de los padres.

“¿A dónde van?" exigió Sage.

“¿A dónde crees?" Su padre replicó. "Han convocado al Gran Consejo, por primera vez en mil años."

Sage lo mirГі con sorpresa.

“¿Al Castillo Boldt?"preguntó. “¿Van a las mil islas?"

Sus padres fruncieron el ceГ±o de nuevo.

"ВїQuГ© te importa?", dijo su madre.

Sage no podГ­a creer lo que estaba escuchando. El Gran Consejo no se habГ­a reunido desde lo que parecГ­a ser el principio de los tiempos, y que toda su raza se fuera a reunir en un solo lugar, no podГ­a ser por algo bueno.

“¿Pero por qué?" preguntó. "¿Por qué convocarlos, si todos vamos a morir de todos modos?"

Su padre se adelantГі y sonriГі mientras levantaba un dedo y lo clavaba en el pecho de Sage.

"No somos como tГє", gruГ±Гі. "No vamos darnos por vencidos sin luchar. El nuestro serГЎ el mayor ejГ©rcito que jamГЎs se haya conocido, es la primera vez que todos nos reuniremos en un mismo lugar. La humanidad va a pagar. Nos vengaremos."

“¿Vengarse de qué?” preguntó Sage. "La humanidad no te ha hecho nada. ¿Por qué vas a herir a personas inocentes?”

Su padre le devolviГі la sonrisa.

“Eres tonto hasta el final", dijo. "¿Por qué no lo haríamos? ¿Qué tenemos para  perder? ¿Qué van a hacer, matarnos?”

Su padre se riГі, y su madre se le uniГі, mientras se tomaban del brazo y pasabanВ  junto a Г©l, chocando sus hombros y preparГЎndose a despegar en vuelo.

Sage les gritó: "Recuerdo una vez cuando eran nobles", dijo. "Pero ahora, no son nada. Son menos que nada. ¿Esto es lo que hace la desesperación en ustedes?”

Se volvieron y le hicieron una mueca.

"Tu problema, Sage, es que si bien eres uno de nosotros, nunca has entendido a nuestra especie. Destruir es todo lo que siempre hemos querido. Sólo tú, sólo tú has sido diferente.”

"TГє eres el hijo que nunca entendimos", dijo su madre. "Y nunca has dejado de decepcionarnos."

Sage sintiГі que lo atravesaba un dolor, se sentГ­a demasiado dГ©bil para responder.

Cuando se dieron vuelta para irse, Sage, jadeando, juntГі fuerzas para gritar: "Scarlet! ВїDГіnde estГЎ? ВЎDime!"

Su madre se volviГі y sonriГі con gusto.

"Oh, no te preocupes por ella", dijo su madre. "Lore la encontrará, y nos salvará a todos. O va a morir en el intento. Y cuando sobrevivamos, no creas que habrá un lugar para ti.”

Sage enrojeciГі.

"¡Te odio!" Gritó. “¡Los odio a los dos!"

Sus padres simplemente se volvieron sonriendo, se posaron sobre la barandilla de mГЎrmol y despegaron hacia el cielo.

Sage se quedГі allГ­, observГЎndolos ir, desaparecer en el cielo, mientras elВ  resto de sus primos se les unГ­an. Se quedГі allГ­, solo, ante su ancestral casa tapiada, allГ­ no quedaba nada para Г©l. Su familia lo odiaba y Г©l los odiaba tambiГ©n.

Lore. Sage sintiГі un nuevo estallido de la determinaciГіn al pensar en Г©l. No podГ­a dejar que encontrara a Scarlet. A pesar de todo su dolor, tenГ­a que reunir todas sus fuerzas, una Гєltima vez. TenГ­a que encontrar a Scarlet.

O morir en el intento.




CAPГЌTULO CUATRO


Caitlin estaba sentada en el asiento del pasajero de su camioneta, estaba agotada, con el corazГіn roto, mientras Caleb conducГ­a sin parar por la ruta 9, recorrГ­a las calles hacia arriba y hacia abajo como lo habГ­a estado haciendo porВ  horas. Ya estaba amaneciendo, y Caitlin mirГі a travГ©s del parabrisas el cielo fuera de lo comГєn. Le sorprendiГі que ya estuviera amaneciendo. HabГ­an estado conduciendo toda la noche, los dos en la parte delantera y Sam y Polly en el asiento trasero, manteniendo los ojos bien abiertos mirando la orilla de la carretera, buscando a Scarlet por todos lados. Una vez, se habГ­an detenido en seco, Caitlin habГ­a creГ­do verla pero se dio cuenta que era un espantapГЎjaros.

Caitlin cerrГі los ojos por un momento, sentГ­a sus pГЎrpados muy pesados, hinchados, veГ­a el destello de los coches que se acercaban hacia ellos, sus faros pasaban de largo, un flujo interminable de trГЎfico que habГ­a estado viendo durante toda la noche. TenГ­a ganas de llorar.

Caitlin se sentГ­a vacГ­a por dentro, como una mala madre por no haber estado allГ­ lo suficiente, acompaГ±ando a Scarlet -por no haber creГ­do en ella, por no entenderla, por no haber estado allГ­ cuando la habГ­a necesitado. De alguna manera, Caitlin se sentГ­a responsable de todo. Y querГ­a morirse al pensar que nunca mГЎs podrГ­a ver a su hija de nuevo.

Caitlin se puso a llorar, y abriГі los ojos y se secГі rГЎpidamente las lГЎgrimas. Caleb se acercГі y le agarrГі la mano, pero ella la retirГі. Caitlin se volviГі para mirar por la ventana, querГ­a un poco de privacidad, deseaba estar sola -querГ­a morir. Sin su niГ±a en su vida, se dio cuenta que ya no le quedaba nada.

Caitlin sintiГі una mano en su hombro. Se volviГі para ver a Sam inclinГЎndose hacia adelante.

"Hemos estado conduciendo toda la noche", dijo. "No hay ningún rastro de ella por ningún lado. Hemos cubierto cada centímetro de la ruta 9. Los policías están buscándola también, con muchos más coches que nosotros. Todos estamos cansados, y no tenemos ni idea de dónde puede estar. Incluso podría estar en casa, esperándonos.”

"Estoy de acuerdo", dijo Polly. "Yo digo que vayamos a casa. Necesitamos descansar un poco.”

De repente, se escuchГі el sonido de un claxon estridente, y Caitlin levantГі la mirada para ver un camiГіn venir hacia ellos, estaban en el lado equivocado de la carretera.

