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Destinada
Morgan Rice


Diario de un Vampiro #4
En Destinada (Libro #4 del Diario de un Vampiro), Caitlin Paine despierta para descubrir que estГЎ en el pasado. Se encuentra en un cementerio, huyendo de una turba de aldeanos y busca refugio en el antiguo claustro de AsГ­s, en la campiГ±a de UmbrГ­a, Italia. AllГ­, se entera de su destino y su misiГіn: encontrar a su padre y el antiguo escudo que le permitirГЎ salvar a la humanidad. Pero corazГіn de Caitlin todavГ­a suspira por su amor perdido: Caleb. Desesperadamente, necesita saber si Г©l sobreviviГі a su viaje en el tiempo. Su misiГіn le exige ir a Florencia, pero si quiere seguir los dictados de su corazГіn, debe ir a Venecia. Elige Venecia. Lo que se encuentra le resulta abrumador. La Venecia del siglo XVIII es un lugar surreal; hombres y mujeres ataviados con trajes elaborados y mГЎscaras, celebran una fiesta interminable, fastuosa. EstГЎ encantada de descubrir y reencontrarse con algunos de sus amigos Г­ntimos y ser bienvenida en su cofradГ­a. Y estГЎ emocionada de ir con ellos al gran baile de Venecia, el baile de disfraces mГЎs importante del aГ±o, donde espera encontrar a Caleb. Pero Caitlin no es la Гєnica que ha podido viajar en el tiempo: Kyle llega tambiГ©n y estГЎ decidido a cazarla y matarla de una vez por todas. Sam, tambiГ©n llega, decidido a salvar a su hermana antes de que sea demasiado tarde. En el baile, Caitlin busca por todas partes y no encuentra indicios de Caleb. Es decir, hasta el Гєltimo baile. Baila con un hombre enmascarado que le roba el corazГіn y ella estГЎ segura de que es Г©l. Pero como las parejas cambian, lo pierde nuevamente. ВїO no es asГ­? Caitlin pronto se encuentra dividida entre los dos amores de su vida y descubre que tiene que tener cuidado con lo desea. La alegrГ­a de encontrar lo que desea puede estar mezclada con tragedia y dolor.





Morgan Rice

Destinada libro #4 del Diario de un Vampiro




Acerca de Morgan Rice

Morgan Rice es la escritora del bestseller #1: DIARIO DE UN VAMPIRO (THE VAMPIRE JOURNALS), una saga que comprende once libros (y siguen llegando); la saga del bestseller #1: TRILOGГЌA DE SUPERVIVENCIA (THE SURVIVAL TRILOGY), thriller pos apocalГ­ptico que comprende dos libros (y siguen llegando); y la saga de fantasГ­a Г©pica, bestseller #1: EL ANILLO DEL HECHICERO, que comprende trece libros (y contando).

Los libros de Morgan estГЎn disponibles en audio y ediciГіn impresa, y la traducciГіn de los libros estГЎ disponible en alemГЎn, francГ©s, italiano, espaГ±ol, portuguГ©s, japonГ©s, chino, sueco, holandГ©s, turco, hГєngaro, checo y eslovaco (prГіximamente en otros idiomas).

A Morgan le encantarГ­a tener comunicaciГіn con usted, asГ­ que visite www.morganricebooks.com (http://www.morganricebooks.com/) para unirse a la lista de correo electrГіnico, recibir un libro gratuito, recibir regalos gratuitos, descargar una aplicaciГіn gratuita, obtener las Гєltimas noticias exclusivas, conectarse a Facebook y Twitter, y ВЎmantenerse en contacto!



Algunas Opiniones Acerca de las Obras de Morgan Rice

"TRAICIONADA es una gran entrega de esta serie. Morgan Rice realmente ha logrado convertirse en  una ganadora con esta serie. Tiene un  ritmo rápido, está llena de acción, amor, suspenso e intriga. Si usted no ha leído sus dos primeras novelas, leálas y luego ponga sus manos en TRAICIONADA. He leído estos libros en orden, pero cada uno de estos libros también está  diseñado para ser leído de forma individual. Si usted no ha leído los dos primeros, lea TRAICIONADA. Estoy seguro que va a terminar comprando los dos primeros – ¡vale la pena leerlos todos … una o dos veces!"–VampireBookSite



" CONVERTIDA es un libro que puede rivalizar con TWILIGHTВ  y Vampire Diaries, ВЎy querrГЎ seguir leyendo hasta llegar a la Гєltima pГЎgina! Si a usted le interesa la aventura, el amor y los vampiros, ВЎeste libro es para usted!"

–– Vampirebooksite com



"Rice hace un gran trabajo jalando al lector en la historia desde el principio, gracias a su gran calidad descriptiva que trasciende la mera pintura de los escenarios .... Al estar tan bien escrita y ser de lectura rГЎpida, CONVERTIDA es un buen inicio para una nueva serie de vampiros que seguramente serГЎ un Г©xito entre los lectores que buscan una historia ligera pero entretenida " .

–-Black Lagoon Reviews



“Rice hace un gran trabajo para captar su atención desde el principio, al utilizar una gran calidad descriptiva que va más allá de la simple descripción de la ambientación… Bien escrito y sumamente rápido de leer”.

–-Black Lagoon Reviews (acerca de Turned)



“Es una historia ideal para lectores jóvenes. Morgan Rice hizo un buen trabajo dando un giro interesante… Innovador y singular. La saga se centra alrededor de una chica… ¡una chica extraordinaria!  Es fácil de leer, pero con un ritmo sumamente rápido…  Clasificación PG (Guía Paternal)”.

–-The Romance Reviews (acerca de Turned)



Libros de Morgan Rice




EL ANILLO DEL HECHICERO (THE SORCERER’S RING)


LA SENDA DE LOS HÉROES (A QUEST OF HEROES) – (Libro #1)


LA MARCHA DE LOS REYES (A MARCH OF KINGS) – (Libro #2)


EL DESTINO DE LOS DRAGONES (A FATE OF DRAGONS) (Libro #3)


EL GRITO DE HONOR (A CRY OF HONOR) (Libro #4)


UNA PROMESA DE GLORIA (A VOW OF GLORY) (Libro #5)


UN DEBER DE VALOR (A CHARGE OF VALOR)В  (Libro #6)


UN GRITO DE ESPADAS (A RITE OF SWORDS) (Libro #7)


UNA SUBVENCIГ“N DE ARMAS (A GRANT OF ARMS)В  (Libro #8)


UN CIELO DE HECHIZOS (A SKY OF SPELLS)В  (Libro #9)


UN MAR DE ESCUDOS (A SEA OF SHIELDS) (Libro #10)


UN REINADO DE HIERRO (A REIGN OF STEEL) (Libro #11)


UNA TIERRA DE FUEGO (A LAND OF FIRE) –  (Libro #12)


EL DECRETO DE LAS REINAS (A RULE OF QUEENS) –  (Libro #13)




LA TRILOGГЌA DE SUPERVIVENCIA (THE SURVIVAL TRILOGY)


ARENA UNO: TRATANTES DE ESCLAVOS (SLAVERSUNNERS) –  (Libro #1)


ARENA DOS (ARENA TWO) – (Libro #2)




DIARIO DE UN VAMPIRO (THE VAMPIRE JOURNALS)


TRANSFORMACIГ“N (TURNED) (Libro #1)


AMORES (LOVED)В  (Libro #2)


TRAICIÓN (BETRAYED) – (Libro #3)


DESTINADO (DESTINED) (Libro #4)


DESEO (DESIRED) (Libro #5)


PROMETIDO (BETROTHED) (Libro #6)


PROMESA (VOWED) (Libro #7)


ENCUENTRO (FOUND) (Libro #8)


RESURRECCIГ“N (RESURRECTED) (Libro #9)


ANSIAS (CRAVED) (Libro #10)


DESTINO (FATED) (Libro #11)












Escuche la serie de los Diarios de la Vampiresa en formato de audio libro!




Disponibles ahora en:




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Derechos Reservados В© 2012 Morgan Rice



Todos los derechos reservados. Ninguna porciГіn de este libro podrГЎ ser reproducida, almacenada en algГєn sistema de recuperaciГіn, o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio o ser guardado en una base de datos o sistema de recuperaciГіn, sin la autorizaciГіn previa del autor.



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Esta es una obra de ficciГіn. Los nombres, personajes , empresas, organizaciones, lugares, eventos e incidentes son producto de la imaginaciГіn del autor o han sido usados como ficciГіn. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, es total coincidencia.



Arte Jacket В© iStock.com / В© Jen Grantham



HECHO:

En el 2009, se descubriГі el primer cadГЎver intacto de un supuesto vampiro en la pequeГ±a isla de Lazzaretto Nuovo, en la laguna de Venecia. El vampiro, una mujer que muriГі por la peste en el siglo 16, fue encontrado enterrado con un ladrillo en la boca- apoyando la creencia medieval de que los vampiros eran responsables de plagas como la Muerte Negra.


HECHO:

En los 1700Вґs, Venecia era diferente a cualquier otro lugar sobre la tierra. La gente llegaba allГ­ de todo el mundo para participar en sus grandes fiestas y bailes, y vestirse con trajes elaborados y mГЎscaras. Las personas solГ­an caminar por las calles con todo su disfraz. Por primera vez en la historia, ya no habГ­a desigualdad de gГ©nero. Las mujeres, que antes habГ­an vivido sometidas, ahora podГ­an disfrazarse como los hombres, y por lo tanto podГ­an acceder a todo lugar que quisieran ....


"ВЎOh, mi amor! mi mujer!
La muerte, que te arrebatГі la dulzura de tu aliento,
No puede someter aГєn tu belleza:
No serГЎs dominada; eres todavГ­a el sГ­mbolo de la belleza
Hay carmesí en tus labios y en tus mejillas … "

    – William Shakespeare, Romeo y Julieta






CAPГЌTULO UNO


Assisi, Umbria (Italia)

(1790)



Caitlin Paine se despertГі lentamente, la oscuridad la cubrГ­a completamente. TratГі de abrir los ojos para orientarse y saber dГіnde estaba, pero no le fue posible. TratГі de mover sus manos, sus brazos, pero eso no funcionГі tampoco. Se sintiГі inmersa en una textura suave que la cubrГ­a, pero no lograba saber lo que era. Era algo pesado que la empujaba hacia abajo, y cada vez se hacГ­a mГЎs pesada.

TratГі de respirar pero al hacerlo se dio cuenta de sus conductos estabanВ  bloqueados.

Presa del pГЎnico, Caitlin tratГі de respirar profundamente a travГ©s de la boca, pero al hacerlo, sintiГі que tenГ­a algo incrustado profundamente en su garganta. Su olor llenГі su nariz y finalmente se dio cuenta lo que era: tierra. Estaba inmersa en tierra, que cubrГ­a su cara y sus ojos y suВ  nariz, y entraba en su boca. Era muy pesada y la empujaba mГЎs y mГЎs, volviГ©ndose cada vez mГЎs pesada, la estaba asfixiando.

Al no poder respirar ni ver, Caitlin entrГі en pГЎnico. TratГі de mover las piernas, los brazos, pero tambiГ©n la empujaban hacia abajo. RГЎpidamente, luchГі por su vida hasta que logrГі soltar un poco los brazos; finalmente los pudo elevar mГЎs y mГЎs alto. Finalmente, atravesГі el suelo y sintiГі que sus manos entraban en contacto con el aire. Con una fuerza renovada, se sacudiГі todo lo que tenГ­a, manoteГЎndose y araГ±ГЎndose frenГ©ticamente la tierra de ella.

Finalmente, Caitlin consiguiГі sentarse mientras la tierra se le caГ­a por todas partes. Se sacudiГі la suciedad pegada a su cara, sus pestaГ±as, se la sacГі de su boca, de su nariz. UsГі las dos manos, histГ©ricamente, y por Гєltimo, se limpiГі lo suficiente como para poder respirar.

HiperventilГЎndose, respirГі profundamente, nunca antes se habГ­a sentido tan agradecida de poder respirar. Cuando se quedГі sin aliento, empezГі a toser, lastimando sus pulmones, escupiendo tierra por la boca y la nariz.

Caitlin entreabriГі sus ojos, sus pestaГ±as permanecГ­an pegadas hasta que logrГі abrir suficientemente los ojos para poder ver dГіnde estaba. Era el atardecer. Estaba en el campo. Ella yacГ­a en un montГ­culo de tierra, en un pequeГ±o cementerio rural. Vio los rostros atГіnitos de una docena de aldeanos humildes, vestidos con harapos quienes la miraban fijamente en completoВ  shock. A su lado habГ­a un sepulturero, un hombre fornido, concentrado paleando. TodavГ­a no la habГ­a notado, ni siquiera la vio cuando se acercГі con otro montГіn de tierra que arrojГі en su direcciГіn.

Antes de que Caitlin pudiera reaccionar, la nueva palada de tierra la golpeГі en la cara, cubriГ©ndole nuevamente los ojos y la nariz. ManoteГі la tierra, y se enderezГі, moviendo sus piernas,В  con toda su fuerza saliГі de debajo de la tierra pesada y fresca.

Finalmente, el sepulturero se dio cuenta. Cuando iba a tirar otra palada, la vio y dio un salto hacia atrГЎs. La pala cayГі lentamente de sus manos, y Г©l dio varios pasos hacia atrГЎs.

Un grito perforГі el silencio. VenГ­a de uno de los aldeanos, el chillido estridente de una vieja mujer supersticiosa, que se quedГі mirando lo que debiГі haber sido el cadГЎver fresco de Caitlin, ahora levantГЎndose de la tierra. Ella gritaba y gritaba.

Los otros aldeanos reaccionaron de diferente manera. Algunos se volvieron y huyeron, corrГ­an para escapar. Otros simplemente se taparon la boca con las manos, sin poder decir palabra. Pero algunos de los hombres, sosteniendo antorchas, vacilaban entre el miedo y la ira. Dieron unos pasos cautelosos hacia Caitlin quien pudo notar por sus expresiones y por sus instrumentos de trabajo, que se estaban preparando para atacarla.

ВїDГіnde estoy? se preguntГі desesperadamente. ВїQuiГ©nes son estas personas?

Pese a que se sentГ­a desorientada, Caitlin pudo darse cuenta de que tenГ­a que actuar rГЎpidamente.

RascГі el montГ­culo que mantenГ­a sus piernas inmovilizadas, araГ±ando la tierra con furia. Pero la tierra estaba hГєmeda y pesada, y se movГ­a con lentitud. RecordГі una vez con su hermano Sam, en una playa, cuando Г©l la habГ­a enterrado hasta la cabeza. No habГ­a podido moverse. Ella le habГ­a rogado que laВ  liberara, y Г©l la habГ­a hecho esperar por horas.

Se sentГ­a tan impotente, tan atrapada que, a pesar de sГ­ misma, se echГі a llorar. Se preguntГі dГіnde se habГ­a ido su fuerza de vampiro. ВїEra nuevamente simplemente un humano? Se sentГ­a de esa manera. Mortal. DГ©bil. Al igual que todos los demГЎs.

De repente se sintiГі asustada. Muy, muy asustada.

"Alguien, por favor, ayГєdeme!" Caitlin gritГі, tratando de mirar en los ojos de las mujeres en la multitud, con la esperanza de encontrar una cara amable.

Pero no habГ­a ninguna. En su lugar, la miraban en shock y con miedo.

E ira. Una multitud de hombres, con instrumentos de trabajo en alto, se acercaban a ella. Caitlin no tenГ­a mucho tiempo.

Les hablГі con sinceridad, rogГЎndoles.

"Por favor!" gritГі Caitlin, "no es lo que piensan! No voy a hacerles daГ±o. Por favor, no me hagan daГ±o! AyГєdenme a salir de aquГ­! "

Pero eso sГіlo pareciГі envalentonarlos.

"Mata al vampiro!" gritГі un aldeano en la multitud. "MГЎtala otra vez!"

El grito fue recibido por un rugido entusiasta. Esta gente querГ­a verla muerta.

Uno de los aldeanos, menos miedoso que los demГЎs, un hombre enorme, se acercГі hasta unos metros de ella. La mirГі con una rabia cruel, luego elevГі la piqueta. Caitlin pudo ver que estaba apuntando directamente a su cara.

"Vas a morir esta vez!", GritГі mientras elevaba el instrumento.

Caitlin cerrГі los ojos, y desde algГєn lugar, muy dentro de ella,В  convocГі a la rabia. Era una rabia primitiva, de una parte de ella que todavГ­a existГ­a, y sintiГі cГіmo crecГ­a a travГ©s de los dedos de sus pies, corriendo a travГ©s de su cuerpo, de su torso. ArdГ­a de calor. Simplemente no era justo morir asГ­, mientras la atacaban y ella estaba tan indefensa. No les habГ­a hecho nada. Simplemente no era justo,В  repetГ­a en su mente una y otra vez, mientras su furia llegaba a un punto ГЎlgido.

El aldeano blandiГі la piqueta con fuerza, apuntando directamente a la cara de Caitlin, y de pronto ella sintiГі la rГЎfaga de fuerza que necesitaba. Con un solo movimiento, se levantГі de un salto de la tierra a sus pies yВ  cogiГі el hacha por su mango de madera, en el medio de su movimiento.

Caitlin oyГі un grito horrorizado de la sorprendida turba que dio varios pasos hacia atrГЎs. Sin soltar el mango del hacha, vio que la expresiГіn de la bestia se habГ­a transformado en una de absoluto miedo. Antes de que pudiera reaccionar, ella le quitГі el hacha de su mano, se echГі hacia atrГЎs y le dio una fuerte patada en el pecho. Г‰l saliГі volando hacia atrГЎs por el aire a unos veinte metros, y aterrizГі en el medio del grupo de aldeanos, golpeando a varios.

Caitlin levantГі el hacha, dio varios pasos rГЎpidos hacia ellos, y con la expresiГіn mГЎs feroz que pudo exhibir, gruГ±Гі.

Chillando, los aterrorizados habitantes del pueblo llevaron las manos a sus caras. Algunos corrieron hacia los bosques, y los que se encogieron de miedo.

Era el efecto que Caitlin querГ­a provocar. Los habГ­a asustado lo suficiente para aturdirlos. DejГі caer el hacha y corriГі a un lado deВ  ellos a travГ©s del campo hacia la puesta de sol.

Mientras corrГ­a, ella esperaba, deseaba, que le regresaran sus poderes de vampiro, que sus alas brotaran, para simplemente poder despegar y volar lejos de allГ­.

Pero no tuvo tanta suerte. Por alguna razГіn, no estaba sucediendo.

ВїLos he perdido?, se preguntГі. ВїSoy sГіlo un humano otra vez?

Ella corriГі con la velocidad de un una humana comГєn, y no sintiГі nada en la espalda, ningГєn ala, no importaba lo mucho que lo deseaba. ВїEra ahora igual de dГ©bil e indefensa que todos los demГЎs?

Antes de que pudiera encontrar la respuesta, oyГі un estruendo detrГЎs de ella. MirГі por encima de su hombro. La multitud de aldeanos la estaba persiguiendo. Gritaban, llevaban antorchas, instrumentos agrГ­colas, garrotes y piedras.

Por favor, Dios, rezГі. Que esta pesadilla termine. Necesito tiempo para saber dГіnde estoy. Para poder ser fuerte otra vez.

Caitlin mirГі hacia abajo y, por primer vez, notГі lo que llevaba puesto. Era un largo vestido elaborado, negro, bellamente bordado, que iba desde su cuello hasta los pies. Era apropiado para un evento formal, como para un funeral pero ciertamente no para una carrera de velocidad. RestringГ­a el movimiento de sus piernas. Se agachГі y lo rompiГі hasta arriba de su rodilla. Eso la ayudГі, y pudo correr mГЎs rГЎpido.

Pero todavГ­a no lo suficientemente rГЎpido. Pronto, se sintiГі cansada, la multitud detrГЎs de ella parecГ­a tener una energГ­a inagotable. Se estaba acercando rГЎpidamente.

De repente, sintiГі algo afilado en la parte posterior de la cabeza y se tambaleГі por el dolor. TropezГі y extendiГі la mano para tocar el lugarВ  con la mano. Su mano estaba cubierta de sangre. Una piedra la habГ­a alcanzado.

Vio varias piedras volar junto a ella, se volviГі: le estaban arrojando piedras. Otra la golpeГі en la parte baja de su espalda con dureza. La multitud estaba ahora a sГіlo 20 metros de distancia.

A lo lejos vio una colina empinada, y en su cima, una gran iglesia medieval y un claustro. CorriГі hacia allГ­. Si podГ­a llegar hasta allГ­, tal vez podrГ­a encontrar refugio con esas personas.

Pero a medida que la golpeaban de nuevo, en el hombro, se dio cuenta de que no servirГ­a de nada. La iglesia estaba demasiado lejos, iba perdiendo fuerza, y la multitud se estaba acercando demasiado. No tenГ­a mГЎs remedio que volverse y luchar. Es irГіnico, pensГі. DespuГ©s de todo lo que habГ­a pasado, despuГ©s de todas las batallas de vampiros, incluso despuГ©s de sobrevivir a un viaje en el tiempo, una turba de aldeanos estГєpidos podrГ­a matarla.

Caitlin se detuvo en seco, se volviГі y enfrentГі a la multitud. Si iba a morir, al menos que fuera peleando.

Mientras esperaba allГ­, cerrГі los ojos y respirГі. Se concentrГі, y el mundo a su alrededor se detuvo. SintiГі sus pies descalzos sobre la hierba, arraigada a la tierra, y poco a poco sintiГі que una fuerza primigenia se elevaba y corrГ­a por ella. Se obligГі a recordar; a recordar la rabia; recordar su innata fuerza primal. Antes, habГ­a entrenado y luchado con una fuerza sobrehumana. La convocГі para que volviera. SintiГі que en algГєn lugar, de alguna manera, todavГ­a estaba escondida dentro de ella.

Mientras estaba allГ­, pensГі en todosВ  canallas que habГ­a conocido en su vida, todos los matones, todos los imbГ©ciles. PensГі en su madre, que le envidiaba incluso la amabilidad mГЎs pequeГ±o; recordГі a los matones que JonГЎs y ella habГ­an perseguido en el callejГіn de Nueva York. PensГі en esos matones en ese granero en el Valle de Hudson, los amigos de Sam. Y recordГі el recibimiento de CaГ­n en Pollepel. ParecГ­a que siempre habГ­a matones, matones por todas partes. Huir de ellos nunca le habГ­a servido de nada. Al igual que siempre lo habГ­a hecho, sГіlo tenГ­a que ponerse de pie y luchar.

Mientras pensaba en la injusticia de todo eso, la ira la recorriГі. Se duplicГі y triplicГі, hasta que sintiГі que sus venas se hinchaban con ella, sintiГі cГіmo sus mГєsculos estaban a punto de estallar.

Justo en ese momento, la multitud estaba junto a ella. Un aldeano levantГі su garrote y lo blandiГі hacia su cabeza. Con su nuevo poder, Caitlin se agachГі justo a tiempo, se inclinГі, y lo lanzГі por encima de su hombro. Г‰l saliГі volando varios pies en el aire y cayГі de espaldas sobre la hierba.

Otro hombre se le acercГі por la espalda con una gran piedra, estaba a punto de hacerla caer sobre su cabeza; pero ella levantГі su mano y le agarrГі la muГ±eca y la chasqueГі. Г‰l cayГі de rodillas, gritando.

Un tercer aldeano blandiГі su azadГіn, pero ella reaccionГі con rapidez: se dio vuelta y lo agarrГі en el medio de su movimiento. Se lo sacГі de las manos, lo reventГі, y se lo quebrГі en la cabeza.

La azada, de seis pies de largo, era justo lo que necesitaba. La hizo girar en un amplio cГ­rculo, derribando a todos los que estaban a suВ  alcance; en unos instantes, pudo establecer un gran perГ­metro a su alrededor. Vio a un aldeano regresar con una gran piedra, esperabaВ  lanzГЎrsela, y ella arrojГі la azada hacia Г©l. Lo golpeГі en la mano y le hizo soltar la piedra.

Caitlin corriГі entre la multitud aturdida, tomГі una antorcha de la mano de una mujer mayor, y la hizo girar violentamente. Se las arreglГі para encender una secciГіn de la hierba alta y seca, se escuchaban gritos, mientras muchos aldeanos huГ­an nuevamente presos del miedo. Cuando la pared de fuego creciГі lo suficiente, CaitlГ­n se acercГі de nuevo y lanzГі la antorcha directamente a la multitud. La antorcha seВ  fue volando por el aire y aterrizГі en la parte posterior de la tГєnica de un hombre, Г©l y la persona junto a Г©l se prendieron fuego. La multitud se juntГі rГЎpidamente a su alrededor para apagar el fuego.

Era lo que Caitlin querГ­a. Finalmente, los aldeanos se distrajeron lo suficiente para darle el tiempo que necesitaba para correr. No querГ­a hacerles daГ±o. SГіlo querГ­a que la dejaran en paz. SГіlo necesitaba recuperar el aliento para averiguar dГіnde estaba.

Ella se volviГі y corriГі nuevamente hacia la colina de la iglesia. SintiГі una nueva fuerza y tambiГ©n la velocidad, sintiГі que avanzaba por la colina, y sabГ­a que estaba dejГЎndolos atrГЎs. SГіlo deseaba que la iglesia estuviera abierta y la dejaran entrar

Mientras corrГ­a por la colina, sintiendo la hierba bajo sus pies descalzos, se hizo oscuro, y varias antorchas se encendieron en la plaza del pueblo, y a lo largo de las paredes del claustro. Al acercarse, vio a un guardia nocturno en lo alto de un parapeto. Г‰l la mirГі mientras el miedo cruzaba su rostro. ElevГі una antorcha por encima de su cabeza, y gritГі: "ВЎVampiro! Vampiro! "

Mientras lo hacГ­a, las campanas de la iglesia empezaron a sonar.

Caitlin vio antorchas emerger por todos los lados a su alrededor. Como el vigГ­a no paraba de gritar, y cuando las campanas empezaron a repicar, la gente salГ­a de las construcciones de madera en todas direcciones. Era una cacerГ­a de brujas y todos parecГ­an encaminarse directamente hacia ella.

Caitlin aumentГі su velocidad, corrГ­a con tanta fuerza que sus costillas le dolГ­an. Justo a tiempo llegГі jadeando a las puertas de roble de la iglesia. TirГі de una de las puertas que se abriГі, girГі y cerrГі de un golpe con un estruendo detrГЎs de ella.

En el interior, mirГі frenГ©ticamente a su alrededor y vio a un cayado de pastor. Lo cogiГі y lo deslizГі a travГ©s de las puertas dobles, estaba a salvo.

Al segundo de hacerlo, se escuchГі un tremendo estruendo en la puerta, mientras docenas de manos la golpeaban. Las puertas se sacudieron pero no cedieron. El bastГіn las estaba sosteniendo-al menos por el momento.

Caitlin inspeccionГі rГЎpidamente la habitaciГіn. Por suerte, la iglesia estaba vacГ­a. Era enorme, sus techos abovedados se elevaban a cientos de metros de altura. Era un lugar frГ­o y vacГ­o con cientos de bancos en un piso de mГЎrmol; al otro lado, sobre el altar, colgaban varias velas encendidas.

Mientras miraba, estaba segura de haber visto un movimiento en el otro extremo de la habitaciГіn.

El golpeteo se hizo mГЎs intenso y la puerta comenzГі a sacudirse. Caitlin saltГі a la acciГіn y corriГі por el pasillo hacia el altar. Al llegar, vio que tenГ­a razГіn: habГ­a alguien allГ­.

DГЎndole la espalda, se arrodillГі en silencio, era un sacerdote.

Caitlin se pregunto cГіmo pudo ignorarla, ignorar su presencia, ВїcГіmo podГ­a estar tan profundamente inmerso en la oraciГіn, en un momento como este? Ella esperaba que no la entregara a la multitud.