“¡CALEB!" Caitlin gritó.

De repente, Caleb se desviГі del camino en el Гєltimo segundo, y regresГі a su lado de la carretera, evitando por un pie el camiГіn, que tocГі la bocina.

Caitlin lo mirГі fijamente, con el corazГіn palpitante, y un Caleb agotado le devolviГі la mirada, tenГ­a los ojos inyectados en sangre.

“¿Qué pasó?" Ella preguntó.

"Lo siento", dijo. "Debo de haberme quedado dormido."

"Esto no está haciéndole ningún bien a nadie", dijo Polly. "Necesitamos descansar. Tenemos que ir a casa. Todos estamos cansados.”

Caitlin lo pensГі, y finalmente, despuГ©s de un largo momento, asintiГі.

"Bien. Llévanos a casa.”


*

Caitlin se sentГі en su sofГЎ mientras el sol se elevaba, hojeaba un ГЎlbum con fotos de Scarlet. A toda prisa, todos los recuerdos la inundaron y empezГі a recordarВ  a Scarlet en todas sus edades. Caitlin frotГі las fotos con su pulgar deseando mГЎs que nada en el mundo que pudiera tener a Scarlet allГ­ con ella. DarГ­a cualquier cosa, incluso su propio corazГіn y su alma.

Caitlin levantГі la pГЎgina rota del libro que habГ­a tomado de la biblioteca, el antiguo ritual, el que habrГ­a salvado a Scarlet sГіlo si Caitlin hubiera regresado aВ  tiempo, el que habrГ­a evitado que se convirtiera en un vampiro. Caitlin rompiГі la antigua pГЎgina en pedazos y los arrojГі al suelo. Los pedazos cayeron cerca de Ruth, que se quejГі y se acurrucГі junto a Caitlin.

Esa pГЎgina, ese el ritual, que habГ­a significado tanto para Caitlin, ahora era inГєtil. Scarlet ya se habГ­a alimentado, y ahora ningГєn ritual podГ­a salvarla.

Caleb y Sam y Polly, tambiГ©n estaban en la sala, cada uno perdido en su propio mundo, cada uno se habГ­a desplomado en una silla o un sofГЎ, y estaba medio dormido o durmiendo. Los unГ­a un silencio pesado, todos esperaban que Scarlet caminara por la puerta, todos sospechaban que eso no pasarГ­a.

De repente, sonГі el telГ©fono. Caitlin se levantГі y lo arrebatГі, le temblaba la mano. DejГі caer el receptor varias veces, finalmente lo recogiГі y se lo llevГі a la oreja.

"Hola, hola, hola?" Ella dijo. "Scarlet, ¿eres tú? ¿Scarlet!?”

"SeГ±ora, es el Oficial Stinton," se escuchГі una voz masculina.

El corazГіn de Caitlin se desplomГі al darse cuenta de que no era Scarlet.

"SГіlo estoy llamando para hacerle saber que no tenemos ninguna novedad de su hija todavГ­a."

Las esperanzas de Caitlin se desvanecieron. Ella agarrГі el telГ©fono, apretГЎndolo, estaba desesperada.

"No se estГЎn esforzando lo suficiente," ella hervГ­a.

"Señora, estamos haciendo todo lo que podemos.”

Caitlin no esperГі a escuchar el resto de su respuesta. AzotГі el auricular, luego agarrГі el telГ©fono, un aparato de los aГ±os 80, arrancГі el cable de la pared, lo levantГі, y lo estrellГі al suelo.

Caleb, Sam, y todo Polly se levantaron de un salto, sorprendidos en su sueГ±o, y la miraron como si estuviera loca.

Caitlin mirГі el telГ©fono y se dio cuenta que tal vez lo estaba.

Caitlin saliГі de la habitaciГіn, abriГі la puerta que daba al amplio porche y se sentГі en una mecedora. HacГ­a frГ­o en la madrugada, pero no le importГі. Se sentГ­a entumecida.

Con fuerza, cruzГі los brazos sobre su pecho, y se balanceГі y balanceГі en el aire frГ­o de noviembre. MirГі hacia la calle vacГ­a iluminada con la luz de un nuevo dГ­a, no habГ­a ni un alma a la vista, ni un coche en movimiento, todas las casas aГєn estaban a oscuras. Todo estaba quieto. Una calle suburbana perfectamente tranquila, ni una hoja fuera de lugar, todo limpio tal como se suponГ­a que debГ­a ser. Perfectamente normal.

Pero nada, Caitlin lo sabГ­a, era normal. De repente, odiГі este lugar que habГ­a querido durante aГ±os. Odiaba la tranquilidad; odiaba la quietud; odiaba el orden. Que no darГ­a para que hubiera caos, para que la quietud se hiciera aГ±icos, para que se escuchara algo, para que algo se moviera, para que su hija apareciera.

Scarlet, rezГі, mientras cerraba sus ojos, llorando, vuelve a mГ­, bebГ©. Por favor, vuelve a mГ­.




CAPГЌTULO CINCO


Scarlet Paine sentГ­a que flotaba en el aire y escuchaba el aleteo de un millГіn de pequeГ±as alas en su oГ­do mientras sentГ­a elevarse mГЎs y mГЎs alto. MirГі y vio que era izada por una bandada de murciГ©lagos, aferrados a la parte de atrГЎs de su camiseta, un millГіn de murciГ©lagos la rodeaba y la llevaba por el aire.

La llevaron a travГ©s de las nubes y del amanecer mГЎs hermoso que jamГЎs habГ­a visto, y las nubes se desparramaban y se rompГ­an, el cielo de color naranja parecГ­a incendiarse. No entendГ­a lo que estaba pasando, pero por alguna razГіn no tenГ­a miedo. SintiГі que la llevaban a alguna parte, y tal como chillaban y revoloteaban a su alrededor, mientras la izaban en el cielo, sintiГі como si fuera uno de ellos.

Antes de que Scarlet pudiera procesar lo que estaba pasando, los vampiros la posaron con cuidado en el suelo, ante el castillo mГЎs grande que jamГЎs habГ­a visto. TenГ­a antiguos muros de piedra, y ella estaba de pie delante de una enorme puerta arqueada. Los murciГ©lagos se fueron volando, desapareciendo; su aleteo se fue desvaneciendo.

Scarlet se quedГі mirando la puerta, que lentamente se abriГі. Una luz ГЎmbar se derramГі hacia afuera, y Scarlet se sintiГі atraГ­da a entrar.