"ВїHola?", Dijo Caitlin.

Г‰l no se volviГі.

Caitlin corriГі hacia el otro lado frente a Г©l. Era un hombre mayor, con pelo blanco, bien afeitado y de ojos celestes que parecen mirar hacia el espacio mientras estaba arrodillado en oraciГіn. No se molestГі en mirar hacia ella. HabГ­a algo mГЎs que ella sentГ­a por Г©l. Incluso en esas circunstancias, se dio cuenta de que habГ­a algo diferente en Г©l. Supo que era de su especie. Un vampiro.

El golpeteo se hizo mГЎs fuerte y una de las bisagras se rompiГі, Caitlin mirГі hacia atrГЎs con miedo. Esta multitud se veГ­a decidida, y ella no sabГ­a a dГіnde mГЎs ir.

"AyГєdame, por favor!" Caitlin lo instГі.

Г‰l continuГі su oraciГіn durante varios momentos. Por Гєltimo, sin mirarla, dijo: "ВїCГіmo pueden matar lo que ya estГЎ muerto?"

Se escuchГі un chasquido de la madera.

"Por favor", instГі. "No me entregues a ellos."

Г‰l se levantГі despacio, tranquila y serena, y seГ±alГі el altar. "AllГ­," dijo. "DetrГЎs de la cortina. Hay una puerta trampa. Ve! "

Ella caminГі hacia donde Г©l le habГ­a indicado, pero sГіlo vio un gran podio cubierto con una tela de raso. Ella apartГі el paГ±o y vio la puerta de trampa. La abriГі, y empujГі su cuerpo en el pequeГ±o espacio.

Desde allГ­, mirГі por la pequeГ±a grieta. ObservГі al sacerdote apresurarse hacia una puerta lateral y, con una fuerza sorprendente, abrirla con el pie de un golpe.

No bien lo hizo, la multitud abriГі las puertas de entrada e irrumpiГі por el pasillo.

RГЎpidamente, Caitlin se deslizГі hacia muy atrГЎs de la cortina. Esperaba que no la hubieran visto. Observaba a travГ©s de una grieta en la madera y logrГі ver a la multitud correr por el pasillo, era perfecto.

"Por ahГ­!" GritГі el sacerdote. "El vampiro huyГі por ahГ­!"

Al seГ±alar la puerta lateral, la multitud se precipitГі por delante de Г©l y de nuevo hacia la noche.

DespuГ©s de varios segundos, la corriente interminable de personas saliГі de la iglesia y, finalmente, todo quedГі en silencio.

El sacerdote cerrГі la puerta tras ellos.

Pudo oГ­r sus pasos que se dirigГ­an hacia ella y, temblando de miedo y de frГ­o, Caitlin abriГі lentamente la puerta trampa.

DeslizГі la cortina y mirГі.

Г‰l extendiГі su mano con suavidad.

"Caitlin", dijo y sonriГі. "Te hemos estado esperando desde hace mucho tiempo."




CAPГЌTULO DOS


Roma, 1790



Kyle se puso de pie en la oscuridad, respiraba con dificultad. No habГ­a cosa que odiara mГЎs que los espacios cerrados, y cuando palpГі la piedra que lo encerraba, empezГі a sudar. Estaba atrapado. No habГ­a nada que fuera peor para Г©l.

TirГі la mano hacia atrГЎs y con el puГ±o abriГі un agujero a travГ©s de la piedra, que se rompiГі en pedazos. Kyle se protegiГі los ojos de la luz del dГ­a.

Si Kyle odiaba algo mГЎs que estar atrapado, era que la luz del dГ­a lo golpeara de frente, sobre todo si no llevaba su piel protectora.В  RГЎpidamente, saltГі a travГ©s de los escombros y se refugiГі detrГЎs de una pared.

Desorientado, Kyle respirГі hondo y observГі su entorno mientras se limpiaba el polvo de sus ojos. Esto era lo que odiaba de viajar en el tiempo: nunca sabГ­a exactamente dГіnde iba a aterrizar. No lo habГ­a intentado durante siglos y no tendrГ­a que haberlo hecho ahora si no fuera por esa molestia, Caitlin.

No habГ­a pasado mucho tiempo despuГ©s de irse de Nueva York para que Kyle se diera cuenta de que habГ­a ganado su guerra, sГіlo parcialmente. Con ella libre, buscando el escudo, Kyle nunca podrГ­a estar a gusto. HabГ­a estado a punto de ganar la guerra, de esclavizar a toda la raza humana, de convertirse en el Гєnico lГ­der de la raza de los vampiros. Pero ella, esa niГ±a patГ©tica, lo estaba deteniendo. Mientras no encontrara el escudo, no podrГ­a ejercer el poder absoluto. No tenГ­a mГЎs remedio que seguir su pista y matarla. Y si eso significaba retroceder en el tiempo, entonces eso era lo que iba a hacer.

Respirando con dificultad, Kyle extrajo rГЎpidamente una envoltura de piel y cubriГі sus brazos, su cuello y su torso. MirГі a su alrededor y se dio cuenta que estaba en un mausoleo. Por sus marcas, parecГ­a romano. Era Roma.

No habГ­a estado allГ­ en aГ±os. Se habГ­a soltado demasiado polvo al caer sobre e mГЎrmol, y en la luz del dГ­a, le era difГ­cil de decir. RespirГі hondo, y se dirigiГі hacia afuera.

TenГ­a razГіn: era Roma. Al ver los ГЎrboles de ciprГ©s italiano, sabГ­a que no podГ­a estar en ningГєn otro lugar. Estaba en la parte superior del foro romano, su cГ©sped verde, sus colinas y valles y los monumentos derruidos se extendГ­an ante Г©l en una suave pendiente. Le trajo recuerdos. HabГ­a matado a mucha gente allГ­, en la Г©poca cuando se lo usaba y Г©l mismo casi habГ­a muerto allГ­ una vez. SonriГі al pensar en ello. Era un lugar propio para Г©l.

Y era el lugar perfecto para aterrizar. El PanteГіn no estaba muy lejos, y en pocos minutos, podrГ­a estar ante los jueces de la Gran Consejo romano, su mГЎs poderosa cofradГ­a, y escuchar todas las respuestas que deseaba. No tardarГ­a en saber dГіnde estaba Caitlin, y si todo iba bien, tendrГ­a su permiso para matarla.

No era que lo necesitara. Era sГіlo por cortesГ­a, el protocolo de los vampiros, seguir la tradiciГіn de mil aГ±os de antigГјedad. Siempre seВ  buscГі el permiso para que una matanza en el territorio de otro.

Pero si se negaban, no se echarГ­a para atrГЎs. Se podrГ­a hacer la vida difГ­cil, pero iba a matar a todo aquel que se interpusiera en su camino.

Kyle respirГі profundamente el aire romano y se sintiГі como si estuviera en su casa. HacГ­a mucho tiempo desde la Гєltima vez que habГ­a estado allГ­. Se habГ­a dejado atrapar demasiado en Nueva York, en la polГ­tica de los vampiros, en una Г©pocaВ  y un lugar modernos. Este era mГЎs su estilo. PodГ­a ver los caballos en la distancia, los caminos de tierra, y supuso que probablemente estabaВ  en el siglo XVIII. Perfecto. Roma era urbana pero todavГ­a ingenua, aГєn le quedaban 200 aГ±os para ponerse al dГ­a.

Como Kyle pudo comprobar por sГ­ mismo, habГ­a sobrevivido bastante bien al viaje en el tiempo. En otros viajes, habГ­a resultado mucho mГЎs golpeado, habГ­a necesitado mГЎs tiempo para recuperarse. Pero no esta vez. Se sentГ­a mГЎs fuerte de lo que nunca habГ­a estado, listo para la acciГіn. SintiГі que sus alas brotarГ­an de inmediato y podrГ­a volar directamente al PanteГіn si lo deseaba para poner su plan en acciГіn.

Pero Г©l no estaba listo. No habГ­a tenido vacaciones en mucho tiempo y se sentГ­a bien de estar de vuelta. QuerГ­a explorar un poco, para ver y recordar lo que habГ­a significado haber estado allГ­.

Kyle descendiГі por la colina con su increГ­ble velocidad, y en un breve momento estaba fuera del Foro y en las bulliciosas y concurridas calles de Roma.

Se maravillГі de que incluso 200 aГ±os antes Roma estaba llena de gente a mГЎs no poder.

Kyle aminorГі el paso mientras se mezclaba con la multitud y caminabaВ  junto a ella. Era una masa de gente. El amplio paseo marГ­timo, todavГ­a de tierra, era el escenario para miles de personas que corrГ­anВ  en todas direcciones. TambiГ©n habГ­a caballos de todas las razas y tamaГ±os, junto con carros, carretas y carruajes tirados por caballos. Las calles apestaban a humano y estiГ©rcol de caballo. Kyle empezaba a recordarlo todo, la falta de drenaje, la falta de baГ±os-el hedor de los viejos tiempos. Eso lo enfermaba.

Kyle sintiГі que lo empujaban en todas direcciones, mientras la multitud de todas las razas y clases crecГ­a mГЎs y mГЎs mientras corrГ­an de aquГ­ para allГЎ. Se maravillГі ante los escaparates sencillos, que vendГ­anВ  antiguos sombreros italianos. Se maravillГі de los niГ±os pequeГ±os, vestidos con trapos que corrГ­an hacia Г©l para venderle piezas de fruta. Algunas cosas nunca cambian.

KyleoblГі en un callejГіn sГіrdido y estrecho que recordaba bien, con la esperanza de que todavГ­a fuera como antes. Le encantГі descubrir que aun lo era: delante de Г©l habГ­a decenas de prostitutas apoyadas contra las paredes, lo llamaban mientras caminaba.

Kyle sonriГі con gusto.

Cuando se acercaba a una de ellas -una mujer grande, pechugona con el pelo teГ±ido de rojo y demasiado maquillaje-, ella extendiГі la mano y le acariciГі la cara con la mano.

"Hey muchchote", dijo, "quieres pasar un buen momento? ВїCuГЎnto tienes? "

Kyle sonriГі, pasГі su brazo alrededor de ella y la condujo por un callejГіn lateral.

Aleremente, ella lo siguiГі.

Tan pronto como doblaron la esquina, ella dijo: "No has respondido a mi pregunta. ¿Cuánto tienes… "

Era una pregunta que ella nunca terminarГ­a.

Antes de que pudiera acabar de hablar, Kyle ya habГ­a hundido sus dientes profundamente en su cuello.



TratГі de gritar, pero Г©l tapo su boca con la mano libre, y la atrajo hacia sГ­, bebiendo y bebiendo. SintiГі la sangre humana fluir a travГ©s de sus venas y se sintiГі eufГіrico. HabГ­a estado reseco, deshidratado. El viaje en el tiempo lo habГ­a agotado y esto era exactamente lo que necesitaba para recuperar el ГЎnimo.

Cuando sintiГі que el cuerpo de la mujer se relajaba, chupГі mГЎs y mГЎs, bebiГі mГЎs de lo que necesitaba. Por Гєltimo, completamente saciado, dejГі caer el cuerpo inerte al suelo.

Cuando se volviГі y se preparГі para salir, un hombre enorme, sin afeitar, sin un diente, se le acercГі. Г‰l sacГі un puГ±al de su cinturГіn.

El hombre mirГі a la mujer muerta, luego a Kyle, e hizo una mueca.

"Era de mi propiedad", dijo el hombre. "Espero que tengas dinero."

El hombre dio dos pasos hacia Kyle y con la daga se abalanzГі sobre Г©l.

Kyle, con sus reflejos de rayo, fГЎcilmente lo eludiГі, agarrГі la muГ±eca del hombre, la jalГі hacia atrГЎs en un solo movimiento, y rompiГі su brazo por la mitad. El hombre gritГі pero, antes de que pudiera terminar, Kyle le arrebatГі la daga de las manos y en el mismo movimiento le cortГі la garganta. DejГі caer el cuerpo muerto sobre la calle.

Kyle mirГі la daga, una pequeГ±a cosa intrincada, con mango de marfil, y asintiГі con la cabeza. No era del todo malo. Se la metiГі en el cinturГіn y , con el dorso de la mano, se limpiГі la sangre de la boca. RespirГі profundamente y por Гєltimo caminГі por el callejГіn hacia la calle.

ВЎOh, cГіmo habГ­a extraГ±ado a Roma.




CAPГЌTULO TERCERO


Caitlin caminГі con el sacerdote por el pasillo de la iglesia, despuГ©s de bloquear la puerta principal y de sellar todas las demГЎs entradas. El sol se habГ­a puesto y Г©l encendГ­a antorchas mientras caminaba, las enormes habitaciones se iban iluminando gradualmente.

Caitlin mirГі hacia arriba y notГі las cruces enormes y se preguntГі por quГ© se sentГ­a tan en paz allГ­. ВїNo se supone que los vampiros temen a las iglesias? A las cruces? RecordГі la casa de la CofradГ­aВ  Blanca en los Claustros de Nueva York, y las cruces que habГ­an forrado las paredes. Caleb le habГ­a dicho que ciertas razas de vampiros aceptaban a las iglesias. Г‰l se habГ­a enganchado en un largo monГіlogo sobre la historia de la raza de los vampiros y su relaciГіn con el cristianismo, pero ella no lo habГ­a escuchado con atenciГіn en aquel momento, estaba demasiado enamorada de Г©l. Ahora, deseaba haberlo escuchado.

El sacerdote vampiro condujo a Caitlin por una puerta lateral, y Caitlin descendiГі por una escalera de piedra. Caminaron por un pasadizo medieval arqueado, mientras Г©l seguГ­a encendiendo antorchas a su paso.

"No creo que vayan a regresar", dijo, cerrando otra entrada a su paso. "Van a peinar el campo buscГЎndote, y cuando no te encuentren, regresarГЎn a sus hogares. Es lo que hacen siempre."

Caitlin se sentГ­a a salvo allГ­, y estaba muy agradecida por la ayuda de este hombre. Se preguntГі por quГ© la habГ­a ayudado, por quГ© habГ­a puesto su vida en peligro para salvarla.

"Porque soy de su tipo", dijo, volviГ©ndose y mirГЎndola directamente con sus ojos azules penetrantes.

Caitlin siempre olvidaba con quГ© facilidad los vampiros podГ­an leer la mente del otro. Pero, por un momento, habГ­a olvidado de que Г©l era uno de los suyos.

"No todos tememos a las iglesias", dijo, nuevamente respondiendo a sus pensamientos. "Sabes que nuestra raza se dividiГі. Nuestra especie -la benevolente- necesita las iglesias. Progresamos en su interior."

Cuando doblaron por otro corredor y descendieron otro pequeГ±o tramo de escaleras, Caitlin se preguntГі a dГіnde la estaba conduciendo. Se agolpaban muchas preguntas en su mente y no sabГ­a quГ© preguntarle primero.

"ВїDГіnde estoy?" PreguntГі ella, y se dio cuenta que era lo primero que le habГ­a dicho desde que se encontraron. Todas sus preguntas llegaban a raudales. "ВїEn quГ© paГ­s estoy? ВїQuГ© aГ±o es?"

Г‰l sonreГ­a mientras caminaban, las lГ­neas de la edad se amontonabanВ  en su rostro. Era un hombre bajo y frГЎgil, con el pelo blanco, bien afeitado, con una cara de abuelo. Llevaba las elaboradas vestimentas de un sacerdote, incluso para un vampiro, se veГ­a muy viejo. CaitlГ­n se preguntГі cuГЎntos siglos habrГ­a estado en esta tierra. SintiГі que Г©l irradiaba amabilidad y calidez y se sintiГі muy en paz a su alrededor.

"Son demasiadas preguntas," dijo finalmente con una sonrisa. "Entiendo. Es mucho para ti. Bueno, para empezar, estГЎs en UmbrГ­a. En el pequeГ±o pueblo de AsГ­s ".

Trato de pensar rГЎpidamente, tratando de averiguar dГіnde estaba.

"ВїEs Italia?", preguntГі.

"En el futuro, sí, esta región será una parte de un país llamado Italia", dijo, "pero no ahora. Todavía somos independientes. Recuerda, "sonrió, “ya no estás en el siglo 21 -como habrás adivinado por el vestido y el comportamiento de los habitantes del pueblo. "

"ВїQuГ© aГ±o es?" PreguntГі Caitlin en voz baja, casi con miedo de saber la respuesta. Su corazГіn latГ­a mГЎs rГЎpidamente.

"EstГЎs en el siglo 18", respondiГі. "Para ser mГЎs precisos: en el aГ±o 1790."

1790. AsГ­s. UmbrГ­a. Italia.

La idea la abrumaba. Todo parecГ­a irreal, como si estuviera en un sueГ±o. No podГ­a creer que le estuviera pasando, que ella estuviera realmente, realmente, allГ­, en ese tiempo y lugar. Ese viaje en el tiempo realmente funcionГі.

TambiГ©n se sintiГі un poco aliviada: de todos los tiempos y lugares en los que podrГ­a haber aterrizado, Italia, en 1790 no sonaba tan mal. No era como aterrizar en la prehistoria.

"ВїPor quГ© esas personas trataron de matarme? ВїY quiГ©n es usted? "

"A pesar de todos nuestros avances, sigue siendo un tiempo algo primitivo y supersticioso", dijo. "Incluso en esta era de lujo yВ  decadencia, por desgracia, todavГ­a hay decenas de comuneros que nos temen.

"Mira, el pequeГ±o pueblo de AsГ­s siempre ha sido un baluarte para nuestra especie. Es frecuentado por los vampiros, y siempre lo ha sido. Nuestra especie de vampiro sГіlo se alimenta de su ganado. AГєn asГ­, con el tiempo, los habitantes del pueblo comienzan a tomar nota.

"A veces van a detectar a uno de nosotros. Y cuando lo hacen, la situaciГіn se vuelve intolerable. AsГ­ que de vez en cuando, los dejamos que nos entierren. Los dejamos hacer sus tontos pequeГ±os rituales humanos para que se sientan como si se hubieran librado de nosotros. Y cuando no estГЎn mirando, simplemente nos levantamos de nuevo y volvemos a nuestras vidas.

"Pero a veces, un vampiro se eleva nuevamente demasiado pronto, o se lo ve elevarse, y luego viene la reacciГіn del pueblo. Se olvidarГЎ. Siempre pasa asГ­ con estas cosas. Llama una atenciГіn hacia nuestra especie que no deseamos, pero sГіlo temporalmente."

"Lo siento", dijo Caitlin, sintiГ©ndose mal.

"No te preocupes", dijo, "Esta fue tu primer viaje en el tiempo. NoВ  podГ­as controlarlo. Toma un poco de tiempo acostumbrarse. Incluso el mejor de nosotros no puede controlarlo muy bien. Siempre es difГ­cil decir exactamente cuГЎndo o dГіnde iremos a parar. Lo has hecho muy bien, "dijo, colocando suavemente una mano sobre su muГ±eca.

Caminaron por otro corredor, Г©ste con techos bajos abovedados.

"AdemГЎs, no lo hiciste tan mal", agregГі. "DespuГ©s de todo, supiste como llegar hasta aquГ­."

Caitlin recordГі que habГ­a detectado la iglesia cuando corrГ­a a travГ©s del campo.

"SГіlo parecГ­a el lugar lГіgico para ir", respondiГі ella. "Fue el primer edificio que vi y parecГ­a una fortaleza."

Г‰l sonriГі, sacudiendo la cabeza. "No hay tal cosa como una coincidencia en el mundo de los vampiros," dijo. "Todo estГЎ destinado. Un edificio que puede parecerte seguro a ti, puede parecerle dГ©bil a otra persona. No, elegiste este lugar por una razГіn. Una razГіn muy especГ­fica. Y te ha guiado hasta mГ­. "

"Pero usted es un sacerdote."

Г‰l negГі con la cabeza ligeramente. "TodavГ­a eres muy joven y todavГ­a tienes mucho que aprender. Tenemos nuestra propia religiГіn, nuestro propio credo. No es muy diferente al de la iglesia. Uno puede ser un vampiro y todavГ­a participar en la vida religiosa. Especialmente nuestro tipo de vampiro, "dijo. "Incluso ayudo a los humanos en su vida espiritual diaria. DespuГ©s de todo, tengo la ventaja y la sabidurГ­a de miles de aГ±os en este planeta -a diferencia de los sacerdotes humanos. Por suerte, los seres humanos no saben que no soy de su tipo. Por lo que saben, yo soy el cura del pueblo, y siempre lo he sido."

La mente de Caitlin daba vueltas mientras trataba de conciliar todo. La imagen de un sacerdote vampiro le pareció muy paradójica. La noción de una religión vampiro, de su trabajo dentro de la iglesia … todo parecía muy extraño.

Por muy fascinante que fuera todo esto, realmente no querГ­a saber de los vampiros, o las iglesias, o la religiГіn. QuerГ­a saber sobre Caleb. HabГ­a sobrevivido al viaje? ВїEstaba vivo? ВїDГіnde estaba?

Y ella querГ­a desesperadamente saber acerca del hijo de ambos. ВїEstaba aГєn embarazada? HabГ­a sobrevivido el bebГ©?

PensГі estas preguntas con mucha fuerza y deseaba que el sacerdote las notara y las respondiera.

Pero no lo hizo.

SabГ­a que Г©l habГ­a escuchado sus pensamientos, y estaba eligiendo no responder. La estaba obligando a que hiciera esas preguntas en voz alta. Y, como Г©l probablemente sabГ­a, eran preguntas que tenГ­a miedo hacer.

"ВїY quГ© de Caleb?" PreguntГі finalmente, con la voz temblorosa. Estaba demasiado nerviosa para preguntar por su hijo.

Ella lo mirГі y vio su sonrisa desvanecerse y un mГ­nimo gesto de dolor cruzГі su rostro.

Su corazГіn se quebrГі.

Por favor, pensГі. Por favor, no me des malas noticias.

"Vas a tener que averiguar algunas cosas por ti misma", dijo lentamente. "Hay cosas que no puedo decirte. Es un camino que debes seguir. TГє y sГіlo tГє. "

"Pero estГЎ aquГ­?" PreguntГі esperanzado. "ВїГ‰l lo logro?"

Mientras caminaba a su lado, el sacerdote apretГі los labios. DejГі que sus preguntas quedaranВ  colgando en el aire sin respuesta por lo que pareciГі una eternidad.

Finalmente, se detuvieron ante otro tramo de escaleras, y Г©l se volviГі y la mirГі. "Me gustarГ­a poder decir mГЎs", dijo. "De verdad."

Se dio la vuelta, levantГі la antorcha y encabezГі la marcha por otro pequeГ±o tramo de escaleras.

Entraron a un pasillo largo y abovedado, todos los techos eran dorados y de intrincado diseГ±o. Estaban completamente cubiertos con frescos de diseГ±o luminoso, y entre ellos estaban los arcos forrados de oro. El techo brillaba.

TambiГ©n el piso brillaba. Era de un mГЎrmol rosa, hermoso, y se veГ­a que reciГ©n lo habГ­an limpiado. Este nivel subterrГЎneo de la iglesia era precioso, parecГ­a una cГЎmara antigua de tesoros.

"Wow," Caitlin se oyГі decir en voz alta. "ВїQuГ© es este lugar?"

"Es un lugar de milagros. EstГЎs en la iglesia de San Francisco de AsГ­s. Este es tambiГ©n su lugar de descanso. Es un lugar muy sagrado en nuestra religiГіn. Las personas -humanos y vampiros por igual-peregrinan hasta aquГ­, desde miles de kilГіmetros de distancia, sГіlo para estar en este lugar. Francisco era el santo de los animales, y tambiГ©n fue el santo de todos los seres vivos fuera de la raza humana-incluida nuestra especie. Se dice que ocurrieron milagros aquГ­. Estamos protegidos gracias a su energГ­a.

"No aterrizaste aquГ­ por accidente", continuГі. "Este lugar es un portal para ti. Es una plataforma de lanzamiento para que comiences tu viaje, tu peregrinaciГіn ".

Г‰l se volviГі y la mirГі.

"Lo que todavГ­a no puedes ver", dijo, "es que estГЎs en un viaje. Y algunas peregrinaciones toman aГ±os, y muchos, muchos kilГіmetros. "

Caitlin pensГі. Todo era abrumador para ella. Ella no querГ­a estar en un viaje. QuerГ­a estar de vuelta en casa, con Caleb, segura y protegida, en el siglo 21, con toda esta pesadilla en el pasado. Estaba cansada de viajar, de estar siempre a la carrera, siempre buscando. SГіlo querГ­a una vida normal otra vez, la vida de una adolescente.

Pero abandono esa manera de pensar. No era Гєtil, lo sabГ­a. Las cosas habГ­an cambiado -de forma permanente- y nunca mГЎs serГ­an lo mismo. RecordГі que el cambio era la nueva normalidad. Ya no era la misma CaitlГ­n promedio de antes, la Caitlin humano. Era mayor ahora. MГЎs sabia. Y le gustara o no, estaba en una misiГіn especial. SГіlo tenГ­a que aceptarlo.

"Pero cuГЎl es mi peregrinaciГіn", preguntГі Caitlin. "ВїCuГЎl es mi destino? ВїA dГіnde estoy yendo exactamente?"

Г‰l la condujo hasta el final del pasillo y se detuvo frente a una tumba grande y elaborada.

Caitlin pudo sentir la energГ­a que salГ­a de la tumba y de inmediato supo que se trataba de la tumba de San Francisco. SintiГі recargarse simplemente de estar cerca de ella, se sintiГі cada vez mГЎs fuerte. Nuevamente se preguntГі si habГ­a regresado como un humano o como un vampiro. Echaba mucho de menos a sus poderes.

"SГ­, sigues siendo un vampiro," dijo. "No te preocupes. Simplemente te tomarГЎ tiempo recobrar tu fuerza."

Se avergonzГі de olvidarse de nuevo, proteger sus pensamientos, pero se sintiГі reconfortada por sus palabras.

"Eres una persona muy especial, Caitlin," dijo. "Eres muy necesariaВ  para nuestra raza. Sin ti, me atreverГ­a a decir, toda nuestra raza, y toda la raza humana, estarГ­a al borde de la extinciГіn. Te necesitamos. Necesitamos su ayuda ".

"Pero, ВїquГ© se supone que debo hacer?" PreguntГі.

"Necesitas encontrar el Escudo", dijo. "Y para encontrar el Escudo, tendrГЎs que encontrar a tu padre. Г‰l, y sГіlo Г©l, lo tiene. Para ello, tendrГЎs que encontrar tu cofradГ­a. Tu verdadera cofradГ­a."

"Pero no tengo ni idea por dГіnde empezar", dijo. "Yo ni siquiera sГ© por quГ© estoy en este lugar y la hora. ВїPor quГ© Italia? ВїPor quГ© 1790? "

"Vas a tener que descubrir por ti misma las respuestas a esas preguntas. Pero le aseguro que tienes razones muy especiales para estar de vuelta en esta Г©poca. Hay personas especiales para conocer, las acciones para cumplir. Y este lugar y esta Г©poca te conducirГЎ al Escudo."

Caitlin pensГі.

"Pero no tengo ni idea dГіnde estГЎ mi padre. No tengo ni idea por dГіnde empezar ".

Se volviГі hacia ella y sonriГі. "Pero sГ­ tienes," respondiГі. "Ese es tu problema. No confГ­as en su intuiciГіn. Tienes que aprender a buscar en lo profundo de ti misma. Trata ahora. Cierra los ojos, respira profundamente ".

Caitlin hizo lo que le dijo.

"PregГєntate a ti misma: ВїdГіnde tengo que ir ahora?"

Caitlin lo hizo, escudriГ±ando su cerebro. No ocurriГі nada.

"Escucha el sonido de tu respiraciГіn. Deja quieta tu mente."