Scarlet cruzГі el umbral de la puerta, pasГі por la luz, y entrГі a la sala mГЎs grande que jamГЎs habГ­a visto. En el interior, alineados frente a ella y prestando total atenciГіn, se encontraba un ejГ©rcito de vampiros, todos vestidos de negro. Ella se cerniГі sobre ellos, mirando hacia abajo como si fuera su lГ­der.

Como si fueran uno, todos levantaron sus palmas y las golpearon contra sus pechos.

"Has dado a luz a una nación", gritaron, su voz, como si fueran uno, hizo eco en las paredes. “¡Has dado a luz a una nación!"

Los vampiros dejaron escapar un gran grito, y entonces Scarlet lo absorbiГі todo, por fin, habГ­a encontrado a su gente.

Los ojos de Scarlet se abrieron mientras se despertaba con el sonido de cristales rotos. Se encontrГі yaciendo boca abajo con las mejillas contra el cemento frГ­o y hГєmedo. Vio hormigas caminando hacia ella, y puso sus manos sobre el cemento ГЎspero, se sentГі, y se las quitГі.

Scarlet estaba frГ­a, adolorida, tenГ­a el cuello y la espalda torcidos por haber dormido en esa posiciГіn incГіmoda. Por encima de todo, estaba desorientada, un poco asustada mientras observaba lo que la rodeaba. Estaba debajo de un pequeГ±o puente de la ciudad, tendida sobre una loza de cemento debajo de Г©l, estaba amaneciendo. Apestaba a orina y cerveza rancia allГ­, y vio que el cemento estaba todo marcado con graffiti y, mientras examinaba el suelo, vio latas de cerveza vacГ­as, basura, jeringas usadas. Se dio cuenta que estaba en un mal lugar. MirГі a su alrededor, parpadeando, no tenГ­a idea dГіnde estaba, ni cГіmo habГ­a llegado allГ­.

EscuchГі de nuevo el sonido de cristales rotos y de pies arrastrГЎndose, y se volviГі rГЎpidamente, sus sentidos estaban en alerta.

A unos diez metros, habГ­a cuatro vagabundos vestidos con harapos, parecГ­an estar borrachos o drogados, o venГ­an de una pelea. Eran hombres mayores sin afeitar, la miraban como si ella fuera su juguete, con sonrisas lascivas en sus rostros, revelando los dientes amarillos y podridos. Pero eran fuertes, ella podГ­a decirlo, eran robustos y altos y, por la forma en que se acercaban, uno de ellos tirГі una botella de cerveza y la rompiГі debajo del puente, supo que sus intenciones no eran buenas.

Scarlet tratГі de recordar cГіmo habГ­a llegado a ese lugar. Era un lugar al que nunca habrГ­a ido voluntariamente. ВїLa habГ­an llevado allГ­? Lo que primero pensГі era que tal vez la habГ­an violado; mirГі hacia abajo y vio que estaba completamente vestida, y supo que no. Ella se puso a pensar, tratando de recordar lo que habГ­a pasado la noche anterior.

Pero todo era como un borrón lleno de dolor. Recordaba destellos: un bar al lado de la ruta 9 … un altercado … Pero todo estaba en una nebulosa. No lograba recordar los detalles.

“Tú sabes que estás debajo de nuestro puente, ¿verdad?" Uno de los vagabundos dijo mientras se acercaba cada vez más a ella. Scarlet se escabulló hacia atrás con sus manos y rodillas, luego se puso de pie, enfrentándolos, temblaba por dentro, pero no quería verse asustada.

"Nadie viene aquГ­ sin pagar una cuota", otro dijo.

"Lo siento," dijo ella. "No sГ© cГіmo lleguГ© aquГ­."

"Ese fue tu error", otro dijo, con una voz gutural profunda, mientras le sonreГ­a.

"Por favor," Scarlet dijo, tratando de sonar dura, pero su voz le temblaba mientras daba un paso hacia atrás, "No quiero problemas. Me voy ahora mismo. Lo siento.”

Con el corazГіn latiГ©ndole en el pecho, Scarlet se volviГі para irse, cuando de repente, oyГі pasos corriendo, y entonces sintiГі que un brazo se enroscaba en su cuello, sosteniendo un cuchillo; el horrible aliento a cerveza le daba en la cara.

"No, no lo estás, cariño", dijo. "Ni siquiera hemos empezado a conocernos.”

Scarlet luchГі, pero el hombre era demasiado fuerte para ella, su barba raspaba su mejilla mientras frotaba su cara contra la suya.

Pronto, los otros tres se pararon frente a ella, y Scarlet gritГі mientras luchaba en vano, y entonces sintiГі sus manos horribles corriendo por su estГіmago. Uno de ellos llegГі a la lГ­nea de su cintura.

Scarlet se resistiГі y se retorciГі, tratando de escapar, pero ellos eran mГЎs fuertes. Uno de ellos se agachГі, se quitГі el cinturГіn, y lo tirГі, y ella oyГі el sonido metГЎlico de metal en el cemento.

“¡Por favor, déjenme ir!" Scarlet gritó, mientras se retorcía.

El cuarto vagabundo se agachГі y la agarrГі de la cintura, por los pantalones vaqueros y comenzГі a tirar de ellos, tratando de sacГЎrselos. Scarlet supo que, con en unos momentos, si ella no hacГ­a algo, la lastimarГ­an.

Algo en su interior se quebrГі. No entendГ­a quГ© era pero, por completo, la invadiГі una energГ­a que la inundaba, y se elevaba desde sus pies, iba a travГ©s de sus piernas, por su torso. SintiГі un calor abrasador, disparado a travГ©s de sus hombros, sus brazos, hasta sus dedos. Su cara estaba enrojecida, y tenГ­a los pelos de punta por todo su cuerpo, sintiГі un fuego arder en su interior. SentГ­a que no lograba entender que pasaba, y se sentГ­a mГЎs fuerte que todos esos hombres, mГЎs fuerte que el universo.

Entonces sintiГі algo mГЎs: una rabia primordial. Era una sensaciГіn nueva. Ya no querГ­a alejarse, ahora querГ­a quedarse allГ­ y hacer que los hombres pagaran. Separarlos, miembro por miembro.

Y, por Гєltimo, sintiГі algo mГЎs: hambre. Un hambre punzante y profundo que la hacГ­a que necesitara alimentarse.