Cuando Caitlin lo hizo, mientras se concentraba y se relajaba, las imГЎgenes empezaron a parpadear en su mente. Por fin abriГі los ojos y lo mirГі.

"Veo dos lugares", dijo. "Florencia y Venecia."

"SГ­," dijo. "Muy bien."

"Pero estoy confundida. ВїA dГіnde voy? "

"No hay decisiones equivocadas en un viaje. Cada camino sГіlo nos lleva a un lugar diferente. La elecciГіn es tuya. Tienes un destino muy fuerte, pero tambiГ©n tienes libre albedrГ­o. Puedes elegir en cualquier momento. Ahora, por ejemplo, te enfrentas a una elecciГіn fundamental. En Florencia, cumplirГЎs sus obligaciones, acercГЎndote al Escudo. Es lo que se necesita de ti. Pero en Venecia, cumplirГЎs con los asuntos del corazГіn. TendrГЎs que elegir entre tu misiГіn y tu corazГіn".

El corazГіn de Caitlin se disparГі.

Asuntos del corazГіn. ВїSignificaba eso que Caleb estaba en Venecia?

SintiГі que su corazГіn se volcaba hacia Venecia. Sin embargo, intelectualmente, sabГ­a que Florencia era donde debГ­a estar para hacer lo que se esperaba de ella.

Se sentГ­a desgarrada.

"Ahora eres una mujer adulta", dijo. "La elecciГіn es tuya. Pero si sigues a su corazГіn, se te romperГЎ", le advirtiГі. "El camino del corazГіn nunca es fГЎcil. Y nunca es lo que esperas."

"Me siento tan confundida," dijo ella.

"Pensamos mejor en los sueГ±os", dijo. "Hay un claustro en la puerta de junto, puedes dormir aquГ­ por esta noche, descansa y decide por la maГ±ana. Para entonces, te habrГЎs recuperado totalmente."

"Gracias," dijo ella, extendiendo la mano y tomando la de Г©l.

Г‰l se volviГі para irse mientras el corazГіn de ella latГ­a con fuerza. TenГ­aВ  una pregunta mГЎs para Г©l, la mГЎs importante de todas. Sin embargo, una parte de ella estaba demasiado asustada para hacerla. Estaba temblando. AbriГі la boca para hablar, pero se le secГі.

Г‰l caminaba por el pasillo, a punto de darse la vuelta, cuando por fin, ella reuniГі el coraje.

"ВЎEspera!", GritГі. Entonces mГЎs suavemente, le dijo, "Por favor, tengo una pregunta mГЎs."

Г‰l se detuvo en seco pero se mantuvo de espaldas a ella. ExtraГ±amente,В  no se volviГі, como si intuyera lo que ella estaba a punto de preguntar.

"Mi bebé", dijo ella, con una voz suave y temblorosa. "Es él … ella … sobrevivió? El viaje? ¿Todavía estoy embarazada? "

De a poco, Г©l se volviГі y la mirГі a la cara. Luego bajГі los ojos.

"Lo siento," dijo finalmente, tan suavemente que ella no creГ­a haberlo oГ­do. "Has regresado en el tiempo. Los niГ±os sГіlo pueden moverse hacia adelante. Tu hijo vive, pero no en este tiempo. SГіlo en el futuro."

"Pero …" empezó a decir temblando, "Pensé que los vampiros sólo pueden viajar hacia atrás en el tiempo, no hacia adelante."

"Es cierto", dijo. "Me temo que tu hijo vive en otro tiempo y lugar sin ti." BajГі los ojos de nuevo. "Lo siento mucho", agregГі.

Con esas Гєltimas palabras, se dio la vuelta y se fue.

Y Caitlin sintiГі como si le hubieran hundido una daga en el corazГіn.




CAPГЌTULO CUATRO


Caitlin se sentГі en el cuarto austero del monasterio franciscano y se asomГі por la ventana mirando la noche. Finalmente, habГ­a dejado deВ  llorar. HabГ­an pasado varias horas desde que se habГ­a despedido del sacerdote, cuando supo la noticia de su hijo perdido. No habГ­a podido contener las lГЎgrimas, ni dejar de pensar en la vida que habrГ­a llevado. Todo era demasiado doloroso.

Pero despuГ©s de muchas horas, llorГі todo lo que pudo y ahora lo que le quedaba eran las lГЎgrimas secas en sus mejillas. MirГі por la ventana tratando de distraerse y respirГі hondo.

La campiГ±a de UmbrГ­a se extendГ­a ante ella, y desde este punto de vista, desde lo alto de la colina, pudo apreciar las colinas de AsГ­s. HabГ­a una luna llena y la luz suficiente para que pudiera notar que la campiГ±a era verdaderamente hermosa. Vio a las pequeГ±as casas rurales que salpicaban el paisaje, el humo saliendo de las chimeneas, y pudo sentir que se trataba de una Г©poca mГЎs tranquila en la historia.

Caitlin se volviГі y contemplГі su pequeГ±a habitaciГіn iluminada sГіlo por la luz de la luna y una pequeГ±a vela encendida en un aplique de pared. Estaba hecha enteramente de piedra, y habГ­a sГіlo una sencilla cama en una esquina. Se maravillГі ante lo que parecГ­a ser siempre su destino: terminar en un claustro. Este lugar no podГ­a ser mГЎs diferente a Pollepel pero, al mismo tiempo, la pequeГ±a sala medieval le recordГі la habitaciГіn que habГ­a tenido allГ­. HabГ­a sido diseГ±ada para la introspecciГіn.

Caitlin examinГі el suelo de piedra lisa y vio, junto a la ventana, dos huellas leves, a pocos centГ­metros de distancia, con la forma de una rodilla. Se preguntГі cuГЎntas monjas habГ­an orado allГ­ y se habГ­anВ  arrodillado frente a la ventana. Esta habitaciГіn probablemente habГ­a sido usada por cientos de aГ±os.

Caitlin se acercГі a la cama pequeГ±a y se acostГі. En realidad, sГіlo eraВ  una losa de piedra con un poco de paja. TratГі de ponerse cГіmoda, rodando sobre su costado y luego sintiГі algo. EstirГі su mano y lo extrajo, con alegrГ­a se dio cuenta lo que era: su diario.

Lo sostuvo en lo alto, contenta de tenerlo a su lado. Su viejo amigo de confianza, parecГ­a ser el Гєnico que habГ­a sobrevivido el viaje de regreso. Sostener esa cosa real y tangible la hizo darse cuenta de que no era un sueГ±o. Ella estaba realmente allГ­. Todo era real.

Una pluma moderna se deslizГі de sus pГЎginas y aterrizГі sobre su regazo. La levantГі y la examinГі mientras pensaba.

SГ­, decidiГі. Eso era exactamente lo que tenГ­a que hacer. Escribir. Para procesar todo. Las cosas habГ­an sucedido tan rГЎpido que apenas habГ­a tenido tiempo de recuperar el aliento. Necesitaba reflexionar, pensar,В  recordar. ВїCГіmo habГ­a llegado hasta allГ­? ВїQuГ© habГ­a sucedido? ВїA dГіnde iba?

No estaba segura de saber las respuestas. Pero, al escribirlas,В  esperaba poder recordar.

Caitlin volviГі las pГЎginas quebradizas hasta que encontrГі con una pГЎgina vacГ­a. Se incorporГі y se apoyГі contra la pared, curvГі sus rodillas contra el pecho y empezГі a escribir.


*

ВїCГіmo fue que terminГ© aquГ­? ВїEn AsГ­s? ВїEn Italia? ВїEn 1790? Por un lado, no parece que fue hace mucho tiempo que estaba en el siglo 21, en Nueva York, viviendo la vida normal de una adolescente. Por otro lado, parece que siempre .... ВїCГіmo empezГі todo?

Recuerdo, en primer lugar, la sensaciГіn de hambre. No entendГ­a lo que era. JonГЎs. Carnegie Hall. Mi primera alimentaciГіn. Convertirme inexplicablemente en un vampiro. Me llamaron mestizo. SentГ­a que querГ­a morir. Todo lo que querГ­a era ser como todos los demГЎs.

Luego, llegГі Caleb. SalvГЎndome de la cofradГ­a malvada, rescatГЎndome. Su cofradГ­a en los claustros. Pero ellos me echaron porque estaban prohibidas las relaciones entre los humanos y los vampiros. Estaba por mi cuenta nuevamente -es decir, hasta que Caleb me rescatГі de nuevo.

La bГєsqueda de mi padre, de la mГ­tica espada que podrГ­a preservar a la raza humana de una guerra de vampiros, nos empujГі a Caleb y a mГ­В  por todos lados, de un lugar histГіrico a otro. Encontramos la espada y nos la arrebataron. Como siempre, Kyle estaba allГ­ para arruinar las cosas.

Pero no antes de que tuviera tiempo para darme cuenta en lo que me estaba convirtiendo. Y no antes de que Caleb y yo pudiГ©ramos encontrarnos el uno al otro. DespuГ©s que robaron la espada, despuГ©s de que me apuГ±alaron, mientras estaba muriendo, Г©l me convirtiГі y me salvГі una vez mГЎs.

Pero no resultГі como yo habГ­a pensado. Vi a Caleb con su ex esposa, Sera, e imaginГ© lo peor. Me equivoquГ©, pero ya era demasiado tarde. HuyГі lejos de mГ­, al peligro. En la isla de Pollepel me recuperГ© y entrenГ©, y me hice de amigos -vampiros- muy cercanos, mГЎs de lo que habГ­a tenido. Especialmente Polly. Y Blake -tan misterioso, tan hermoso. Casi me robГі el corazГіn. Pero reaccionГ© justo a tiempo. Me enterГ© de que estaba embarazada, y me di cuenta que tenГ­a que encontrar y salvar a Caleb de la guerra de vampiros.

Fui a salvar a Caleb, pero ya era demasiado tarde. Mi propio hermano Sam nos engaГ±Гі. Г‰l me traicionГі, me hizo pensar que era otra persona. Fue por Г©l que me pareciГі que Caleb no era Caleb, y lo matГ©, mi amor. Con la espada. Con mis propias manos. TodavГ­a no puedo perdonГЎrmelo.

Pero llevГ© a Caleb de regreso a Pollepel. TratГ© de revivirlo, traerlo de regreso, si es que habГ­a alguna manera posible. Le dije a Aiden que harГ­a cualquier cosa, sacrificarГ­a todo. Le preguntГ© si podГ­a enviarnos de regreso en el tiempo.

Aiden me habГ­a advertido de que podrГ­a no funcionar. Y que si lo hiciera, podrГ­amos no estar juntos. Pero yo insistГ­. Tuve que hacerlo.

Y ahora, aquГ­ estoy. Sola. En un lugar y en un tiempo extraГ±os. Mi hijo ha desaparecido. Y puede ser que incluso Caleb se haya ido, tambiГ©n.

ВїCometГ­ un error en regresar?

SГ© que tengo que encontrar a mi padre, para poder encontrar el escudo. Pero sin Caleb a mi lado, no sГ© si tendrГ© la fuerza para seguir adelante.

Me siento tan confundida. No sГ© quГ© hacer ahora.

Por favor, Dios, ayГєdame ....


*

Cuando el sol se elevГі como una enorme bola en el horizonte, Caitlin corrГ­a por las calles de Nueva York. Era el apocalipsis. Los autos dados vuelta, los cuerpos yacГ­an alrededor y habГ­a devastaciГіn por todas partes. CorriГі y corriГі por avenidas sin fin.

Mientras corrГ­a, el mundo parecГ­a girar sobre su eje; mientras giraba, los edificios parecГ­an desaparecer. El paisaje se transformГі, y las avenidas se convirtieron en caminos de tierra, el hormigГіn se convirtiГіВ  en colinas. SintiГі que egresaba en el tiempo, de una edad moderna a otro siglo. CreГ­a que si corrГ­a mГЎs rГЎpido, podrГ­a encontrar a su padre, su verdadero padre, en algГєn lugar en el horizonte.

CorriГі a travГ©s de pequeГ±os pueblos del campo, y luego tambiГ©n se desvaneciГі.

Pronto sГіlo quedГі un campo de flores blancas. Mientras corrГ­a a travГ©s de las flores, estaba encantada de ver que Г©l estaba allГ­, en el horizonte, esperando. Su padre.

Como siempre, su silueta se recortaba contra el sol, pero esta vezВ  sintiГі que estaba mГЎs cerca de lo normal. Esta vez, pudo ver su cara, su expresiГіn. Estaba sonriendo, esperГЎndola con los brazos extendidos para abrazarla.

Ella lo alcanzГі. Lo abrazГі, y Г©l la abrazГі con fuerza, su torso musculoso la sujetaba.

"Caitlin", dijo, con una voz que exudaba amor. "ВїSabes quГ© tan cerca estГЎs? ВїSabes cuГЎnto te amo?"

Antes de que pudiera responder, ella vio algo de pie en el otro lado del campo, era Caleb. Le tendГ­a una mano.

Dio varios pasos hacia Г©l, luego se detuvo y mirГі a su padre.

Г‰l, tambiГ©n, le tendiГі la mano.

"EncuГ©ntrame en Florencia", dijo su padre.

Se volviГі hacia Caleb.

"EncuГ©ntrame en Venecia", dijo Caleb.

MirГі hacia no y otro, desgarrada sobre quГ© camino tomar.


*

Caitlin se despertГі con una sacudida y se sentГі en la cama.

Desorientada, mirГі alrededor de su pequeГ±a habitaciГіn.

Finalmente, se dio cuenta de que habГ­a sido un sueГ±o.

El sol estaba saliendo, ella se acercГі a la ventana y mirГі. Bajo la luz de la maГ±ana, AsГ­s se veГ­a muy tranquilo y hermoso. Todo el mundo estaba todavГ­a en sus casa y de vez en cuando el humo salГ­a de las chimeneas. La niebla de la maГ±ana se cernГ­a sobre los campos como una nube, la luz refractГЎndose.

Al oГ­r un crujido, Caitlin girГі y se preparГі cuando su puerta se empezГі a abrir. ApretГі sus puГ±os, preparГЎndose para recibir un visitante no deseado.