Scarlet se echГі hacia atrГЎs y gruГ±Гі, un sonido que hasta a ella le dio miedo; sus colmillos se extendieron desde los dientes mientras se inclinaba hacia atrГЎs y le daba una patada al hombre que jalaba sus vaqueros. La patada fue tan tremenda, que enviГі al hombre volando por el aire unos buenos veinte pies, hasta que se golpeГі la cabeza contra la pared de hormigГіn. Se dejГі caer, inconsciente.

Los otros dieron un paso atrГЎs y la soltaron, con la boca abierta en estado de shock y con miedo mientras miraban a Scarlet. Se veГ­an como si se hubieran dadoВ  cuenta que habГ­an cometido un error muy grande.

Antes de que pudieran reaccionar, Scarlet se dio vuelta y le dio un codazo al hombre que la sostenГ­a, dГЎndole una zancailla en la mandГ­bula con tanta fuerza, que Г©l dio vuelta dos veces y se derrumbГі, inconsciente.

Scarlet se volviГі, gruГ±endo, y se enfrentГі a los otros dos, como una bestia mirando a su presa. Los dos vagabundos se quedaron allГ­, con los ojos desorbitados por el miedo, y Scarlet escuchГі un ruido, bajГі la mirada para ver a uno de ellos orinГЎndose en sus pantalones.

Scarlet se agachГі, recogiГі su cinturГіn, y avanzГі con total despreocupaciГіn.

El hombre se tambaleГі hacia atrГЎs, petrificado.

"¡No!" Él gimió. “¡Por Favor! ¡No fue mi intención!”

Scarlet se lanzГі hacia adelante y envolviГі el cinturГіn alrededor de la garganta del hombre. Entonces, ella lo levantГі con una mano, los pies del hombre colgaban sobre la tierra, el hombre jadeaba mientras trataba de agarrar la correa. Ella lo mantuvo allГ­, en lo alto, hasta que, finalmente, Г©l dejГі de moverse y se desplomГі, muerto.

Scarlet se volviГі y se enfrentГі al Гєltimo vagabundo, que lloraba, estabaВ  demasiado asustado para correr. Con los colmillos extendidos, dio un paso adelante y los hundiГі en la garganta del hombre. Г‰l sacudiГі sus brazos y, en unos momentos, yacГ­a en un charco de sangre, lГ­vido.

Scarlet escuchГі un correteo a distancia, y vio al primer vagabundo levantarse, y gemir, se estaba poniendo lentamente de pie. Г‰l la mirГі con los ojos muy abiertos de miedo, y con sus manos y rodillas tratГі de escapar.

Ella se abalanzГі sobre Г©l.

"Por favor, no me hagas daño", gimió, llorando. “No era mi intención. No sé lo que eres, pero no quise hacerlo.”

"Estoy segura que no," contestГі ella, con su voz oscura, inhumana. "Al igual que no es mi intenciГіn lo que voy a hacerte ahora."

Scarlet lo cogiГі por la espalda de la camiseta, lo hizo dar vueltas, y lo lanzГі hacia arriba con todas sus fuerzas.

El vagabundo saliГі volando como un misil hacia el puente, la cabeza y los hombros se estrellaron contra el cemento saliendo por el otro lado, el sonido de escombros cayendo se escuchГі por todas partes despuГ©s que ella lo arrojГі a laВ  mitad del puente. QuedГі atorado allГ­, capturado, con las piernas colgando debajo.

De un solo salto, Scarlet llegГі hasta la parte superior del puente y lo vio con su torso superior atrapado en el hormigГіn, mientras Г©l gritaba, con la cabeza y los hombros expuestos, era incapaz de moverse. Г‰l se movГ­a, tratando de liberarse.

Pero no podГ­a. Era un blanco fГЎcil para todo vehГ­culo que se aproximara.

“¡Sácame de aquí!", él le exigió.

Scarlet sonriГі.

"Tal vez la prГіxima vez", ella dijo. "Disfruta del trГЎfico."

Scarlet se volviГі y saltГі y volГі hacia el cielo, los gritos del hombre se iban apagando mientras ella volaba mГЎs y mГЎs alto, lejos de ese lugar, sin saber donde estaba, y eso tampoco le importaba. SГіlo tenГ­a a una persona en su mente: Sage. Su rostro se cernГ­a ante ella, en el ojo de su mente, igual su barbilla y sus labios perfectamente cincelados, sus ojos conmovedores. PodГ­a sentir el amor que Г©l sentГ­a por ella. Y ella sentГ­a lo mismo.

Ya no sabГ­a donde estaba su casa en este mundo, pero no le importaba, siempre y cuando estuviera con Г©l.

Sage, pensГі. EspГ©rame. Voy a por ti.




CAPГЌTULO SEIS


MarГ­a estaba sentada con sus amigos en el huerto de calabazas, muy celosa de todos, odiaba la vida. Todo el mundo parecГ­a tener un novio salvo ella. Y los que no tenГ­an eran parte de una muy fuerte camarilla de amigos que se apiГ±aban todos juntos.

MarГ­a estaba sentada sobre un montГіn de calabazas, Becca y Jasmine estaban aВ  su lado, y realmente ya no sabГ­a dГіnde encajaba. MariaВ  solГ­a tener una camarilla tan fuerte, una que por aГ±os habГ­a sido indestructible, ella y Becca y Jasmine y, por supuesto, su mejor amiga, Scarlet. HabГ­an sido inseparables. Si una de ellas no tenГ­a novio, las otras siempre estaban allГ­ acompaГ±ГЎndola. Ella y Scarlet se habГ­an jurado que nunca pelearГ­an, que irГ­an a la misma universidad, serГ­an damas de honor en laВ  boda de la otra, y vivirГ­an siempre a diez cuadras de la otra.

MarГ­a habГ­a estado muy segura de sus amigas, de Scarlet, de todo.

Luego, en las Гєltimas semanas, de repente, todo se habГ­a venido abajo, sin previo aviso. Scarlet le habГ­a robado a Sage frente a sus ojos, el Гєnico chico con quien MarГ­a habГ­a estado totalmente obsesionada en un largo tiempo. El rostro de MarГ­a se sonrojГі al recordar toda la indignidad; Scarlet la habГ­a hecho verse muy estГєpida. TodavГ­a estaba muy enojada con ella por eso, y creГ­a que nunca laВ  perdonarГ­a.