Pero cuando la puerta se abriГі mГЎs, ella bajГі la mirada y sus ojos se abrieron de alegrГ­a.

Era Rose, estaba empujando la puerta con la nariz.

"Rose!" GritГі.

Rose abriГі la puerta del todo, corriГі y saltГі a los brazos de Caitlin. Le lamiГі la cara por todas partes mientras Caitlin lloraba de alegrГ­a.

Caitlin se hizo hacia atrГЎs y la mirГі. HabГ­a engordado y se veГ­a mГЎs grande.

"ВїCГіmo me encontraste?" PreguntГі Caitlin.

Rose pasГі la lengua por su espalda, gimiendo.

Caitlin se sentГі en el borde de la cama, acariciГЎndola y pensГі mucho, tratando de aclarar su mente. Si Rose habГ­a regresado, tal vez CalebВ  tambiГ©n habГ­a podido. Eso le dio ГЎnimos.

Racionalmente, sabГ­a que tenГ­a que ir a Florencia. Para continuar la bГєsqueda. SabГ­a que la clave para encontrar a su padre, el escudo, estaba allГ­.

Pero su corazГіn la jalaba a Venecia.

Si hubiera una remota posibilidad de que Caleb estuviera allГ­, tenГ­a que averiguarlo. SГіlo tenГ­a que hacerlo.

Y tomГі la decisiГіn. CogiГі a Rose fuertemente en sus brazos, tomГі una pequeГ±a carrera y saltГі por la ventana.

SabГ­a que se habГ­a recuperado y que sus alas brotarГ­an.

Efectivamente, lo hicieron.

Pronto, Caitlin estaba volando por el aire de la maГ±ana, sobre las colinas de Umbria hacia el norte, rumbo a Venecia.




CAPГЌTULO CINCO


Kyle caminГі por las calles angostas del antiguo barrio de Roma. A su alrededor la gente cerraba los comercios, era el fin de la jornada. El anochecer siempre habГ­a sido su momento favorito del dГ­a, el momento cuando empezaba a sentirse mГЎs fuerte. SentГ­a su sangre latir mГЎs rГЎpidamente y se sentГ­a cada vez mГЎs fuerte con cada paso que daba. Estaba tan feliz de estar de vuelta en las atestadas calles de Roma, especialmente en este siglo. Estos patГ©ticos humanos todavГ­a estaban a cientos de aГ±os de distancia de cualquier tipo de tecnologГ­a y sistemas de vigilancia. PodГ­a destrozar este lugar fГЎcilmente con un corazГіn relajado sin tener que preocuparse de ser detectado.

Kyle doblГі por la Via Del Seminario que en unos minutos se abriГі para transformarse en unaВ  plaza grande y antigua, la Piazza Della Rotonda.

Y allГ­ estaba. Kyle se quedГі allГ­, cerrГі los ojos y respirГі profundamente. Se sentГ­a tan bien estar de vuelta. Justo del otro lado habГ­a un lugar que durante siglos habГ­a llamado hogar, una de las sedes de vampiros mГЎs importante del mundo: el PanteГіn.

El PanteГіn estaba allГ­, Kyle estaba feliz de verlo, como siempre, era un antiguo edificio de piedra maciza, la parte trasera se adentraba con una forma circular, y su frente estaba flanqueado por enormes e imponentes columnas de piedra. Durante el dГ­a, todavГ­a seguГ­a abierto a los turistas, incluso en este siglo. Fue sede de las turbas indecorosas de los seres humanos.

Pero por la noche, despuГ©s que cerraban las puertas al pГєblico, los verdaderos dueГ±os, los ocupantes reales de este edificio, llegaban: el Gran Consejo de los vampiros.

Vampiros de cofradГ­as grandes y pequeГ±as, de todos los rincones del mundo, acudГ­an todas las noches allГ­ para asistir a todas las sesiones. El consejo resolvГ­a todo tipo de los asuntos, otorgaba permisos o los quitaba. No pasaba nada en el mundo de los vampiros sin que ellos se enteraran y, en la mayorГ­a de los casos, sin su aprobaciГіn.

Todo encajaba a la perfecciГіn. Originalmente, este edificio habГ­a sido construido como un templo a los dioses paganos. Siempre habГ­a sido un lugar de culto y de reuniГіn de las fuerzas oscuras de vampiros. Para cualquiera que tuviera ojos era obvio: habГ­a odas a los dioses paganos, frescos, pinturas, estatuas por todas partes. Cualquier turista humano que se tomara el tiempo para leer la misiГіn de este lugar podrГ­a darse cuenta de su verdadero propГіsito.

Y si eso no fuera suficiente, tambiГ©n todos los grandes vampiros estaban enterrados allГ­. Era un mausoleo viviente, el lugar perfecto para que Kyle y su clase llamaran hogar.

Mientras Kyle subГ­a los escalones, se sentГ­a como si regresara a casa. CaminГі hacia las enormes puertas dobles de hierro, golpeГі la aldaba de metal en cuatro ocasiones-la seГ±al de los vampiros-y esperГі.

Momentos despuГ©s, las pesadas puertas se abrieron unos centГ­metros, y Kyle vio una cara que desconocГ­a. La puerta se abriГі mГЎs, lo suficiente para dejar entrar a Kyle, y luego se estrellГі rГЎpidamente detrГЎs de Г©l.

El enorme guardia, incluso mГЎs grande que Kyle, mirГі hacia abajo.

"ВїTe estГЎn esperando?", le preguntГі con cautela.

"No."

Haciendo caso omiso de la guardia, Kyle dio varios pasos hacia la sala, cuando, de repente sintiГі un apretГіn frГ­o y helado en su brazo y se detuvo. ArdГ­a de rabia, Kyle echaba humo.

El guardia vampiro lo mirГі con rabia similar.

"Nadie entra sin cita previa", espetГі. "Vas a tener que irte y regresar en otro momento."

"Yo entro a todo lugar que quiera," Kyle hervГ­a de nuevo. "Y si no sacasВ  tu mano de mi muГ±eca, vas a sufrir mucho."

El guardia le devolviГі la mirada, estaban en un punto muerto.

"Veo que algunas cosas nunca cambian," dijo una voz. "EstГЎ bien, puedes soltarlo."

No bien lo soltaron, Kyle se volviГі y vio un rostro familiar: era Lore, uno de los asesores principales del Consejo. Se quedГі allГ­ mirando a Kyle, sonriendo, moviendo lentamente la cabeza.

"Kyle", dijo, "Nunca pensГ© verte de nuevo."

TodavГ­a molesto con el guardia, Kyle se alisГі la chaqueta y asintiГі lentamente. "Tengo negocios con el Consejo", dijo. "No puedo esperar."

"Lo siento, viejo amigo," Lore continuГі, "hoy tenemos la agenda llena. Algunos han estado esperando durante meses. Hay cuestiones que resolver de los vampiros en todos los rincones del mundo, asГ­ parece. Pero si vuelves la semana que viene, podrГ­a ser posible que tengas un espacio."

Kyle dio un paso hacia adelante. "TГє no entiendes", dijo tensamente, "Yo no vengo de este tiempo. Vengo del futuro. Doscientos aГ±os en el futuro. De un mundo muy diferente. El juicio final ha llegado. Estamos al borde de la victoria, la victoria total. Y si no los veo de inmediato, habrГЎ graves consecuencias para todos nosotros."

Cuando Lore le devolviГі la mirada, se dio cuenta de la gravedad del asunto, y su sonrisa desapareciГі. Finalmente, despuГ©s de unos momentos de tensiГіn, se aclarГі la garganta. "SГ­gueme."

Dio media vuelta y se alejГі, Kyle lo seguГ­a muy de cerca pisГЎndole los talones.

Kyle pasГі por un largo pasillo ancho, y en unos instantes, entrГі a la enorme sala. Era inmensa, abierta de par en par, con un techo circular muy elevado y pisos brillantes de mГЎrmol. La habitaciГіn era circular, y estaba bordeada por columnas ornamentadas y estatuas elevadas montadas sobre pedestales.

De pie a los lados de la habitaciГіn, habГ­a cientos de vampiros, de todas las posibles razas y credos. Kyle sabГ­a que en su mayorГ­a eran mercenarios, tan malvados como Г©l. Todos observaban pacientemente mientras el Gran Consejo, en el lado opuesto de la habitaciГіn, se sentaba detrГЎs de su banco y repartГ­a su juicio. SintiГі la tensiГіn en la habitaciГіn.

Kyle entrГі, prestando atenciГіn a todo. Ir al Consejo era lo correcto. PodrГ­a haberlos pasado por alto, podrГ­a cazar a Caitlin por su cuenta, pero el Consejo tendrГ­a servicios de inteligencia que podrГ­an guiarlo con mayor rapidez. MГЎs importante aГєn, necesitaba su aprobaciГіn oficial. Encontrar Caitlin no era tan sГіlo una cuestiГіn personal, sino tambiГ©nВ  una cuestiГіn de la mayor importancia para la raza de los vampiros. Si el Consejo lo apoyaba, y estaba seguro de que lo iban a hacer, no sГіlo tendrГ­a su venia pero tambiГ©n sus recursos. PodrГ­a matarla mГЎs rГЎpido y regresar a su casa pronto, listo para terminar su guerra.

Sin su aprobaciГіn, no serГ­a mГЎs que otro pГ­caro vampiro mercenario. Eso no le causaba ningГєn problema pero no querГ­a pasar el resto de su tiempo cuidГЎndose las espaldas: si actuaba sin su aprobaciГіn, podrГ­an enviar vampiros para matarlo. SabГ­a que podrГ­a hacerse cargo, pero no querГ­a perder el tiempo y la energГ­a de esa manera.

Pero si ellos rechazaban su solicitud, estaba totalmente preparado para hacer lo que tenГ­a que hacer para cazarla.

En definitiva, era sГіlo una formalidad mГЎs en un nГєmero sin fin de formalidades de los vampiros. Esta etiqueta era el pegamento que los mantenГ­a unidos -pero tambiГ©n le molestaba sobremanera.

Cuando Kyle caminГі al interior de la sala, observГі al Consejo. Eran tal como los recordaba. Al otro lado de la cГЎmara, los 12 jueces del Gran Consejo se sentaron sobre una tarima elevada. VestГ­an tГєnicas negras, duras, todos llevaban capuchas negras que cubrГ­an sus rostros. No obstante, Kyle sabГ­a cГіmo eran. Los habГ­a enfrentado muchas veces a lo largo de los siglos. Una vez, y sГіlo una vez, se habГ­an quitado sus capuchas y habГ­a visto sus rostros grotescos yВ  envejecidos, rostros que habГ­an recorrido el planeta durante millones de aГ±os. El solo recuerdo lo hizo estremecer. Eran horribles criaturas de la noche.

Sin embargo, eran el Gran Consejo de su tiempo, y siempre habГ­an vivido aquГ­, desde que habГ­an construido el PanteГіn. Realmente eraВ  una parte de ellos, este edificio y nadie de su especie, ni siquiera Kyle, se atrevГ­an a cuestionar sus dictГЎmenes. Sus poderes eran demasiado intensos, y los recursos a su alcance demasiado vastos. Tal vez, Kyle podrГ­a matar a uno o dos de ellos, pero los ejГ©rcitos que convocarГ­an, desde todos los rincones del mundo, finalmente lo cazarГ­an.

Los cientos de vampiros en la habitaciГіn habГ­an llegado a presenciar los juicios del Consejo, y esperaban el momento de su audiencia. Siempre se alineaban ordenadamente a los lados, prestando atenciГіn en un gran cГ­rculo, en la periferia, dejando el centro de la habitaciГіn totalmente abierta. Salvo por una sola persona. Siempre era la persona que tenГ­a que estar frente a ellos en el juicio.

En ese momento, se trataba de una pobre alma, de pie, que temblabaВ  de miedo frente a ellos y observaba sus capuchas inescrutables, a la espera de su juicio. Kyle ya habГ­a estado en ese lugar. No era algoВ  agradable. Si no les gustaba el asunto que llevabas ante ellos, posiblemente, te mataban en el acto, por puro capricho. Nunca ibas delante de ellos a la ligera -siempre se trataba de una cuestiГіn de vida o muerte.

"Espera aquГ­" Lore susurrГі a Kyle mientras se dirigГ­a hacia el gentГ­o. Kyle permaneciГі en la periferia, observando.

Mientras Kyle observaba, un juez asintiГі muy ligeramente y dos soldados vampiros aparecieron de ambos lado. Cada uno agarrГі uno de los brazos de la persona frente al Consejo.

"ВЎNo! ВЎNo! "GritГі.

Pero no le sirviГі de nada. Lo llevaron a la rastra mientras gritaba y luchaba, a sabiendas de que lo conducГ­an a la muerte, y que nada de lo que dijera o hiciera podrГ­a salvarlo. DebiГі pedirles algo que ellos no habГ­an aprobado, Kyle se dio cuenta, mientras los gritos del vampiro resonaban por toda la cГЎmara. Por Гєltimo, se abriГі una puerta, lo llevaron afuera, y la puerta se cerrГі detrГЎs de Г©l. La sala quedГі nuevamente en silencio.

Kyle pudo sentir la tensiГіn en el aire mientras los demГЎs vampiros se miraban entre sГ­, temiendo el momento de la audiencia.

Kyle vio a Lore acercarse a un asistente, junto al Consejo, y le susurrГіВ  al oГ­do. A su vez, el asistente se acercГі a un juez, se arrodillГі y le susurrГі al oГ­do.

El juez volviГі la cabeza muy ligeramente, y el hombre seГ±alГі a Kyle. Incluso desde esa gran distancia, Kyle pudo sentir los ojos del juez escondidos en su capucha perforarlo. A su pesar, Kyle sintiГі un escalofrГ­o. Finalmente, estaba ante la verdadera maldad.

El encargado asintiГі, y esa fue la seГ±al para Kyle.