Maria recordГі su Гєltima pelea, Scarlet se defendiГі diciendo que ella le gustaba a Sage, y que no se lo robГі. En el fondo, MarГ­a sabГ­a que probablemente tenГ­a razГіn. AГєn asГ­, tenГ­a que culpar a alguien; era mucho mГЎs fГЎcil de culparse a sГ­ misma.

Alguien la golpeГі, y MarГ­a se deslizГі de la pila de calabazas, aterrizando en el suelo, y sus vaqueros se llenaron de barro.

“¡Qué te pasa!" Ella gritó, furiosa.

Era uno de los chicos borrachos. Varios cientos de su clase se habГ­an reunido allГ­, como tradicionalmente siempre lo hacГ­an, el dГ­a despuГ©s de la gran fiesta del otoГ±o, en este estГєpido evento de la escuela de "cosecha de la calabaza". Todo el mundo sabГ­a que realmente nadie recogГ­a calabazas, todos se sentaban alrededor del campo de calabazas, bebiendo sidra de manzana caliente y comiendo donas, mientras que la chusma de la clase mezclaba la sidra con ginebra. Uno de esos chicos la habГ­a golpeado. Г‰l ni siquiera se habГ­a dado cuenta, e insultaba mientras se tambaleaba. MarГ­a lo conocГ­a, y sabГ­a que todos los chicos que bebГ­an a esa edad no terminarГ­an haciendo nada con sus vidas, al menos eso la consolaba.

MarГ­a tenГ­a que aclararse la cabeza. No podГ­a soportar mГЎs, estar junto a todo eso. SГіlo querГ­a huir. TodavГ­a estaba muy molesta, y ahora ni siquiera sabГ­a por quГ©. Perder a su mejor amiga, aun con Jasmine y Becca allГ­, la hacГ­a sentir como suelta. Y aun peor, todavГ­a sentГ­a deseos por Sage. Pensar en Г©l la estaba volviendo loca.

MarГ­a se puso de pie y comenzГі a caminar.

"ВїA dГіnde vas?" Jasmine preguntГі.

MarГ­a se encogiГі de hombros.

“Voy a tomar un poco de aire."

MarГ­a se abriГі paso entre la multitud, alejГЎndose mГЎs y mГЎs hacia el campo de las afueras de la ciudad, mientras miraba a todos los niГ±os sosteniendo sus tazones, sentados alrededor, riendo, todo el mundo parecГ­a estar muy feliz. Todo el mundo menos ella. En ese momento, los odiaba a todos.

MarГ­a llegГі al borde de la multitud y siguiГі caminando hasta un pajar solitario,В  en la base del laberinto de maГ­z.

Puso su cabeza entre las manos y contuvo las lГЎgrimas. Se sentГ­a deprimida, y no sabГ­a por quГ©. Sobre todo, pensГі, porque Scarlet no era parte de su vida. SolГ­a enviarle mensajes de texto cien veces al dГ­a. Tampoco entendГ­a por quГ© habГ­a ocurrido todo eso. Y no podГ­a dejar de pensar en Sage, aunque sabГ­a que ella no le gustaba. CerrГі los ojos y pidiГі y pidiГі para que Г©l apareciera.

Sage, darГ­a cualquier cosa, pensГі. Ven acГЎ. Te deseo. Te necesito.

"ВїQuГ© estГЎ haciendo alguien tan bonita como tГє sentada aquГ­ sola?" se escuchГі la voz oscura y seductora.

MarГ­a se estremeciГі mientras abrГ­a los ojos y estaba en completo estado deВ  shock al ver quien estaba ante ella. No era Sage. Pero era un chico, si era posible, aГєn mГЎs magnГ­fico que Sage. Llevaba botas de cuero negro, pantalones de cuero negro, una playera negra, un pequeГ±o collar de dientes de tiburГіn negro y una chaqueta de cuero negro ajustado. TenГ­a los ojos grises y el cabello castaГ±o ondulado, y una pequeГ±a sonrisa, que era perfecta. TenГ­a mГЎs atractivo sexual que cualquier chico que jamГЎs habГ­a visto: parecГ­a una estrella de rock que habГ­aВ  salido del escenario sГіlo para verla.

MarГ­a parpadeГі varias veces y mirГі a su alrededor, preguntГЎndose si era una broma. Pero Г©l era el Гєnico allГ­, y realmente estaba hablando con ella, y a nadie mГЎs. Ella intentГі responder, pero las palabras se le atascaron en la garganta.

“¿Bonita?" Fue todo lo que atinó a decir, con el corazón desbocado en su pecho.

Г‰l se riГі, y fue el sonido mГЎs hermoso que ella jamГЎs habГ­a oГ­do.

"Vamos, ellos se están divirtiendo. ¿Por qué tú no?”

Sin esperar, Г©l se le acercГі con gracia y extendiГі la mano, y sin darse cuenta, ella la tomГі, saltando fuera de la pila de heno, y lo siguiГі; tomados de la mano los dos caminaron hacia el laberinto de maГ­z. Se sentГ­a tan atraГ­da por Г©l, que ni siquiera se detuvo a pensar de que esto no era algo exactamente normal. Una fantasГ­a de ella se habГ­a materializado y la habГ­a arrastrado. Pero no iba a empezar a hacer preguntas.

"Um … ¿quién eres?" ella preguntó, tentativamente, con voz temblorosa, abrumada al sentir la mano del chico entre las suyas.

"Estaba buscando una pareja para entrar al laberinto de maГ­z", dijo con una sonrisa cuando entraron. "Es mi dГ­a de suerte. MarГ­a, Вїno? "

Ella lo mirГі con asombro.

"ВїCГіmo sabes mi nombre?"

Г‰l sonriГі y se riГі.

"Pronto sabrás que yo", dijo él, “lo sé casi todo. Y en cuanto a mi nombre: me puedes llamar Lore.”


*

Lore caminГі tomado de la mano de la amiga de Scarlet, encantado consigo mismo por lo fГЎcil que habГ­a sido seducirla. Estos seres humanos eran demasiado frГЎgiles, demasiado ingenuos, ni siquiera era justo. Incluso, apenas habГ­a necesitado usar sus poderes y, en pocos minutos, la tenГ­a en la palma de su mano. Una parte de Г©l querГ­a alimentarse de ella, drenar la energГ­a de su cuerpo, y deshacerse de ella como lo habГ­a hecho con otros seres humanos.