Kyle se abriГі paso entre la multitud y caminГі directamente al centro delВ  cuarto vacГ­o. Estaba parado en el pequeГ±o cГ­rculo en el centro de la habitaciГіn -el lugar. SabГ­a que si miraba hacia arriba, directamente encima de su cabeza estaba el agujero en el techo, el Гіculo, abierto al cielo. Durante el dГ­a, entraba un rayo de sol; ahora, al atardecer, la luz se filtraba y era muy dГ©bil. La habitaciГіn estaba iluminada principalmente por antorchas.

Kyle se arrodillГі e hizo una reverencia, esperando que se dirigieran a Г©l tal como lo exigГ­a la etiqueta vampiro apropiada.

"Kyle de la CofradГ­a Marea Negra", un juez anunciГі lentamente. "Eres valiente para acercarte a nosotros sin previo aviso. Si tu solicitud no recibe nuestra aprobaciГіn, sabes que te arriesgas a la pena de muerte ".

No era una pregunta; se trataba de un comunicado. Kyle conocГ­a las consecuencias. Pero Г©l no temГ­a el resultado.

"Lo sГ©, mi seГ±or," dijo Kyle simplemente y esperГі.

Finalmente, despuГ©s de un ligero murmullo, se escuchГі otro pronunciamiento: "Entonces, habla. ВїQuГ© es lo que quieres de nosotros? "

"He venido de otro tiempo. De doscientos aГ±os en el futuro."

Un fuerte murmullo emergiГі en toda la habitaciГіn. Un asistente golpeГі tres veces el suelo con su bastГіn y gritГі: "ВЎSilencio!"

Finalmente, el cuarto se calmГі.

Kyle continuГі. "Yo no hago viajes en el tiempo a la ligera, ya que ninguno de nosotros lo hacemos. HabГ­a una urgencia. En el futuro, en Г©poca en que yo vivo, habrГЎ una guerra, una gloriosa guerra de vampiros. ComenzarГЎ en Nueva York y se extenderГЎ desde allГ­. Es el Apocalipsis de vampiros que hemos soГ±ado. Nuestra especie saldrГЎВ  finalmente victoriosa. Vamos a acabar con toda la raza humana y la esclavizaremos. TambiГ©n vamos a acabar con las cofradГ­as de vampiros benГ©volos, y a cualquiera que se interponga en nuestro camino.

"Lo sГ©, porque yo soy el lГ­der de esta guerra."

En ese momento emergiГі otro rumor, seguido por el estruendo del bastГіn.

"Pero mi guerra no ha sido completada", gritГі Kyle por encima del estruendo. "Aun hay un problema, una persona que puede arruinar todo lo que hemos logrado, que puede arruinar ese futuro glorioso para nuestra raza. Ella viene de un linaje especial y ha regresado en el tiempo, probablemente para escaparse de mГ­. He vuelto para encontrarla y matarla de una vez por todas. Hasta que lo haga, el futuro seguirГЎ siendo incierto para todos nosotros.

"Hoy vengo ante ustedes para pedir permiso para matarla, aquГ­, en su ciudad y en su tiempo. TambiГ©n me gustarГ­a su ayuda para encontrarla. "

Kyle bajГі su cabeza y esperГі. Su corazГіn latГ­a muy rГЎpido mientras esperaba el veredicto. Por supuesto, necesitaban tener su mejor interГ©s para ayudarlo, y no veГ­a razГіn para que no fuera asГ­. Pero, de nuevo, estas criaturas que habГ­an vivido por millones de aГ±os, mГЎs viejas incluso que Г©l, eran completamente impredecibles. Nunca sabГ­a cuГЎl era la agenda de los doce y sus resoluciones siempre parecГ­an tan arbitrarias como el viento.

EsperГі en medio del espeso silencio.

Finalmente, se aclararon la garganta.

"Por supuesto sabemos de quien hablas" se escuchГі la voz ronca de un juez. "Te refieres a Caitlin. De lo que serГЎ la CofradГ­a Pollepel. Pero, es, en realidad, de una cofradГ­a diferente y mucho mГЎs poderosa. SГ­, ella llegГі ayer a nuestra Г©poca. Por supuesto, lo sabemos. Y si quisiГ©ramos matarla nosotros, Вїno crees que lo harГ­amos?"

Kyle sabГ­a que no debГ­a responder. Necesitaban su pequeГ±o punto de orgullo. Los dejarГ­a terminar su discurso.

"Pero, admiramos tu determinaciГіn y tu futura guerra", el juez continuГі. "SГ­, la admiramos mucho."

Un silencio espeso se produjo nuevamente.

"Te permitiremos seguirla", continuГі el juez, "pero si la encuentras, no la matarГЎs. Vas a capturarla con vida y la traerГЎs con nosotros. Preferimos disfrutar matГЎndola nosotros y verla morir lentamente. Ella serГЎ la candidata perfecta para los Juegos."

Kyle sintiГі que hervГ­a de rabia. Los Juegos. Por supuesto. Eso era todo lo que a estos vampiros ancianos y enfermos les importaba. Recordaba ahora. Convirtieron al Coliseo en una arena para su deporte de vampiro contra vampiro, vampiro contra humano, vampiro contra las bestias, y les encantaba verlos desgarrarse en pedazos. Era cruel, y a su manera, Kyle lo admiraba.

Pero eso no era lo que deseaba para Caitlin. QuerГ­a verla muerta. Punto. No era que le importara que la torturaran. Pero no querГ­a perder el tiempo, dejar algo librado al azar. Por supuesto, nadie habГ­a escapado o sobrevivido a los Juegos. Pero al mismo tiempo, nunca se sabГ­a lo que podrГ­a suceder.

"Pero, mis seГ±ores," Kyle protestГі, "Como usted dijo, Caitlin proviene de un linaje poderoso y es mucho mГЎs peligrosa y difГ­cil de alcanzar de lo que imagina. Solicito su permiso para matarla instantГЎneamente. Hay demasiado en juego."

"TodavГ­a eres joven", dijo otro juez ", y asГ­ que vamos a perdonar tu comentario a nuestro dictamen. A cualquier otra persona, la hubiГ©ramos matado en el acto."

Kyle bajГі la cabeza. Se dio cuenta de que habГ­a ido demasiado lejos. Nadie nuca se habГ­a opuesto a los jueces.

"Ella estГЎ en AsГ­s. AhГ­ es donde irГЎs despuГ©s. Ve rГЎpidamente y no te demores. Ahora que lo has mencionado, no podemos esperar aВ В  verla morir ante nuestros ojos."

Kyle se volviГі para irse.

"Y Kyle", uno de ellos lo llamГі.

Г‰l se dio la vuelta.

El juez principal se retirГі la capucha, revelando la cara mГЎs grotesca que Kyle jamГЎsВ  habГ­a visto en su vida, cubierta de protuberancias y lГ­neas y verrugas. AbriГі la boca y sonriГі con una sonrisa espantosa, mostrando los dientes amarillos y afilados y sus brillantes ojos negros. Г‰l sonriГі aГєn mГЎs: "La prГіxima vez que te presentes sin previo aviso, tГє serГЎs quien muera lentamente."




CAPГЌTULO SEIS


Caitlin sobrevolГі la idГ­lica regiГіn de UmbrГ­a, pasando por encima de las colinas y los valles, mientras observaba el exuberante paisaje verde iluminado por la luz de la maГ±ana. Debajo de ella, se desparramaban las pequeГ±as comunidades agrГ­colas, pequeГ±as casas de piedra rodeadas de cientos de acres de tierra, el humo salГ­a de sus chimeneas.

Cuando se dirigiГі hacia el norte, el paisaje cambiГі: eran las colinas y los valles de la Toscana. Vio viГ±edos en las colinas, los trabajadores con grandes sombreros de paja ya estaban trabajando, cuidando las viГ±as desde temprano. Este paГ­s era increГ­blemente hermoso, y una parte de ella deseaba poder descender allГ­, establecerse y sentirse como en su casa en una de las pequeГ±as cabaГ±as de las granjas.

Pero tenГ­a trabajo que hacer. SiguiГі volando hacia el norte, sosteniendo con fuerza a Rose que iba acurrucada adentro de su camisa. Caitlin pudo sentir que Venecia estaba cerca y se sintiГі como un imГЎn atraГ­do hacia ella. Cuanto mГЎs se acercaba, mГЎs sentГ­a elВ  su corazГіn latГ­a en expectativa, podГ­a sentir que allГ­ habГ­a gente que habГ­a conocido una vez. Pero aun no sabГ­a a ciencia cierta quiГ©n. No podГ­a percibir si Caleb estaba allГ­, y si estaba aГєn con vida.

Caitlin siempre habГ­a soГ±ado con ir a Venecia. HabГ­a visto fotos de sus canales, las gГіndolas, y siempre se habГ­a imaginado yendo algГєn dГ­a, tal vez con alguien a quien amaba. Incluso habГ­a imaginado que le proponГ­an matrimonio en una de esas gГіndolas. Pero nunca habГ­a imaginado ir de esa manera.

Mientras volaba y volaba, acercГЎndose cada vez, se le ocurriГі que la Venecia que estarГ­a visitando ahora, en 1790, podrГ­a ser muy diferente de la Venecia que habГ­a visto en fotos en el siglo 21. Probablemente, serГ­a mГЎs pequeГ±a, menos desarrollada, mГЎs rural. TambiГ©n imaginaba que no estarГ­a tan llena de gente.

Pero pronto se dio cuenta de que no pudo haber estado mГЎs equivocada.

Cuando Caitlin finalmente llegГі a las afueras de Venecia, se sorprendiГі de ver, incluso desde esta altura, que la ciudad era sorprendentemente similar a sus imГЎgenes de los tiempos modernos. ReconociГі la histГіrica y famosa arquitectura, reconociГі todos los pequeГ±os puentes y las mismas vueltas y mГЎs vueltas de los canales. De hecho, se sorprendiГі al darse cuenta de que la Venecia de 1790 no era, al menos en las apariencias, tan diferente a la Venecia del siglo 21.

Cuanto mГЎs pensaba en ello, mГЎs sentido le encontraba. La arquitectura de Venecia no tenГ­a sГіlo 100 o 200 aГ±os: tenГ­a cientos y cientos de aГ±os. RecordГі una clase de historia, en una de sus muchas escuelas secundarias, cuando aprendiГі de Venecia, de algunas de sus iglesias, construidas en el siglo 12. Ahora deseaba haber escuchado con mayor atenciГіn. La Venecia debajo de ella, una extensa masaВ  de los edificios, no era una ciudad nueva. Incluso en 1790, ya tenГ­a varios cientos de aГ±os.

Caitlin se sintiГі reconfortada. Se habГ­a imaginado que el aГ±o 1790 serГ­a como un planeta diferente, yВ  se sintiГі aliviada al saber que hay cosas que en realidad no habГ­a cambiado mucho. Esencialmente parecГ­a ser la misma ciudad que ella habrГ­a visitado del siglo 21. La Гєnica diferencia inmediata que podГ­a ver era que sus canales no contenГ­an un solo bote motorizado, por supuesto. No habГ­a lanchas rГЎpidas, ni grandes ferris, ni cruceros. En cambio, los canales estaban llenos de enormes buques de vela, sus mГЎstiles trepaban decenas de metros de altura.

A Caitlin tambiГ©n le sorprendiГі la multitud. Se zambullГі hacia abajo para estar un centenar de metros por encima de la ciudad, y pudo ver que, incluso ahora, temprano en la maГ±ana, las calles estaban totalmente llenas de gente. Y que los canales estaban absolutamente repletos de botes. Eso la sorprendiГі. Esta ciudad estaba mГЎs congestionada que Times Square. Siempre habГ­a imaginado que regresar en la historia significarГ­a menos gente, multitudes menores. Estaba equivocada en eso, tambiГ©n.

Mientras volaba sobre la ciudad y daba vueltas una y otra vez, lo que mГЎs la sorprendiГі, sin embargo, fue que Venecia no era solo una ciudad y una isla, se extendГ­a por muchas islas, habГ­a decenas de islas en todas direcciones, cada una tenГ­a sus propios edificios, su propia ciudad pequeГ±a. La isla en la que se asentaba Venecia tenГ­a la mayorГ­a de los edificios y era la mГЎs urbanizada. Pero las decenas de otras islas parecГ­an estar conectadas, formando una parte vital de la ciudad.

Otra cosa que la sorprendiГі fue el color del agua: era azul brillante. Era tan ligera, tan surrealista, era el tipo de agua que podrГ­a haber esperado encontrar en algГєn lugar del Caribe.

Mientras volaba en cГ­rculos sobre las islas, una y otra vez, tratando de orientarse y saber dГіnde aterrizar, se arrepintiГі de no haberla visitado en el siglo 21. Bueno, al menos tendrГ­a una oportunidad ahora.

Caitlin tambiГ©n se sentГ­a un poco abrumada. Se veГ­a como un lugar muy expandido. No tenГ­a idea dГіnde bajar, donde empezar a buscar a las personas que pudo haber conocido, si es que estaban aquГ­. HabГ­a imaginado tontamente que Venecia era mГЎs pequeГ±a, mГЎs pintoresca. Incluso desde allГ­ arriba, podГ­a decir que podrГ­a caminar esta ciudad durante dГ­as y no llegar al otro extremo.

Se dio cuenta de que no habГ­a un lugar para aterrizar discretamente en la isla de Venecia. Estaba demasiado lleno de gente, y no habГ­a manera de acercarse sin que la notaran. No querГ­a llamar ese tipo de atenciГіn. No tenГ­a idea de las cofradГ­as que habrГ­aВ  allГ­В  y cuan territoriales eran; no tenГ­a ni idea si eran amables o malГ©volas; y no tenГ­a idea de si los humanos allГ­, como los de AsГ­s, estaban a la caza de vampiros, y la perseguirГ­an. Lo que menos necesitaba era otra multitud atemorizada.

Caitlin decidiГі aterrizar en el continente, lejos de la isla. Vio enormes barcos, llenos de gente, que parecГ­an partir del continente, y pensГі que serГ­a el mejor escenario lejos del bullicio. Por lo menos los barcos la conducirГ­an directamente al corazГіn de la ciudad.

Caitlin aterrizГі discretamente detrГЎs de una arboleda, sobre tierra firme, no demasiado lejos de los barcos. SentГі a Rose, que de inmediato corriГі hacia un arbusto cercano y se aliviГі. Cuando terminГі, Rose mirГі a Caitlin y gimiГі. Caitlin podГ­a ver en sus ojos que tenГ­a hambre. Ella se solidarizГі: ella tambiГ©n estaba hambrienta.

El vuelo la habГ­a agotado, y Caitlin dio cuenta de que todavГ­a no estaba totalmente recuperada. TambiГ©n se dio cuenta de que se le habГ­a abierto el apetito. QuerГ­a comer. Y no de alimentos propios de los humanos.

MirГі a su alrededor y no vio ciervos cerca. No habГ­a tiempo para ir a buscar. Se escuchГі un fuerte silbido desde el barco, estaba a punto de partir. Ella y Rose tendrГ­an que esperar y resolverlo mГЎs tarde.

Caitlin sintiГі nostalgia, extraГ±aba la seguridad y las comodidades de Pollepel, extraГ±aba estar al lado de Caleb, susВ  enseГ±anzas de como cazar, su guГ­a. A su lado, ella siempre sentГ­aВ  que todo estarГ­a bien. Ahora, por su cuenta, no estaba tan segura.


*

Con Rose a su lado, Caitlin se aproximГі a la embarcaciГіn mГЎs cercana. Era un gran barco de vela con una rampa larga de cuerda que llegaba hasta la orilla y, cuando alzГі la vista, vio que estaba completamente llena de gente. Los Гєltimos pasajeros se subГ­an por la rampa y Caitlin se apresurГі con Rose para subir antes que la quitaran.

Pero una mano carnosa y grande, que la golpeГі con fuerza en el pecho, la sorprendiГі mientras extendГ­a la mano para detenerla.

"Boleto", dijo la voz.

Caitlin vio a un hombre alto y musculoso con el ceГ±o fruncido. Era un hombre grueso y sin afeitar y podГ­a olerlo desde allГ­.

Caitlin se llenГі de ira. Estaba en el lГ­mite, y no le gusto que la detuviera con la mano.

"No tengo," Caitlin dijo. "ВїNo puedes dejarnos entrar?"

El hombre negГі con firmeza y se apartГі, haciendo caso omiso de ella. "Sin boleto, no se puede viajar," dijo.

Su cГіlera creciГі y se obligГі a pensar en Aiden. ВїQuГ© le habrГ­a dicho? Respira profundo. RelГЎjate. Utiliza su mente, no tu cuerpo. Le habrГ­a recordado que ella era mГЎs fuerte que ese humano. Le hubiese dicho que se centrarГЎ sГ­ misma. Para concentrarse. Para utilizar sus talentos internos.

Ella cerrГі sus ojos y tratГі de concentrarse en su respiraciГіn. TratГі de ordenar sus pensamientos, para dirigirlos hacia ese hombre.

Usted nos dejarГЎ subir al barco, deseГі. Va a hacerlo sin que tengamos que pagarle.

Caitlin abriГі sus ojos y esperaba que Г©l se encontrara allГ­, ofreciГ©ndole un boleto. Pero, a su pesar, no estaba. La seguГ­a ignorando y estaba desatando la Гєltima de las cuerdas.

No estaba funcionando. O habГ­a perdido sus poderes de control mental o no le habГ­an regresado totalmente. O tal vez estaba demasiado cansada y no se habГ­a concentrado lo suficiente.

De repente se acordГі de algo. Sus bolsillos. RГЎpidamente buscГі adentro de ellos, preguntГЎndose si por acaso habГ­a llevado algo del siglo 21. EncontrГі algo y se tranquilizГі al ver que era un billete de $ 20.

"AquГ­", dijo entregГЎndoselo.

Г‰l lo tomГі, lo arrugГі y lo sostuvo en lo alto, examinГЎndolo.

"ВїQuГ© es esto?", Se preguntГі. "No sГ© quГ© es."

"Es un billete de 20 dГіlares," Caitlin le explicГі, dГЎndose cuenta mientras lo decГ­a, lo estГєpido que sonaba. Por supuesto. ВїPor quГ© iba a reconocerlo? Era americano. Y su paГ­s no existirГ­a por otros doscientos aГ±os.

Con una punzada de miedo, de repente Caitlin se dio cuenta de que todo el dinero que tenГ­a serГ­a inГєtil.

"Es basura", Г©l dijo regresГЎndoselo.

Con una punzada de miedo, CatlГ­n vio que estaban desatando las cuerdas, el barco se estaba preparando para partir. PensГі rГЎpido, buscГі nuevo en sus bolsillos y sacГі algo de cambio. Ella bajГі la mirada, encontrГі un cuarto de dГіlar y extendiГі la mano y se lo entregГі.

Г‰l la tomГі, con mayor interГ©s, y la sostuvo contra la luz. AГєn asГ­, sin embargo, no estaba convencido.

Se lo volviГі a regresar.

"Regresa con dinero real", dijo, tambiГ©n mirГі a Rose, y aГ±adiГі "y no se permiten perros."

Caitlin pensó en Caleb. Tal vez estaba allí, a su alcance, en la isla de Venecia, a un viaje en barco. Le enfurecía que este hombre la estaba alejando de él. Ella tenía el dinero – pero no su tipo de  dinero. Además, el barco no se veía en condiciones de navegar y transportaba cientos de personas. ¿Realmente un boleto sería una gran diferencia? No era justo.

Al poner el dinero en la palma de Caitlin, de repente Г©l cubriГі la mano de CaitlГ­n con la suya, grande y sudorosa y le agarrГі la muГ±eca. La mirГі de reojo y su boca se abriГі en una gran sonrisa horrible, revelando varios dientes perdidos. Caitlin pudo oler su mal aliento.

"Si no tienes dinero, puedes pagarme de otra manera", dijo con su sonrisa espeluznante, y extendiГі la otra mano y le tocГі la mejilla.

AutomГЎticamente, Caitlin golpeГі con fuerza su mano y soltГі la muГ±eca de su mano. Se sorprendiГі de su propia fuerza.

Г‰l la mirГі, aparentemente sorprendido de que una pequeГ±a chica tuviera tanta fuerza, y su sonrisa se convirtiГі en una mueca de indignaciГіn. RecogiГі saliva de su garganta, y escupiГі justo a sus pies. Caitlin mirГі hacia abajo y vio el esputo sobre sus zapatos, y le repugnГі.

"Tienes suerte que no te cortГ©," Г©l gruГ±Гі, luego abruptamente le dio la espalda y siguiГі desatando las cuerdas.

Caitlin sintiГі sus mejillas enrojecer mientras la rabia se apoderaba de ella. ВїEran los hombres iguales en todas partes? En todo tiempo y de toda edad? ВїEra una muestra de lo que podГ­a esperar de cГіmo trataban a las mujeres en esta Г©poca yen este lugar? PensГі en todas las otras mujeres y en de todo lo que tendrГ­an que soportar en esa Г©poca, y sintiГі crecer su ira. Se sentГ­a con la obligaciГіn de defenderlas.

Г‰l seguГ­a agachado, desatando las cuerdas, rГЎpidamente ella se echГі hacia atrГЎs y pateГі con dureza al bruto, justo en su trasero. El puntapiГ© lo mandГі volando sobre el muelle, de cabeza, derecho al agua, a quince metros debajo. AterrizГі con un fuerte chapoteo.

Caitlin corriГі rГЎpidamente por la rampa de cuerda, Rose subiГі a su lado, y se abriГі paso en el enorme barco de vela enorme, lleno de gente.

HabГ­a sucedido tan rГЎpido, que esperaba que nadie lo hubiera visto. AsГ­ pareciГі, porque la tripulaciГіn tirГі del pasillo de soga y la nave zarpГі.

Caitlin corriГі hacia el borde de la embarcaciГіn y mirГі hacia abajo: podГ­a verlo chapoteando en el agua, moviendo la cabeza, mientras levantaba un puГ±o hacia el barco.

"Detengan el barco! Detengan el barco! " gritaba el hombre.

Nadie pudo escuchar sus gritos porque cientos de pasajeros aplaudГ­an emocionados a la embarcaciГіn que zarpaba.

Uno de los tripulantes se fijГі en Г©l, sin embargo, y corriГі hacia el lado de la embarcaciГіn, siguiendo el dedo del hombre, mientras seГ±alaba hacia Caitlin.

Caitlin no esperГі a ver quГ© pasaba. RГЎpidamente se metiГі en el grueso de la multitud, Rose a su lado, escondiendo la cabeza y metiГ©ndose de un lado a otro, hasta que estuvo en el medio del barco, en el grueso de las masas. EmpujГі mГЎs hacia adentro y siguiГі en moviГ©ndose. HabГ­a cientos de personas hacinadas y esperaba que no la ubicaran, ni a ella ni a Rose.

En cuestiГіn de minutos, el barco estaba ganando velocidad. DespuГ©s de un tiempo, Caitlin finalmente respirГі profundamente. Se dio cuenta de que nadie la estaba persiguiendo ni buscГЎndola.

Con Rose a su lado, se abriГі paso a travГ©s de la multitud con mГЎs calma hacia la parte mГЎs alejada de la embarcaciГіn. Una vez allГ­, pudo ver que la barandillaВ  que estaba llena de gente, se inclinГі y mirГі.

A lo lejos, el bruto aun se balanceaba en el agua, jalГЎndose arriba del muelle, pero ahora no era mГЎs que un punto en el horizonte. Caitlin sonriГі. Se lo tenГ­a merecido.

Cuando se volviГі hacia el otro lado, Venecia se alzaba al frente.

SonriГі satisfecha, se inclinГі y sintiГі el fresco agua de mar que le empujaba su cabello hacia atrГЎs. Era un dГ­a cГЎlido en mayo y la temperatura era perfecta, y el aire salado era refrescante. Rose seВ  levantГі de un salto a su lado, puso sus patas en el borde de la barandilla, se asomГі y oliГі el aire tambiГ©n.

A Caitlin siempre le habГ­a gustado a los barcos. Nunca habГ­a visitado un autГ©ntico velero histГіrico- y mucho menos habГ­a navegado en uno. SonriГі y se corrigiГі a sГ­ misma: ya no era un barco histГіrico. Era uno moderno. DespuГ©s de todo, era 1790. Casi se riГі en voz alta ante la idea.

LevantГі la vista hacia los mГЎstiles de madera que seВ  elevaban hacia el cielo. ObservГі cГіmo los marineros alineaban y tiraban de las cuerdas gruesas; rГЎpidamente se elevaron yardas y mГЎs yardas de tela pesada y pudo oГ­r el aleteo del material. Se veГ­a pesado y los marineros sudaban bajo el sol mientras tiraban de las cuerdas con toda su fuerza tan sГіlo para elevar el lienzo unas pocas pulgadas.

Entonces, asГ­ se hacГ­a. Caitlin estaba impresionada por la eficiencia de todo, todo funcionaba a la perfecciГіn. No podГ­a creer lo rГЎpido que se movГ­a este enorme barco lleno de gente, especialmente sin contar con motores modernos. Se preguntГі quГ© harГ­a el capitГЎn de la nave si ella le contase de los motores del siglo 21, sobre cuГЎnto mГЎs rГЎpido podrГ­a ir. Probablemente pensarГ­a que estaba loca.

MirГі hacia abajo y vio, a unos veinte metros mГЎs abajo, el agua que corrГ­a y las pequeГ±as olas rompiendo contra el costado de la embarcaciГіn. El agua era tan ligero, tan azul, que era mГЎgico.

A su alrededor, la gente se apretujaban, todos trataban de llegar a la barandilla y mirar hacia fuera. MirГі a su alrededor y se dio cuenta de que la mayorГ­a estaba vestida muy sencillamente, muchos con tГєnicas y sandalias, y algunos estaban descalzos. Otros, sin embargo, estaban vestidos elegantemente y parecГ­an que trataban de mantenerse lejos de las masas. Algunas personas llevaban mГЎscaras elaboradas, con una nariz larga y aguileГ±a. Se reГ­an y se empujaban unos a otros,В  parecГ­an estar borrachos.

De hecho, se dio cuenta de que una buena parte de los pasajeros iban balanceando botellas de vino y se veГ­an borrachos, incluso tan temprano por la maГ±ana. El barco entero, ahora se daba cuenta, tenГ­a un ruidoso ambiente festivo, como si todos fueran a una fiesta gigante.

Caitlin se abriГі paso a lo largo de la barandilla, a travГ©s de la multitud, junto a padres sosteniendo a sus niГ±os, y poco a poco llegГі al frente. Finalmente, vio lo que querГ­a. Se inclinГі sobre el borde y vio cГіmo el barco avanzaba hacia Venecia.

La vista de la ciudad la dejГі sin aliento. ObservГі su perfil, los hermosos edificios histГіricos que se alineaban perfectamente uno al lado del otro, todos construidas frente al agua. Algunas de las fachadas eran realmente magnГ­ficas, estaban muy adornadas, sus fachadas blancas estaban cubiertas con todo tipo de molduras y detalles. Muchos tenГ­an paredes arqueadas y ventanas arqueadas que se abrГ­an hacia el agua y, sorprendentemente, tenГ­an sus puertas de entrada a la derecha estaban al nivel del agua. Era increГ­ble. Se podГ­a llegar hasta la propia puerta en barco y entrar.

En medio de todos los edificios, habГ­a torres que se elevaban desde las iglesias y algunas cГєpulas salpicaban el horizonte. Esta era una ciudad de arquitectura magnГ­fica, de un gran estilo ornamentado, y todo parecГ­a diseГ±ado para estar frente a las aguas. No sГіlo coexistГ­a con el agua -sino que la integraba a la vida citadina.

Y todo lo largo, un lado de la ciudad se conectaba con la otra a travГ©s de pequeГ±as pasarelas arqueadas, los escalones se elevaban a cada lado y habГ­a una amplio descanso en el centro. Estaban atestadas de gente subiendo o bajando o simplemente sentada en el borde, viendo pasar los barcos.




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