Pero, otra parte de Г©l le decГ­a que debГ­a ser paciente. DespuГ©s de todo, habГ­a volado por el campo y habГ­a bajado sГіlo por ella. Lore habГ­a estado buscando una manera de llegar con Scarlet y, mientras volaba, habГ­a percibido los fuertes sentimientos de MarГ­a atravesando el universo; habГ­a sentido su deseo por Sage, su desesperaciГіn. Se habГ­a sentido atraГ­do como un imГЎn.

Lore habГ­a ubicado a MarГ­a con su ojo de ГЎguila desde los cielos y, al bajar, se dio cuenta de que, despuГ©s de todo, ella serГ­a la trampa perfecta, alguien tan sola, tan vulnerable y tan cercana a Scarlet. Si alguien sabГ­a cГіmo encontrar a Scarlet, debГ­a ser ella. Lore decidiГі que entablarГ­a una amistad, la utilizarla para encontrar a Scarlet, y cuando terminara, la matarГ­a. Mientras tanto, podrГ­a divertirse con ella. Esta humana patГ©tica creerГ­a cualquier fantasГ­a que quisiera.

"Um … no entiendo …", dijo María, mientras caminaban, con la voz temblorosa, nerviosa. "Explícamelo otra vez. ¿Dijiste que … que eres nuevo aquí?"

Lore se riГі.

"De alguna manera", dijo.

“¿Como que vas a estar en nuestra escuela?" ella preguntó.

"No creo tener tiempo para ir a la escuela", respondiГі.

"Qué quieres decir? ¿No tienes mi edad?” Ella preguntó.

"Sí. Pero terminé la escuela hace mucho tiempo.”

Lore estuvo a punto de decir hace siglos pero se contuvo en el Гєltimo segundo, por suerte.

“¿Hace mucho tiempo? ¿Qué quieres decir? ¿Estás como avanzado o algo así?“ Ella lo miró con ojos llenos de admiración, y él le devolvió una sonrisa.

"Algo asГ­", dijo. "AsГ­ que tus amigos estГЎn allГ­, en la fiesta?", AГ±adiГі.

MarГ­a asintiГі.

"Sí, todos excepto … Bueno, ya no soy su amiga, así que sí, todos."

“¿Excepto quién?" Lore preguntó, intrigado.

MarГ­a se ruborizГі.

"Bueno, mi mejor anterior amiga. Ella no está allí. Pero como dije, ya no somos amigas.”

“¿Scarlet?" él preguntó, arrepintiéndose inmediatamente por haber dicho demasiado.

MarГ­a lo mirГі, suspicaz.

"Como, ¿cómo sabes todo esto? ¿Estás como acechándome?”

Lore comenzГі a sentir que ella se estaba alejando de Г©l, y no querГ­a perderla. Г‰l la mirГі, le tomГі sus mejillas, hizo que lo mirara, y sus ojos brillaron en los de ella. Ella parpadeГі, y entonces Г©l borrГі los Гєltimos treinta segundos de su conversaciГіnВ  de su memoria.

MarГ­a parpadeГі varias veces, Г©l le tomГі la mano, y siguieron caminando.

Estuvo cerca, Г©l pensГі. Vamos a empezar de nuevo.

“¿Entonces tus amigos están allí, en la fiesta?", Añadió.

MarГ­a asintiГі.

"Sí, todos ellos excepto … Bueno, ya no soy su amiga, así que sí, todos.”

“¿Excepto quién?" Lore preguntó, intrigado.

MarГ­a se ruborizГі.

"Bueno, mi anterior mejor amiga. Ella no está allí. Pero como dije, ya no somos amigas.”

Lore se detuvo esta vez, pensando mejor sus palabras.

"ВїQuГ© pasГі entre ustedes dos?" Г‰l preguntГі cuidadosamente.

MarГ­a se encogiГі de hombros, y siguieron caminando en silencio, sus botas crujГ­an en el heno.

“No tienes que decirme", dijo Lore, finalmente. "De todos modos, yo sé lo que se siente el estar alejado de un amigo. Mi primo. Una vez fuimos como hermanos. Ahora ni siquiera nos hablamos.”

MarГ­a lo mirГі con compasiГіn.

"Eso es terrible", dijo. “¿Que pasó?"

Lore se encogiГі de hombros.

"Es una larga historia." De siglos, querГ­a aГ±adir, pero se contuvo.

MarГ­a asintiГі, entendiГ©ndolo.

"Bueno, como pareces entender", dijo, "entonces te lo voy a decir. No sé por qué, como si ni siquiera te conozco, pero siento que podrías entenderlo todo.”

Lore le sonriГі para darle confianza.

“Suelo tener ese efecto en la gente", dijo.

"De todos modos," María continuó, "mi amiga, Scarlet, ella como que me robó un chico que me gustaba. No es que me importe aun ese chico.”

MarГ­a dejГі de hablar y Lore intuyГі que querГ­a decir algo mГЎs, y leyГі su mente:

Bueno, no desde que te conocГ­, eso es.

Lore sonriГі.

“Robarle el compañero de alguien," Lore dijo, sacudiendo la cabeza. "No hay nada peor que eso."

Г‰l le apretГі la mano con mГЎs fuerza, y MarГ­a le sonriГі dГ©bilmente

“¿Entonces ya no son amigas?", dijo Lore, empujándola.

MarГ­a negГі con la cabeza.

"No. Como que corté totalmente con ella. Me siento un poco mal por ello. Quiero decir, ella todavía está entre mis amigas favoritas y seguimos siendo amigas en Facebook y en todo. No puede ir tan lejos. Pero no la he llamado ni le enviado mensajes de texto. Solíamos textearnos cien veces al día.”

"ВїHas intentado enviarle un mensaje?"

MarГ­a negГі con la cabeza.

"Realmente no quiero hablar de eso", ella dijo.

Lore sintiГі que la estaba empujando demasiado. TendrГ­a tiempo de sobra para seducirla, para averiguar todo lo que necesitaba saber sobre Scarlet. Mientras tanto, tenГ­a que hacer que confiara en Г©l -confiar completamente.

Llegaron al centro del laberinto de maГ­z, y se detuvieron y se quedaron allГ­. MarГ­a mirГі hacia otro lado, y Lore percibiГі lo nerviosa que estaba.

"Entonces, Вїahora quГ©?" Ella preguntГі, con las manos temblorosas. "Tal vez deberГ­amos regresar", AГ±adiГі.

Г‰l leyГі su mente:

Espero que no quiere volver. Espero que me bese. Por favor, bГ©same.

Lore se agachГі, le tomГі las mejillas, se inclinГі y la besГі.

En un primer momento, MarГ­a se resistiГі, tirando hacia atrГЎs.

Pero, luego ella se derritiГі en su beso. El la sintiГі fundirse completamente en Г©l, y ahora Г©l sabГ­a que ella era totalmente suya.




CAPГЌTULO SIETE


Scarlet volГі por el cielo de la maГ±ana, secГЎndose las lГЎgrimas, aГєn se sentГ­a sacudida por el incidente debajo del puente; trataba de entender lo que le estaba pasando. Estaba volando. Casi no podГ­a creerlo. No sabГ­a cГіmo, pero le habГ­an brotado alas, y acababa de despegar y se elevГі en el aire como si fuera la cosa mГЎs natural del mundo. No lograba entender por quГ© la luz le estaba lastimando los ojos, por quГ© su piel le picaba debajo del sol. Por suerte, se habГ­a nublado, y tenГ­a un poco de alivio; y aГєn asГ­, no sentГ­a que era la misma de antes.

Scarlet se sentГ­a tan perdida, tan sola, y no sabГ­a a dГіnde ir. No podГ­a volver a su casa, no despuГ©s de todo lo que habГ­a sucedido, no despuГ©s de descubrir que su madre querГ­a que muriera, y que todos la odiaban. Tampoco podГ­a ir con sus amigos; MarГ­a la odiaba tambiГ©n, y parecГ­a que habГ­a puesto a las demГЎs en su contra. No podГ­a volver a la escuela, no podГ­a simplemente regresar a su vida normal, especialmente despuГ©s de su gran pelea con Vivian en la fiesta.

Una parte de Scarlet querГ­a acurrucarse en una bola y morir. SentГ­a que no leВ  quedaba nada en el mundo.

Scarlet volГі sobre su ciudad natal y pasГі por su casa, era una sensaciГіn muyВ  extraГ±a verla desde arriba. Scarlet volГі lo suficientemente alto como para que nadie la viera, y ella vio su ciudad desde una vista de pГЎjaro, era algo que nunca habГ­a experimentado. Vio las cuadras perfectamente alineadas, la cuadrГ­cula rectangular, las calles limpias, el alto campanario de la iglesia; vio cables por todas partes, los postes de telГ©fono, todos los techos inclinados, algunos de teja, otros de pizarra, la mayorГ­a con cientos de aГ±os. Vio los pГЎjaros encaramados en los techos, y vio un globo pГєrpura solitario elevarse hacia ella.

El viento de noviembre se sentГ­a frГ­o allГ­ arriba, azotando su rostro, y ScarletВ  sintiГі frГ­o. QuerГ­a bajar en alguna parte para calentarse.

Mientras Scarlet y volaba y volaba, tratando de pensar en algo, la Гєnica persona que podГ­a ver, la Гєnica cara que continuaba parpadeando en su mente, era Sage. No se habГ­a presentado en la fiesta de la escuela como le habГ­a prometido; la habГ­a plantado, y ella todavГ­a estaba enojada. Scarlet supuso que Г©l no querГ­a volver a verla.

Por otra parte, no estaba muy segura de lo que habГ­a pasado. Tal vez, sГіlo tal vez, habГ­a otra razГіn por la que no se habГ­a presentado. Tal vez Г©l la amaba,В  despuГ©s de todo.

Cuanto mГЎs pensaba en ello, mГЎs sentГ­a que necesitaba verlo. Necesitaba ver una cara familiar, alguien en el mundo que se preocupara por ella, que la amara. O, al menos, que una vez la habГ­a amado.

Scarlet tomГі una decisiГіn. Dio la vuelta y se dirigiГі al oeste, hacia el rГ­o, hacia dГіnde sabГ­a que vivГ­a Sage. Ella continuГі volando fuera de los lГ­mites de la ciudad, mirando hacia abajo a los caminos que la guiaron como un faro mientras volaba. Su corazГіn latГ­a rГЎpidamente cuando se dio cuenta que llegarГ­a con Г©l en unos minutos.

Al volar fuera de la ciudad, el paisaje cambió: en lugar de cuadras y casas perfectamente alineadas, había menos casas, lotes más grandes, más árboles … Los terrenos se transformaron de dos hectáreas a seis, luego diez, veinte hectáreas … . Estaba entrando a la sección de las mansiones.

Scarlet llegГі a la orilla del rГ­o y, cuando se volviГі y volГі junto a Г©l, debajo vioВ  todas las mansiones, con extensas calzadas, enmarcadas por viejos robles y grandes portones. Todo olГ­a a riqueza e historia, y dinero y poder.

Scarlet pasГі sobre la mГЎs grande y la mГЎs elegante de todas, muy bien situadaВ  detrГЎs de la carretera, encaramada cerca de la orilla del rГ­o, una antigua casa de piedra antigua, con los mГЎs hermosos espirales y torres; parecГ­a mГЎs un castillo que una casa. Sus quince chimeneas sobresalГ­an en el cielo como un faro al cielo. Scarlet no se habГ­a dado cuenta todo lo hermosa que era la casa de Sage hasta que la vio desde arriba.

Scarlet volГі mГЎs bajo, descendiendo, le latГ­a el corazГіn de nervios. ВїSage querrГ­a verla? ВїY si no? Ella no sabrГ­a donde podГ­a ir.

Descendiendo suavemente, Scarlet aterrizГі frente a la puerta principal, retractГі sus alas, y mirГі el edificio de piedra, y entonces sintiГі que su corazГіn se le ponГ­a frГ­o por dentro. No podГ­a comprender lo que estaba viendo: la casa entera, toda, estaba abandonada. En lugar del hermoso cristal adornado, habГ­a madera contrachapada, apresuradamente clavada; en lugar de toda la actividad de la Гєltima vez que la visitГі, no habГ­a nada.

Estaba desierta.

Scarlet escuchГі un ruido chirriante. MirГі a un lado y vio una puerta oxidada balanceГЎndose ligeramente, chillando en el viento. ParecГ­a como si nadie hubiera vivido allГ­ durante miles de aГ±os.

Scarlet volГі a la parte trasera de la casa, aterrizando en la amplia plaza de mГЎrmol, y alzГі la vista hacia el frente; era mГЎs de lo mismo. La casa estaba completamente vacГ­a, cerrada con tablas. Como si todo lo que habГ­a sido, nunca hubiera ocurrido.

Scarlet se volviГі y mirГі los jardines que llegaban hasta el rГ­o, mirГі hacia el horizonte lleno de nubes; el cielo se habГ­a ennegrecido y amenazaba una tormenta, buscaba a Sage por todas partes.

No lo percibiГі allГ­. No en la casa. En ningГєn lugar.

Se habГ­a ido.

Scarlet no podГ­a creerlo. Г‰l se habГ­a ido.

Scarlet se sentГі, poniendo sus manos sobre sus rodillas y llorГі. ВїRealmente la odiaba tanto? ВїNunca la habГ­a amado?

Scarlet se quedГі allГ­, llorando, hasta que se sintiГі hueca, entumecida. Se quedГі mirando la nada, sin saber quГ© hacer.В  Una parte de ella querГ­a entrar a la casa, mas no fuera para calentarse y refugiarse. Pero sabГ­a que no podГ­a hacer eso. No era una criminal.

Scarlet se quedГі sentada con la cabeza entre las manos por lo que pareciГі una eternidad; sintiendo una presiГіn intensa en sus ojos, sabГ­a que tenГ­a que ir a alguna parte, hacer algo. ВїPero, donde?

Por alguna razГіn, de nuevo Scarlet pensГі en sus amigos. MarГ­a la odiaba; no habГ­a ninguna razГіn para alguna de las demГЎs la odiaran. HabГ­an sido tan unidas. Incluso si no podГ­a hablar con MarГ­a, tal vez podrГ­an hablar con Becca o conВ  Jasmine. DespuГ©s de todo, Scarlet no les habГ­a hecho nada. ВїY para quГ© son los amigos, si no es para un momento como este?

Scarlet se levantГі, se secГі las lГЎgrimas, dio tres pasos, y saltГі en el aire. EncontrarГ­a a sus amigas, les pedirГ­a de poder quedarse con ellas sГіlo por esa noche, y luego pensarГ­a quГ© hacer con su vida.




CAPГЌTULO OCHO


Con las manos temblando, el Padre McMullen se arrodillГі ante el altar, mientras apretaba el rosario, rezaba para ver las cosas con mayor claridad. Y tambiГ©n, tenГ­a que admitirlo, oraba para que lo protegieran. En su mente todavГ­a centelleabanВ  imГЎgenes de esa chica, Scarlet, que su madre habГ­a llevado varios dГ­as antes, y de ese momento cuando, incluso en ese lugar santo, se rompieron todas las ventanas. El padre levantГі la vista y mirГі a su alrededor, como si se preguntara si habГ­a sucedido realmente, y sintiГі un agujero en el estГіmago cuando, como un recordatorio, las ventanas ahora estaban tapiadas con madera contrachapada.

Por favor, Padre. ProtГ©genos. ProtГ©gela. SГЎlvanos de ella. Y sГЎlvala de sГ­ misma. Te pido una seГ±al.

El Padre McMullen no sabГ­a quГ© hacer. Era un sacerdote de pueblo, con una parroquia de pueblo pequeГ±o, y no tenГ­a las habilidades para hacer frente a una fuerza espiritual de esa magnitud. HabГ­a leГ­do leyendas, pero nunca habГ­a creГ­do que fueran verdad, y ciertamente nunca la habГ­a visto con sus propios ojos.

Ahora, despuГ©s de pasar su vida entera rezando a Dios, de hablarle a los otros de las fuerzas del bien y del mal, la habГ­a presenciado Г©l mismo. Las verdaderas fuerzas espirituales estaban en una batalla, aquГ­ en la tierra, para que todos la vieran. Ahora habГ­a experimentado todo lo que habГ­a leГ­do y hablado.

Y estaba muy asustado.

ВїLa maldad asГ­ podГ­a realmente caminar por la tierra? se preguntГі. ВїDe dГіnde venГ­a? ВїQuГ© querГ­a? ВїY por quГ© tenГ­a que venir con Г©l, caer sobre su regazo?

El Padre McMullen se habГ­a puesto en contacto con el Vaticano de inmediato, y habГ­a informado de lo ocurrido y les habГ­a pedido ayuda, necesitaba orientaciГіn. Por encima de todo, querГ­a saber cГіmo ayudar a esa pobre chica. ВїHabГ­a oraciones y ceremonias antiguas que desconocГ­a?

Pero, a su pesar, no habГ­a recibido respuesta.

El padre se arrodillГі, rezando, como lo hacГ­a todas las tardes, ahora orГі por mГЎs tiempo y con mГЎs fuerza.

De repente, el padre se estremeciГі cuando las enormes puertas arqueadas de madera de la iglesia se abrieron de golpe, la luz lo inundГі desde atrГЎs, y sintiГі una brisa frГ­a en su espalda. SintiГі un escalofrГ­o y no era sГіlo por el clima.

IntuyГі que algo oscuro habГ­a entrado a ese lugar.

Con el corazГіn latiГ©ndole con fuerza, el padre se puso rГЎpidamente de pie y se dio vuelta, de frente a la entrada, preguntГЎndose quГ© podrГ­a ser. EntrecerrГі los ojos a la luz.

Entraron las siluetas de tres hombres en sus sesentas, con el pelo blanco, vestidos de negro, con cuellos altos negros y sotanas. Los examinГі con asombro; habГ­a algo diferente en ellos, algo siniestro. No se parecГ­a a ningГєn otro sacerdote que hubiera visto.

“¿Padre McMullen?" Uno de ellos preguntó.

Mientras se acercaban, el padre se parГі y asintiГі temblorosamente.

"¿Quién son ustedes?" Él preguntó. “¿En qué puedo ayudarlos?"

“Usted nos mandó llamar", dijo uno.

El padre lo mirГі con perplejidad.

“¿Yo?”

Llegaron junto a Г©l, y uno de ellos le extendiГі un pedazo de papel.

El padre lo tomГі. Era del Vaticano.

"Nos enviaron a investigar," uno de ellos dijo.

El padre sintiГі cierto alivio y, aГєn asГ­, los examinГі con aprensiГіn, registrando su aspecto austero.

"Me siento honrado de que hayan venido desde Italia", dijo. "Gracias por venir. ¿Pueden ayudarme?”

Sin embargo, los hombres lo ignoraron y se dieron vuelta para examinar la madera en las ventanas, mientras se miraban uno al otro, como si lo hubieran visto antes, como si supieran exactamente lo que habГ­a sucedido.

"Esta chica que usted describe," uno dijo con su voz oscura y baja. "ВїCuГЎl es su nombre?"




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